viernes, 28 de diciembre de 2012

Fenómenos y epifenómenos de deconstrucción administrativa


Con esta entrada concluyo el año haciendo referencia a la deconstrucción administrativa como idea que he venido utilizando en este blog, más o menos desde mayo de 2011, para referirme al periodo actual de la historia administrativa. Si de 1900 a 1979 ha supuesto la etapa de la Administración pública Tradicional/Progresiva, y desde 1980 a 2005 la de la Nueva Gestión Pública (NPM), me parece que desde 2006 hasta el presente, nos encontrados en una etapa de Deconstrucción Político-Administrativa, caracterizada por las soluciones drásticas, continuas y expansivas de reducción de la organización pública para ajustar financieramente la prestación de los servicios públicos, como fenómeno que excede a las ideologías políticas y las contingencias nacionales. (vg. Portugal y Grecia lo han iniciado fundamentalmente como consecuencia del rescate UE, mientras que otros países lo han venido haciendo paulatinamente desde hace más tiempo y en el marco de la NPM).
Este fenómeno guarda relación con lo que el sociólogo Gónzalez Seara señala en su aportación “El bienestar social en una época insegura” en la obra Las estructuras del Bienestar. Propuestas de reforma y nuevos horizontes (2002). Describe al Estado del bienestar como un narcisismo autocomplaciente con un modelo de prosperidad rodeado de malestar por todas partes, apuntando a que el acontecimiento del 11-S hizo despertar al mundo occidental de que al welfare state le ha llegado su hora, de renovarse o morir.

Tambien la deconstrucción guarda relación con la afirmación del historiador Paul Kennedy sobre la entrada en una nueva Era, así como la controversia de si ayer Europa era la solución, hoy parece ser el problema. En el número 28 de la Revista Gobernanza, Revista para la cultura democrática del XXI un interesante trabajo intitulado “Las Cuatro Crisis de la Unión Europea” del Instituto Complutense de Estudios Internacionales cuyo autor indica que la Unión Europea atraviesa una profunda crisis en cuatro dimensiones que se consideraban consustanciales a la Unión: a) proyecto económico generador de bienestar. b) proyecto político de gobernanza cosmopolita. c) mecanismo de solidaridad transnacional. Y d) agente internacional influyente.
Todas estas cuestiones afectan sistémicamente a la Administración Pública, fundamentalmente en su rol ejecutor del Estado. Si lo extrasistémico (presiones del entorno-ambiente) influye en el sistema, hay sin duda efectos intrasistémicos (organización). De la misma manera los fenómenos causan epifenómenos dependientes de los primeros.
Así en este escenario de deconstrucción empiezo a observar un epifenómeno que se une a las dimisiones en el ámbito político por el desencanto, fustración o demás razones. Me refiero a la dimisión de altos funcionarios, relacionadas por otro desencanto, el profesional, redirigiendo sus esfuerzos y aportaciones hacia la sociedad civil. He tenido oportunidad en alguna asociación en la que participo de ver nuevas personas con alto bagage en el campo administrativo que han dimitido y ahora se ocupan de prestar servicios a la sociedad desde otra posición. Esta dinámica dimisionaria en personas próximas a la decisión pública responde a algo que al menos sociológicamente tiene que ver con el proceso de deconstrucción y el comportamiento organizacional que merece ser analizada con rigor como supuesto epifenómeno de dicho proceso.
Ya veremos como termina el proceso y supuestamente del análisis se extraeran consecuencias positivas de ajuste en el sistema, pero en el ínterin surgen normalmente cambios positivos. Puede observarse ya como algo destacable  en el marco de la actividad de fomento y de las políticas redistributivas que el programa “El árbol es vida” fue declarado como acontecimiento de excepcional interés público en los presupuestos generales del Estado 2012, de modo que las empresas que participen en él obtendrán deducciones fiscales además del aspecto positivo en su responsabilidad social corporativa. El programa ideado para mitigar los efectos del cambio climático y desarrollado por la Fundación Española de la Madera plantará diez millones de árboles por toda España durante los próximos cuatro años, asesorado por Escuela de Ingenieros de Montes de Madrid. Así que Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Aragón, Cataluña, La Rioja o Andalucía, se verán reforestadas con las especies más adecuadas de tal manera que no sólo las áreas arrasadas por los incendios empezarán a regenerarse, sino que será fuente de creación de empleo, con alto valor público.
Sería deseable al socaire de nuevos arboles de vida, replantar en la Administración Pública nuevos plantones nutrientes de valor público en forma de interés público, innovación, creatividad, rigor técnico, ... Hay que podar los arboles viejos para que rebrote la profesionalidad y el gusto por el rigor en el trabajo y la excelencia. Que no se produzcan dimisiones de buenos profesionales de lo público por mor de la fustración, la intromisión o la desviación y abuso del poder. Que surja savia renovada de respeto a la sana separación entre política y Administración, ambas orientadas hacia el interés colectivo.
Sirva lo dicho para reflexionar sobre el fenómeno de deconstrucción y ser cautos sobre muchos de sus aspectos ante tanta contaminación dimanante de los intereses perversos y maniqueos, pues una cosa es la valoración ideológica o sociológica que se haga en función de valores o de intereses y otra el cuidado por el aspecto técnico. Habrá que analizar al final el ‘que’ del Estado y ‘cómo’ de la Administración Pública, y esto está, en nuestro caso muy relacionado con las causas que han originado la crisis político-administrativa, cuyo combate, hemos señalado constantemente en el blog como una de las tareas urgentes e inmediatas.


jueves, 27 de diciembre de 2012

¿Analistas de políticas o meros legitimadores de la decisión?

En la entrada ‘Asesores y asesorados’ de julio de 2011 ya tuve ocasión de hacer unas reflexiones sobre  los mecanismos de apoyo a la decisión pública, cuestión de la que en este último periodo docente he vuelto a repensar, ante la riqueza de acontecimientos que estamos viviendo, que lamentablemente no existe tiempo para analizar con rigor en su descripción, y sobre todo la de sus causas.
No sé si ha pasado ya el tiempo de la oportunidad de la metodología de políticas para sacarnos de la que estamos. Quizás de haberla utilizado, no estaríamos en esta situación, pero para salir de él me temo que dicha  metodología sea ya insuficiente por sí misma. Quizá pueda decirse que para  restaurar la Res Pública tampoco sea necesaria dicha metodología vista la causa de muchos de los problemas, reducibles, el buen ser y al buen hacer político.
Quiere decirse, se trata más una cuestión de ética que de técnica. Volver al orden político menos malo, supuesto que de momento parece que sigue estando sobre las bases republicanas clásicas  significa, hic et nunc, una democracia que respete la separación de poderes; que lo político no sea siervo o instrumento de lo económico; que los políticos sean elegidos entre los mejores – aunque no haga falta llegar a los postulados platónicos o aristotélicos del filósofo-Rey o los aristocracia -;  que la Administración sea sustancialmente  profesional y totalmente capaz; y   sobre todo que los mecanismos de apoyo a la toma de decisiones sean espacio para  una élite intelectualmente excepcional, a la que esté condicionada  la acción del  político de turno. También se dirá que los analistas existen  y ha estado en las estructuras de gobierno y decisión, al menos formalmente, en estos últimos tiempos (¿los 800 asesores de Moncloa?, ¿los asesores de Presidencias, Consejerías  y Alcaldías?). Pues  siendo    y conociendo algunas tendencias en la praxis, esta que exige precisar cuál es el rol de estos analistas.
Al proponerse por Y. Dror  ya en 1967 el rol de los analistas como servidores de los  Gobiernos, se partió de la hipótesis de que los analistas de sistemas al uso estaban demasiados influenciados por las decisiones  de tipo cuantitativo  y de obviar  la potencialidad de la factibilidad política, mediante, precisamente el uso del poder político. En este planteamiento seminal es precisamente la creatividad política, la exploración cualitativa y el pensamiento estratégico e imaginativo el que hace valer el rol del analista.
Un trabajo de 1995 (Asesores políticos para los Gobiernos) también de  Dror apuesta, en contra de la dinámica de la degradación,   por la necesidad de nuevas élites gubernamentales, capaces de de invertir el proceso del declive de las capacidades gubernamentales. El autor apuesta por una suerte de superprofesionales de la política, que estén permanentemente entrando y saliendo de las estructuras de Gobierno. Su objeto es estar en el núcleo del desarrollo de las políticas  y precisarían de una nueva reforma en la formación tradicional.  Se requiere así de una revolución conceptual con dos notas principales. Por un lado  capacidad  de construir puentes entre el conocimiento abstracto, histórico y comparado, con las realidades concretas, que supongan en definitiva, las mejores soluciones a los problemas planteado.  Y de otra parte, debe combinarse con una nueva capacidad de creatividad política que supere las opciones al uso.  A estas notas debe añadirse, reflexión frente a la irracionalidad emocional, ética profesional y capacidad clínica.
El autor no esconde  que nos encontramos ante una pretensión de elitismo - los mejores de entre los mejores -.  A esta élite le es  exigible una ultrarracionalidad en sus cometidos, apostando por crear escuelas ad hoc – escuelas avanzadas de Gobierno de tres años de duración – con curriculums interdisciplinares, que a la postre permitan resultados como aquellos que Platón exigía de  sus reyes filósofos. Quiere decirse que ahora también  deberían  decidir quienes tengan el conocimiento de antemano.
Las objeciones democráticas a la legitimación de esta dinámica ya son conocidas,    como también lo son a ciertas maneras de decidir en la UE (eurocracia). Pero no me parece que sea carente de democracia que exista un resorte muy cualificado al servicio de la acción del gobierno, con independencia de cómo se legitime a los representantes de  este gobierno. Los partidos políticos vuelven a ser el problema  y no la solución en esta cuestión, al estar en sus manos también quienes son los asesores y los asesorados. De igual manera y no pocas veces los políticos buscan en diversos espacios (Universidad, expertos,Think- Tanks,metaevaluadores,…) y a muy generosos importes, un mero  asesoramiento legitimador de su actuación ya decidida.
Autores expertos en la materia además del citado Dror  (Sharkansky,  Meltsner, … cuyos trabajos  obran en Clásicos de la Administración Pública, FCE, 1999)  dan cuenta de diversos aspectos para ese deseado rol efectivo de los analistas de políticas. Sin duda se parte del hecho de que el político necesita ayuda para determinar si una política es  apropiada para la acción gubernamental. Se habla de los siete pecados de los analistas para exponer  que la dinámica es pecaminosa al estar canalizada, ser distante, ser tardía, superficial, de temática limitada, caprichosa y apolítica.
En el análisis de políticas hay instrumentos y metodología sobre  cómo decir al político que acierte, siguiendo una serie de pasos en la toma de decisiones (tiempo suficiente, información cuantitativa y cualitativa razonable, opciones de las alternativas, consecuencias imprevistas, daños colaterales, eficiencias no paretianas…). También hay tendencias de las que hay que huir (populismo, partidismo, clientelismos, ideologías, predisposiciones técnicas o profesionales, presiones burocráticas, …)
Vemos pues vuela pluma que el análisis puede aportar contenido, proceso y método, cumpliendo su   premisas originaria de “ ... from to knowledge of …, to Knowledge  in …” Pero si  el analista se limita  a otorgar el visado de la legitimación de lo acordado, fruto bien del consenso, bien de una lectura incrementalista,  o  bien de entender la toma de decisiones como una mera asignación de recursos públicos disponibles, entonces, poca diferencia existe  entre este rol y el cometido habitual del personal asesor.  Pongamos un ejemplo desde las políticas sociales. Es conocido el denominado ‘efecto mateo’,   para reflejar que las políticas sociales de reducción de la desigualdad acaban favoreciendo a las clases medias y no a sus destinatarios originarios, que se excluyen por diversos factores como la desinformación, marginalidad,… Por mor del efecto, que alude a  la parábola evangélica, recibe más, quien más tiene.  Todo analista en  políticas sociales deberá, máxime en época de vacas flacas, incidir en evitar este efecto y  buscar la máxima prioridad y eficacia de los programas al efecto y alejarse de la mera justificación política de cumplir con los presupuestos.
Ciertamente para el cometido del analista es necesario la teoría cuantitativa, el análisis sistémico, pero debe profundizarse en el campo de la ciencia política y en el de la ciencia de la Administración Pública, si se pretende que el analista de políticas aporte verdadero valor público. No es un mega hombre, tampoco un mero voluntarista,  lo que se precisa es que sepa buscar el saber necesario y  canalizar los aportes necesarios para el problema concreto desde el análisis  histórico, comparado, sociológico, jurídico,…
El analista ha de situarse  disperso a lo largo de la tecnoestructura pública y  no sola o necesariamente  en puestos de gabinete ministerial, toda vez que  ha de contribuir al logro de la máxima racionalidad en la toma de decisiones, o incluso a evitar la máxima limitación de la misma por mor de la falta de tiempo y de información, además de las presiones, emociones, ideologías. Ha de aportar  un enfoque político, pero también científico aplicado al supuestamente racional y legítimo deseo ideológico de innovación o mero cambio.
Si el analista prende hacer la carrera del político, acabara convirtiéndose en un legitimador de éste, para luego, incluso hacer  lo mismo. Este no es en puridad una analista, pues en este rol  debe asesorar  al político sobre las posibilidades de éxito o de fracaso en su gestión. Ha de asumir la  consciencia  de la ambiguedad y de la frustración del mundo de la política, en modo alguno en manos de  ingenuos. Tiene en definitiva que ser consciente de que el análisis tiene un límite y muchos de los problemas son insolubles y ha de ayudar al decisor a enfrentarse a problemas sin solución, en cuyo caso por ejemplo  tendrá que luchar  por  evitar  los mayores males directos o colaterales.
Me parece además que ya no es momento para las Escuelas de negocios, los MBAs y demás propuestas para yuppies de los ’90. No  es esa la filosofía que se espera  y menos todavía de quienes las han venido sustentando y propiciando en los últimos tiempos. No son las finanzas las recetas primordiales, pues siendo importante la economía, no es el elitismo en sí y las buenas relaciones la clave del éxito organizacional, pues este ha de residir  por concepto en el valor añadido, en el valor público de la política y sus políticas derivadas.  Se trata de otros valores con los que hay que jugar la partida de ahora. Es la equidad, son nuevos escenarios dinámicos, es otro tipo de bienestar el que la política debe procurar. Recordemos que en 2009 dejamos anotado que  Mintzberg, en su obra ‘Directivos, no MBAs’, argumentaba ya  del error de la educación en gestión actual, fundamentado  que los  directivos precisan de  visión,  experiencia, y  ciencia. Esta última y el  entusiasmo por los resultados cortoplacistas hace al  trípode  cojo.
El análisis propuesto en esta consideración contribuirá a hacer de la política algo más exigente de lo que ha venido siendo y de la degradación de las élites decisoras. Hacer las cosas de otra manera, tal vez necesite el paso por esta lógica. 

lunes, 10 de diciembre de 2012

Responsabilidad de visionarios y estrategas

He leído esta semana que una iniciativa política en Les Corts  Valencianes  ha pedido que el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) como  sociedad participada por la Generalitat Valenciana, mida en términos macroeconómicos el impacto de la corrupción para tomar conciencia de la dimensión del problema y a acabar con la permisividad social que se percibe en algunos casos. El objetivo es poner números a un problema que trasciende las cantidades concretas de dinero público malversado en cada caso de corrupción conocido, ya que, su efecto va más allá al generar desigualdades, pérdida de oportunidades, costes de financiación y desconfianza en el funcionamiento de las instituciones.   Me parece plausible la iniciativa para saber el alcance de la misma, y a ser posible la que también existe en los ámbitos empresariales, profesionales, fundacionales y demás.
En el último Índice de Percepción de la Corrupción presentado la semana pasada por   Transparencia Internacional,  los resultados dicen que Somalia, Corea del Norte y Afganistán ocupan el último lugar (174). Grecia es el país más corrupto de la eurozona (94), Italia ocupa el puesto 72. España se estanca en el  puesto 31 junto con Botswana, toda vez que  en los últimos 18 años España ha ido bajando del puesto 21 al 30.
Pero ya dadas  las consecuencias de todo lo sucedido en los últimos tiempos, también me parecería oportuno un estudio sobre el impacto económico del modelo político de los últimos años, esto es, los denominados grandes eventos, la red clientelar, la deficiente capacidad gestora y organizativa, una configuración administrativa muy poco racional,  las negativas a relacionarse según con quién, el maniqueísmo institucional, la captura de cierta prensa,…  
En Las Provincias edición de   6 junio   de 2009 dimos cuenta de la propuesta de integración de la CV en la Eurorregión, con relación a un trabajo que obra en link en este blog, por aquel entonces, me consta que la propuesta era políticamente incorrecta por aquello del  catalanismo o la disolución de nuestra CV bajo los imperialismos vecinos y demás. Era mejor apostar por una CV propia y políticamente autónoma, dueña de su futuro. Ya vemos el futuro de aquel entonces; hoy  nuestros bancos emblemáticos en la manos de terceros como la  Caixa, y nuestra autonomía financiera cautiva e intervenida.
Ahora con el cambio de Gobierno de esta semana tenemos a los mejores, - eso termino de leer -, pero en aquel entonces de la oportunidad de la Eurorregión por el 2005, también teníamos lo mejores gobernantes; una recua de visionarios sin parangón, eso sí legitimados por no sé cuantos millones de votos, que dicho sea de paso ya veremos si obtenidos legítimamente a tenor de alguna de las causas pendientes sobre financiación de partidos.
El caso es que mis alumnos me preguntan reiteradamente  cómo podemos pedir responsabilidades no sólo a los delincuentes sino a aquellos gestores tan ineptos, responsables de clamorosos desaciertos. No es suficiente, aunque afortunadamente ya sucede, que la justicia va haciendo lo suyo, desde aquel  caso Malaya, principio de un sin fin de  tropelías, de las que ya veremos cuantas quedan impunes o sin efectos, pues un estudio académico de la Universidad de Alicante concluye  que los delitos contra la Administración pública son los que más se indultan proporcionalmente.
Es necesario reflexionar sobre todo esto, sobre la impunidad en muchos casos de los corruptos y también la de los visionarios erráticos, por ineptos. También de esa impunidad de los que se sostienen por la red clientelar que se beneficia de ellos, cual príncipe títere. Mecanismos hay en el sistema político-administrativo, de los que pocas veces se hace uso, cual resulta por ejemplo  de la derivación de la responsabilidad patrimonial.
Hay que reflexionar sobre la causas de esto, precisamente en un época de bonanza y de libertad política como jamás hemos gozado, y parece que el modelo autonómico no es ajeno a esto, a tenor de los resultados empíricos. Un ex Senador de la UCD castellonense de reconocido prestigio y manifiesto servicio en su época  recientemente acaba de decir que  se siente pesimista,… tenemos una clase política muy mala, …España ha dejado de ser una democracia para convertirse en una partitocracia,… Fue un error el Estado autonómico,…. En la campaña electoral de 1977 en ningún momento se explicó a los ciudadanos que habría un Estado autonómico. Yo me enteré 15 días después de ser elegido senador. Los representantes de la soberanía popular no lo sabíamos, por lo que casi se rozó la trampa, …  Nos engañaron, lo asumo e incluso pido perdón por haberlo votado y firmado porque nos ha llevado a esta circunstancia actual. Lo que se planteó como una pura descentralización administrativa ha acabado utilizándose como plataformas políticas para pedir la independencia.”
Si los estudios mencionados  diera unos datos relevantes debería hacerse uso, aquí en la CV de lo previsto ex artículo 155 CE, hasta que se diera fianza bastante de que  los candidatos que van a gobernar gozan de garantías de, al menos sensatez y sentido común y de lo común.  Lo mismo para el resto de comunidades regionales o locales que no han sabido hacer uso de los instrumentos dados para la gobernabilidad.    

domingo, 2 de diciembre de 2012

Restaurar la Res-Publica

Ya conocemos la vuelta a la república clásica,   como un recurrente histórico cuando las cosas se estropean. La democracia mal funcionando, genera autoritarismos y estos  o se justifican ensimismos o en la vuelta a la república, tras un periodo de orden bajo el dirigismo gubernamental.
(…)Muchos políticos, algún sindicalista y demasiados empresarios sin experiencia bancaria(...). Este es el contenido de un informe en el que destacaba que parte de los males por los que atravesaba Bankia  y su matriz, el  Banco Financiero y de Ahorros (BFA), eran fruto de la “escasa profesionalización” de los integrantes de los consejos de administración de ambas entidades.  Este es uno de los diagnósticos sobre la consideración del ápice estratégico de uno de los entes más importantes de los últimos tiempos. La ineptitud e incompetencia para regir, decidir, administrar, gestionar … no sólo alcanza al aparato político stricto sensu, sino a todo lo que este toca, cual Rey Midas, y quizá así tengamos parte de la explicación del problema .
Un antiguo alumno del CEU con el que contacté recientemente en las redes, al hilo de la actualidad social me escribía (…) Como politólogo, ver lo que está pasando no me causa mayor indignación que la de un ciudadano normal. En cambio cuando hablamos de lógica política el desencanto es muy grande, ya que no hay lógica en los actos de los políticos de hoy en día. La ciudad, la región, la nación ya no son gobernados por hombre y mujeres con ideas cuyo origen proviene de un ideal de superación, mejora y bienestar. Ya no hay meta, línea de llegada.... Por desgracia la política y el poder no se fundamenta en el ser humano y la paz social sino más bien su fundamento ha mutado hacia la lógica del control social y la deshumanización global...no estamos volviendo ganado a las ordenes del sistema que ya ni siquiera el propio poder controla...vivimos en un tren al borde del descarrilamiento en que la próxima estación solo se nos muestra decadente (…)
Se describen por sí mismos y ninguno de los dos escenarios descritos me parecen admisibles en el sistema republicano clásico que tiene la bondad de corregir sus disfuncionalidades mediante la tecnoestructura del propio sistema, pero el nuestro o está colapsado sin solución, o es muy lento con o sin intención. De momento ya algunos políticos reconocen parte de sus culpa en  todo esto, de momento la justicia ya va reconduciendo algunos dislates, cual manos limpias, pero el sistema en sí parece seguir atrapado, y esto genera un escenario social de incredulidad, desasosiego y desesperanza.
No siento un entusiasta de la tesis de Fukuyama, sí merece su planteamiento originario digno de análisis y también me parece  que las soluciones deben de seguirse buscando bajo parámetros de  democracia occidental.  Cabrá preguntarse si el fallo está en la  clase política, en los mecanismos de apoyo a la toma de decisiones públicas, o en la propia obsolescencia del sistema. A partir de ahí a  redefinir, reinventar, reconducir,  reconceptualizar.

De la deconstrucción a la reconceptualización

En el programa de Conferencias del INAP  en curso "La reforma del Estado y de la Administración española” en la que correspondió a  D. Santiago Muñoz Machado con el título Repensar el Estado, señaló al inicio que casi nada funciona correctamente, … desde los parlamento a los sindicatos… . Al final si dio un espaldarazo a la experiencia de las Autonomías, con la necesidad de cambios en el modelo.
He tenido ocasión reiteradas  veces en este blog de referirme a los ajustes que hay que hacer en la arquitectura institucional del modelo político-administrativo y de hacer mención al origen de las causas  de las perversidades en lo público que se explican cuando se confunden los fines, los objetivos y las  funciones en las organizaciones.  La cuestión más grave reside más que en la cuestión técnica del manejo público, en la función de la  Administración Pública, y esto primordialmente es lo que se ha de reconceptulizar. Siendo importante ajustar el modelo autonómico en los términos expuestos por el conferenciante, más acuciante me parece salvar el Estado o de reconducirlo a sus funciones, fines y objetivos, a cuyo propósito debe reflexionarse en el marco de la crisis, de la globalización, de la fragmentación y de la crisis de gobernabilidad institucional su reconceptualización pues incluso Fukuyama asintió en 2004  que la debilidad del Estado constituye un asunto de primer orden tanto en el ámbito nacional como internacional  (Cfr.‘ La Construcción del Estado. Hacia un nuevo orden mundial en el Siglo XXI’). Debatido esto los ajustes de la autonomías deben realizarse  en un Estado ya reajustado.
 En 2007   G. TiMSIT   fue el lector de  6ª conferencia Braibant, titulada  “Reinventar el Estado. Continuará” en el marco de las actividades del IIAS. Este académico señalaba
(…)De hecho, el Estado estratega no es simplemente un Estado responsable de «una función gestora racional», como se suele creer, o «la definición de un programa gubernamental» que debe ser implementado gracias a instrumentos como el «presupuesto marco», la definición de los techos de gasto y otras técnicas similares... El Estado estratega es un Estado que, por tener que dar cuenta a la comunidad ante la que es responsable, debe también asumir la Responsabilidad de garantizar misiones estratégicas que impliquen que es responsable de la sociedad.
La importancia que adquiere la reinvención del Estado se ve potenciada por otro valor básico en nombre del cual avanza la reforma: la solidaridad, la necesaria solidaridad impuesta por la expansión de la vinculación cívica y el desentrañamiento del tejido social característico de nuestras sociedades. El fracaso histórico del final del último siglo de revoluciones que tuvieron lugar en los países de Europa central y oriental (donde se había perpetuado una forma de control de Estado extremo) contribuyó enormemente a la desafectación del Estado.
Para estos y mucho otros países, el resultado fue una desacreditación y un distanciamiento del Estado en lo que concernía a sus cometidos en el ámbito social, particularmente, y del cual el Estado había sido responsable desde el principio. El fenómeno dramático de la exclusión social, que las sociedades contemporáneas están experimentando y que no pueden sino empeorar. A ello hay que añadir: la desterritorialización del fenómeno religioso que están generando las fluctuaciones migratorias en los países occidentales, agravada por la globalización. La consecuencia de esos factores ha sido a desacelerar el proceso desintegración de las sociedades. El viejo Estado administrativo, incluso en su versión más indulgente del Estado de Bienestar no podía seguir garantizando la gestión o la unidad de la sociedad. Precisamente en reacción a esta tan desastrosa evolución, comenzó el proceso de reinventar el Estado, un Estado cuya acción primaria debe ir más allá de las funciones obvias del Estado, centrándose en factores esenciales para la cohesión del grupo: empleo, sanidad, educación, cultura, por ejemplo, todos ellos sectores sin cuyo desarrollo sería imposible, impensable, reelaborar la vinculación cívica.
De esta forma podemos apreciar mejor las características y valores del enfoque normativo basado en el diálogo. La maquinaria utilizada en este enfoque, adaptada a los mecanismos de democracia tradicional —en algunos países, prácticamente dilapidada por no haber servido lo suficiente— sitúa la noción de legitimidad en el centro del proceso de Estado, una idea que, lejos de proyectar la atención hacia fenómenos intangibles e inmateriales, aporta, por el contrario, resultados directos específicos e inmediatos al proceso de reforma. He intentado simplemente esbozar el análisis. Al final de esta conferencia puedo observar, obviamente, lo imprudente que he sido al hacerlo. La verdad es que sólo estoy seguro de una cosa: reinventar el Estado es un proceso a continuar, será, en cualquier caso, un proceso que no tendrá final. (…)
Sirva esta exposición para fijar el debate, de la misma manera que en la 5ª Conferencia Braibant de 2006 del IIAS, Jocelyne Bourgon manifestó  la necesidad de que una nueva teoría sobre la  Administración Pública  se articularan en un Gobierno-Administración sensible/receptivo, responsable y respetado(confianza Pública). Esta postura sobre las características de los Gobiernos  tuvieron la crítica de C. Pollit y otros en cuanto a que en esas propuestas se estaba más en la búsqueda de una nueva Teoría de la democracia liberal, que una sobre la propia Administración, ya que  ciudadanía, participación …  son vistas como cuestiones políticas y no administrativas.
Cuestión peregrina ya que  cada modelo administrativo tiene su orientación en un modelo político y se ha venido progresando en función de los cambios políticos, siempre revolucionarios, cruentos o no. La revolución francesa, la de 1849, la república de Weimar, la era progresista americana o el final de la II guerra mundial  generaron  políticas administrativas distintas, distantes o antagónicas  de sus precedentes  y el resultado histórico está ahí.
Me parece que está pendiente de terminar de pensar las propuestas  R3/RRR - reconexión, reconceptualización y redesempeño – en cuanto suponen reconceptualizar propósitos, reconectar con la red de políticas, redefinir la racionalidad administrativa, recapitalizar los activos, redireccionar los recursos y revitalizar los valores constitucionales. De momento sólo percibo desconstrucción, malversación, cambio de élites y de redes beneficiarias, y sobre todo la fragmentación social vía desaparición de las clases medias, como gran logos de la segunda mitad del  Siglo XX. Me parece pues tarea previa fijar el qué y el cómo y hasta que alguien invente algo mejor para el progreso humano el sistema democrático, pero el de verdad, el que marcan los cánones teoréticos .

domingo, 11 de noviembre de 2012

Ojo con los ERE en el Sector Público

 Los  artículos 39  y 40 del RD 1483/2012, de 29 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos de despido colectivo y de suspensión de contratos y reducción de jornada. Establece que en la  Documentación en los despidos colectivos por causas objetivas, deberán aportar la siguiente documentación justificativa el Plan de Ordenación de Recursos Humanos, en caso de que este se haya tramitado.
En una obra colectiva de reciente factura titulada Comentarios a la Ley de la  Función Pública valenciana (2012) entre otros preceptos comente el que hace mención a los  Planes de Ordenación de Recursos Humanos (PORH). Los artículos 44 y 45 de la LOGFPV en la misma lógica  del EBEP dispone que la planificación y ordenación del personal tendrá como objetivo contribuir a la consecución de la eficacia en la prestación de los servicios y de la eficiencia en la utilización de los recursos económicos disponibles mediante la dimensión adecuada de los efectivos, su mejor distribución, formación, promoción profesional y movilidad. Estos  planes adoptarán algunas de las siguientes medidas: Modificación de los sistemas de organización del trabajo y/o de las estructuras de puestos de trabajo’;   Medidas de movilidad voluntaria’; Acciones formativas específicas’;   Medidas de selección de personal bien por vía de suspensión de incorporaciones o por vía de promoción interna con carácter general o limitada’;  Incorporación de nuevo personal a través de la Oferta de Empleo Público (OEP)’; y  la utilización de  cualquier otra medida’ que se considere oportuna a los efectos buscados.
La norma autonómica mientras sí habla  (111 LOGFPV)  de la  ‘reasignación de efectivos’, por la que éstos podrán ser destinados con carácter definitivo a otro puesto de trabajo y los requisitos que se precisan no dice nada del personal laboral.
El silencio permite muchas especulaciones, pero esta ausencia de necesidad de PORH según el dictum del reglamento, me parece un supuesto de ultra vires reglamentaria, cuando el ET en su Disposición Vigésimo 2º nada dice, sobre la dispensa de tal requisito ya que  la Ley 3/2012 en su adicional 8ª, tan sólo señala que en caso de despido por causas objetivas  en el sector público se producirán  concurren causas económicas cuando se produzca en las mismas una situación de insuficiencia presupuestaria sobrevenida y persistente para la financiación de los servicios públicos correspondientes. En todo caso, se entenderá que la insuficiencia presupuestaria es persistente si se produce durante tres trimestres consecutivos. Se entenderá que concurren causas técnicas, cuando se produzcan cambios, entre otros, en el ámbito de los medios o instrumentos de la prestación del servicio público de que se trate y causas organizativas, cuando se produzcan cambios, entre otros, en el ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal adscrito al servicio público. Añade que tendrán  prioridad de permanencia aquellos trabajadores que hubieran obtenido el puesto mediante un proceso selectivo. Ninguna referencia pues a los PORH, toda vez que sí lo dice la norma especial, en nuestro caso autonómico en el binomio normativo LOGFPV/EBEP. 
 Ya en 1999 en un trabajo seminal para mi andadura en estas lides titulado “La incidencia del derecho administrativo en el régimen jurídico del personal laboral al servicio de la Administración local (Actualidad Administrativa)” advertí de la necesaria contemplación de la relación especial de empleo público para el personal laboral, por mor de la cada vez más determinante incidencia de la legislación administrativa. En mayo 2011, tuve ocasión de coordinar el curso sobre la nueva Ley de ordenación y gestión de la Función Pública valenciana, organizado por la Sección de Derecho Administrativo del Ilustre colegio de abogados de Valencia y allí comenté con la complicidad de otros ponentes, de la necesidad de vincular los ERE/despidos objetivos a la preexistencia de un PORH.
Un solo ejemplo pondría sobre el tapete que consecuencia de un POHR puede ser necesario en la organización el mantenimiento de un puesto de trabajo laboral por la necesidad de sus funciones, mientras que el funcionarial tal vez no, por lo que éste puede ser reasignado.  Es decir condiciones objetivas  de necesidad de supresión de puestos y/o funciones pueden resolverse, sin extinciones, pero con reasignaciones u otras medidas ex PORH .
Ahora viene el lobo y se come todo lo que pilla, porque no se han tramitado PORH como deben hacerse conforme a su teleología, aunque luego venga el Tribunal Supremo y se coma al Lobo. Todo sea que el citado Supremo se queda en ascuas porque el Tribunal Constitucional, alentado por el Lobo y por la grave situación económica, diga que todo vale si es por el déficit como situación excepcional. En el mientras, sentencias para todos los gustos, ya que siempre podría argumentarse que la expresión de cualquier otra medida’ que se considere oportuna a los efectos buscados, lo permite, claro que habría que entender que efectos se buscan en realidad, cuando en interpretación histórica los planes de empelo desde 1993, no han servido para suprimir empleo, sino para consolidarlo.

domingo, 28 de octubre de 2012

Pedro y el Lobo (y 3)

Para más lobos, en la dinámica descrita, el Gobierno nacional se propone lograr un cuerpo de funcionarios austero y eficiente que sea un valor competitivo para nuestro país, creando una  nueva cultura organizativa, con un nuevo sistema de medición de resultados y evaluación de rendimientos (EBEB Resurrexit).
Otro lobo anda suelto pues también el último Consejo de Ministros ha aprobado el Reglamento de los procedimientos de despido colectivo y de suspensión de contratos y reducción de jornada, desarrollando la Ley del 6 de julio de 2012, de medidas, y en concreto la  Disposición Adicional vigésima del Estatuto de los Trabajadores, afectante al personal laboral del sector público. Ahora sólo para este colectivo en el caso de las empresas del sector público, entidades o sociedades mercantiles en cuyo capital participe mayoritariamente el Estado, se aplicarán las mismas causas y procedimientos que den lugar a despidos colectivos previstos con carácter general para las empresas del sector privado.
Con un   procedimiento específico en el que será necesario un informe previo y vinculante del órgano competente en materia de función pública, además de la intervención de la  autoridad laboral y la  Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social. Se exigirá también más documentación justificativa, ya que el procedimiento se iniciará por escrito y deberá acompañarse de documentación justificativa exhaustiva sobre las causas que lo motivan, entre la que se encontrarán los presupuestos del organismo y las oportunas certificaciones.
Como ejemplo de que lobos de esta camada ya andan por los pastos, parideras y corrales y que estos no salen cazados como en el cuento puede verse que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (sentencia de 25.10.2012) ha dado luz verde al ERE extintivo acordado  por el Ayuntamiento de Estepona  que se ha llevado por delante a 176 trabajadores. La Sala estima la difícil situación económica y financiera, ante el  desequilibrio presupuestario, la ausencia casi total de autofinanciación y la existencia de una importante deuda fuera del presupuesto, superior a los 165 millones de euros, otrosí de  una  estructura municipal sobredimensionada.
En fin ya ven que hay lobos para todos y ahora  sí que viene de verdad, pues para otros colectivos hace tiempo que este lobo ibérico – se decía en extinción - anda a sus anchas. El caso es que cuando mis hijos eran pequeños veían habitualmente  Pedro y el Lobo (el de Prokófiev, claro) 
 
¡ Es verdar que dan ganan de llorar ¡

Pedro y el Lobo (2)

No sólo que nada de nada de aquellas propuestas, si no  que mucho de malo en la praxis autonómica, rayano en el despropósito y la vergüenza ajena, por mor especialmente del factor directivo. Así que con todo esto, entre otras razones, ya ha venido el lobo aunque no sé si con traje de negro o muy discretamente.   
El Consejo de Gobierno de este viernes 26 de octubre ha creado una Comisión para la reforma de las Administraciones Públicas, con el propósito de racionalizar estructuras, procedimientos y recursos, en el marco de  Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera y en coherencia con el Programa para la Aplicación del Fondo de Liquidez para las Comunidades Autónomas .Dicha Comisión se ocupara de analizar Duplicidades administrativas, Simplificación administrativa, Gestión de servicios y medios comunes, y Administración institucional.
Cuando la  Comisión concluya sus trabajos a finales de  junio de 2013, inexorablemente se dará la disminución de las estructuras autonómicas y locales, y con independencia de la lectura política que de esto se haga (recentralización, menor autonomía,…) lo que aquí interesa es que el lobo de la deconstrucción meterá sus fauces en el seno del poder político-administrativo. Con ello no sólo no habrá financiación para lo superfluo, sino que no habrán funciones, ni órganos, o éstos con menos funciones. O sea menos gasto público que equilibre la balanza pública.
Sin duda esto afectara menos a los actores locales o autonómicos, quienes avisados por Pedro, si lo creyeron o no, comenzaron a hacer sus ajustes. Ahora el lobo no sólo se comerá al ciudadano vía recortes, sino también a los políticos, sean estos bien lobeznos, cabras locas u ovejas pacientes y paciendo en el prado.
En buena lógica habrá que pensar que con ello habrá un ajuste previo de las denominadas políticas sustanciales del modelo de bienestar (las consabidas sanidad, educación, justicia, servicios sociales) y subsistirán quienes sean titulares competenciales de las mismas. De igual manera también hará efectivo un mercado interior homogéneo, sin trabas autonómicas, cumpliendo el dictado del artículo 139.2 de la Constitución de que ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculice la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo el territorio español.
Tal vez ahora salgan los políticos  ajustados y recortados a denunciar los recortes. Aunque también puede que todo quede en un gatopardismo de esos que tan acostumbrados nos tienen los que cambian algo, para que todo siga igual.
Incluso puede que alguien en este teatro del mundo, emulando a Tomas Moro le diga al fiscal de Gales (Sr. Richard Rich) en reproche de sus falsedades, … si es por Gales, (o por Europa o por España)

Pedro y el Lobo (1)

   En junio 2007, publicamos un artículo que llevaba por título ¿Quo vadis administración valenciana?, tiempos felices en los que proponíamos políticas administrativas propias de una concepción emprendedora y progresiva.  Decíamos que agotado el tocomocho del EFQM desde parámetros comunes al sistema OCDE-UE como acervo común de nuestro contexto político-administrativo había que empezar trabajar en la e-administración y la i-administración, hablábamos a de  desarrollar  las propuestas del Pacto local valenciano, mediante la Ley del régimen local valenciano, la comarcalización autonómica valenciana y lo relativo a los órganos de coordinación para las concretas descentralizaciones de políticas y servicios públicos. También nos referimos a las Agencias autonómicas, a sustituir por ese mostrenco jurídico y engañabobos  que es el sector público valenciano y demás instituciones sin valor añadido alguno y menos autonómico.
Hablamos incluso de institucionalizar metodologías de gestión pública, iniciándose mediante la creación de una verdadera Agencia de  evaluación de las políticas y programas autonómicos, en lugar de ese estrambote existente que nunca he sabido a que se dedicaba. Es más todavía me atreví  a la convergencia del pensamiento académico de todas al universidades y de la praxis administrativa en  un Instituto de Ciencias Administrativas o en una Escuela valenciana de Gestión Pública, con el propósito claro de investigar sobre la función directiva, la inserción de analistas de políticas en las zona de interfase político-administrativa, la coordinación interadministrativa y la de la gestión de redes. Terminaba indicando que Administración Valenciana sino  sabes dónde vas,  tal vez esto sirva para pensar por donde comenzar
De todo aquello  nada de nada, más allá  de la Ley de función pública valenciana – de la que nos ocuparemos en breve con ocasión de un libro sobre la misma – que sirviendo de nada y molestando mucho, está, cuanto menos  destinada al frigorífico. (ya hablamos algo en entrada de  2 de junio de 2009 EBEP: ¿frigorífico, cava,uvi?.

domingo, 21 de octubre de 2012

Invasiones en la vida colectiva de ayer y hoy: Fracaso de las clases directoras.

Así se titula el primer epígrafe  del apartado primero del capítulo II de la obra “Anarquía o Jerarquía” de Salvador de Madariaga. En 1934 se refería al fracaso de las clases directoras  como uno de los factores que más ha contribuido al descrédito de las democracias liberales. En contra a los sistemas autoritarios, las democracias por su tendencia natural a debilitar los resortes de la autoridad políticas, necesita que sus directores gocen de una alta autoridad moral y personal.
Para Madariaga las clases directoras no se han dado cuenta de la verdadera índole orgánica entre la sociedad y el Estado, absortos en los datos estadísticos que les legitiman, por mor de los votos.  Para el autor la democracia debe estar exigiendo pruebas constantes de la capacidad de sus dirigentes.
Ya en su tiempo habla del aumento de la complicación de la vida colectiva, en la que en la vida ciudadana se ve invadida por una expansión del rol del estado de una parte y de otra de la lógica de la técnica. Hay, más todavía, otra  poderosa invasión en la vida colectiva por parte de los  poderes financieros y económicos. Resalta Madariaga la incongruencia del sistema liberal en el que si la política respectaba el ámbito de la política, no ha venido sucediendo lo mismo  al revés. Es decir, la economía se interesa cada vez más en la política, invadiendo su esfera propia. Tenemos  pues una economía condicionada por la tiranía de los productores y la correspondiente lucha de clases, lo que conlleva a que el ciudadano lleve una vida económica malsana. Añade el autor que, en su tiempo, - el mundo se hallaba gobernado por la banca oficial y que como poder dominador e irresponsable era extraño a Platón y al mismo Montesquiaeu. Es tal su poderío que no necesita ensuciarse en la política, pues su poder de crear dinero mediante el crédito constituye una de las causas más significativas de disgregación del Estado liberal-democrático y de la perdida de la fe en la democracia y en la libertad.
Se ocupa finalmente el epígrafe comentado en referirse a la  internacionalización del poder y de la entrega de la prensa al servilismo de unos cuantos; la conclusión es que “el efecto combinado de todas estas aberraciones, confusiones y malas prácticas no se dejase sentir sobre el funcionamiento de la instituciones políticas (sic)” lo que conlleva a la degeneración y descrédito –merecido ayer y hoy decimos– de las instituciones liberal democráticas
El dictum de Don Salvador estaba en el temor de las derivas totalitarias de la época por mor de la decadencia democrática, apostando por profundos cambios aunque estos fueran heterodoxos a la tradición. La deriva desde 1934  es conocida; un escenario totalitario, una guerra civil internacionalizada, otra  mundial, otros totalitarismos,… y  al final, tantas voces a posteriori gritando ¡¡¡ para qué que tantos sufrimientos ¡¡¡.
Que diría el autor del origen y dinámica de la crisis, de lo que ha sido de sus bestias y de sus víctimas. Yo sí digo que como en su tiempo, hoy  tampoco  existen políticos directores capaces de dominar su escenario, la política y dejarla,  - a pesar de todo su poder de coerción legítimo y del  uso  monopolístico de  fuerza  - a salvo de la invasión de los titanes de ayer y los nuevos de hoy, ni en España, ni en la UE, pues lo que le pasa a España, no es sólo un problema con origen en causas e idiosincrasias domésticas.  

martes, 9 de octubre de 2012

¿Administración de diletantes?: Ya no cabe más diletantismo ni ad intra ni ad extra (y 3)

Entre  los que siguen beneficiándose del desorden establecido, se encuentran como factor de gran promiscuidad diletante con los benefactores del nepotismo que supone la, recolocación masiva e industrial de familiares variopintos en las Administraciones Públicas (sic)   en lo referente al Gobierno de la Nación y a su Administración General del Estado, y sin duda en otros escenarios más discretos. Esta dinámica tiene una especial trascendencia sobre lo que se espera de la gestión Pública en momentos difíciles.
España vive en una grave fractura  política y social según reciente análisis de los sociólogos, con un  rechazo global a todos los partidos, situación que no había ocurrido desde la transición. En el post precedente hemos hecho mención al diletantismo político.  Se habla de  Falta ejemplaridad en la clase política; Rechazo a todos los partidos sin excepción; clamor por una reformar del status quo del modelo autonómico; síndrome de la traición del voto.
En esta semana que estamos leemos que un auto judicial se  justifica la manifestación del 25-S en el marco de la libertad de expresión, ante la convenida decadencia de la denominada clase política.   Leemos también que la clase política y de los partidos políticos en general como uno de los principales problemas que tiene España - el principal problema que existe actualmente en España para un 26,9% de los ciudadanos - 
Pero también el Primer ministro británico David Cameron es cuestionado por su propio partido ante las críticas sobre su incapacidad para sacar al país de la recesión y ha de someterse a una evaluación próximamente. Ítem más, acaba de señalar Bernard-Henri Lévy que sobre la UE, Federalismo o Muerte, ya no hay elección: o la unión política, o la muerte. Todo lo demás, los encantamientos de unos, los pequeños arreglos de otros, los fondos de solidaridad, lo bancos de estabilización... lo único que hacen es retrasar el fin y mantener viva la ilusión del moribundo de que aún puede recuperarse (sic).
Seguimos con las descripciones y resulta que el profundo malestar social incubado durante la crisis económica está derivando en un problema de confianza en el sistema político. Sin  esperanza en  que los recortes presupuestarios enderezcan  el estado de la economía, se ha instalado la idea del agravio comparativo en el reparto de las cargas. Para  9  de cada 10 ciudadanos la crisis la pagan todos, menos los bancos y los más ricos. Resulta igualmente que la situación de Grecia, Portugal o Irlanda ha empeorado desde que se les lanzó el supuesto salvavidas europeo, toda vez que  el 77% de los ciudadanos comparte los argumentos de los que se manifestaron en las cercanías del Congreso de los Diputados, aunque no las formas dadas. El temor al empobrecimiento y la debilidad de la política crea en el imaginario colectivo  graves premoniciones  sobre la frecuencia de  las manifestaciones masivas, el incremento de la inseguridad ciudadana, asaltos a comercios, boicoteos a bancos,…, es más ya se piensa que la ley no es la barrera ante la que siempre hay que detenerse.  Otro  dato recientísimo que hay que mirar con cuidado cuando se estima por la Seguridad Social  que España perderá casi un millón de habitantes en lo que resta de década porque la emigración de ciudadanos al exterior será mucho más acusada que la llegada de inmigrantes.
Estos no son más que síntomas de que  la fractura  social va en  aumento, cleavage entre los que sufren de manera especial la crisis. Una apuesta es terminar en posible con las actitudes políticas diletantes, las descritas ahora y otras muchas que no caben en este espacio.  Por ello hay que leer con atención ese artículo del Profesor Martínez Sospedra intitulado ‘La revolución es una señora maleducada’ coincidente en el diagnóstico con el final del libro ‘El desgobierno de lo Público’ de Alejandro Nieto.

¿Administración de diletantes? : La polisinodia( 2)


Nos resulta también oportuno traer aquí  lo que se denomina `Polisinodia’ más conocido en el mundo de la  toma de decisiones como "comitología”).  Como sistema de gobierno colegiado tuvo origen en la regencia francesa  de  1715 y 1718  llevada por Felipe II de Orleans. Tras la muerte del Rey  Sol, y por influencia entre otros del Duque de Saint-Simon, y frente al  modelo absolutista de Luis XIV,  la aristocracia empezó a participar mediante de Consejos,  proponiendo  soluciones a los conflictos surgidos en cada cartera.
Hoy vemos toda una serie de órganos, comités, observatorios, Consejos…, ocupados por políticos que necesitan de un órgano técnico. Como el motivo de ocupar estos comités por políticos no es en razón a su teckné, es evidente que se presta al diletantismo y a la falta de responsabilidad en la toma de decisiones, entre que se deciden aspectos superfluos, entre varios y con la recámara preparada por aquello de que los técnicos lo arreglaran, antes durante o después  del acuerdo formal. La crisis económica se está llevando a muchos comités por delante, tal vez porque no producen valor público, que es lo que más se precisa ahora.
Recordemos ese paradigma de excelente coordinación interadministrativa del que no se habla mucho, aunque sí hace  poco, pues como una perla regional de nuestros elefantes blancos valencianos, se  acaba de desvelar  que la inversión pública de 70 millones de euros para el Parc Sagunt I, ha generado 100 empleos en cuatro empresas, cuando se anunció políticamente hace diez años, la creación de 30.000 puestos de trabajo. Yo que tuve ocasión de intervenir profesionalmente en esta aventura, fui invitado a la presentación del proyecto en el Palau de las Ciencias, en el que muy bien organizado,Ministros  y Consellers y sus polisinodias se repartían los méritos  sobre el proyecto de creación del parque industrial más grande de Europa de cuatro millones de m2. Incluso se hablaba de una segunda fase. Pasen y vean, sobre todo, que lo hagan  estos ciudadanos algo desencantados de la política a los que nos hemos referido en el anterior post.


¿Administración de diletantes?: Disfunción o perversión (1)


En el escenario politológico actual  cabria detenerse a pensar sobre el factor de los actores políticos dominantes y su posible calificación de diletantismo general. El diletante es aquel que  practica una ciencia o un arte sin tener capacidad ni conocimientos suficientes.  Weber  se refería en su tiempo  a la ‘Administración de diletantes’ para describir  a los empleados públicos como aficionados y no profesionales que ocupan puestos en virtud del spoil system.  Recuérdese que el denominado ‘spoil system’ es el paradigma de modelo que tiene  sus referentes en las dinámicas del botín, la cesantía o la confianza política. En su antagonismo se hallarían  los  modelos weberiano/wilsoniano de Administración (‘Merit system’). Hoy predomina un  modelo intermedio, el denominado por Quermone como “spoil system de circuito cerrado o de politización relativa”, que tiene su expresión más palmaria en la libre designación de convocatoria pública o en la provisión de los cuerpos de dirección pública.

En realidad se puede afirmar casi axiomáticamente que el principal motor del diletantismo es el sistema de privilegios de los que gozan algunos sectores político-administrativos (excluido la mayoría del  local), pues mayoritariamente se exige poco por cobrar, y se cobran siempre, a diferencia, por ejemplo, de los autónomos que no cobran a fin de mes incluso casi nunca, eso sí con el IVA y demás tributos, generan recursos ipso facto para los depredadores del sistema.

 La democracia tiene sus defectos y en algunos aspectos goza de un desorden establecido que beneficia a la clase representativa de la nación. Posiblemente el importantísimo aspecto representativo no pueda evitar el diletantismo, aunque sí reducirlo, sobre todo cuando en momentos como ahora debe prevalecer el sentido democrático igualitario, aunque sólo fuese por ser coherentes con la clausula de Estado social. Afortunadamente la democracia progresa en no pocos aspectos, y sin duda, esta crisis será aprovechada por la siguiente generación – especialmente los recién licenciados politólogos y economistas - para dar un salto cualitativo y cuantitativo al devenir democrático.

No obstante no hay  fórmula política o económica definitiva, aunque sólo sea porque al sol todavía le quedan unos 800 millones de años de vida antes de su gigantismo rojo.  Convendría estudiar si la contraparte del diletantismo político es el enanismo clientelar y el amancebamiento con la comodidad del laisezz faire, laissez passer que ha anidado cual huevo del cuco.


sábado, 29 de septiembre de 2012

Ese gran titán, con tantas cabezas y manos (y 2)


Perseverancia frente a ese fenómeno  que se denomina los mercados – eufemismo de la especie de titán - poderes económicos y financieros - que está  ahora arruinando  bancos, empresas, países y lleva unos años  haciendo temblar a nuestro  continente europeo y especialmente a España hasta el punto de que se considera uno de los principales enemigos para los servicios de  inteligencia españoles.  Cada año los mercados mueven 3.450 billones de euros, frente a los 45 billones que supone el PIB mundial, eso es algo así como  76 veces lo que genera la  economía real. 
Genera tanto daño (paro, angustia, miedo, miseria…) como la imposibilidad de imputación en sus autores merced a su  naturaleza  etérea. Podemos ser ignorantemente cómplices al confiar los  ahorros a un fondo de inversión que nos dice que  compra y vende activos tales  como divisas, acciones, deuda pública o productos derivados, y que resulta que de sus operaciones se encarecen  los productos alimenticios básicos generando hambrunas en los países más débiles.
Este titán que supone especialmente el poder financiero con sus diversas hidras  cabezas y manos, está  guiado por la codicia desmedida susceptible de  ser una de las causas del colapso político y económico. De hecho tiene ya subyugado a los poderes institucionales cuya dominación se sustentaba en el carisma o la tradición.
 Jared Diamond entendió como “un colapso”, a una  crisis que puede poner punto final a una civilización. Para este autor son cinco los factores que pueden provocar el colapso de una civilización: Un grave deterioro medioambiental por las actividades humanas, un cambio climático, las acciones de vecinos hostiles, el abandono de vecinos amigos y la incapacidad de la sociedad de reaccionar ante los problemas. Todos estos factores podemos sentirlos  en la situación actual, a escala mundial o doméstica, y que sin duda  agrava de manera galopante el malestar social.
Ante la  profundidad del mal, lo politólogos, sociólogos o economistas ya no puede sólo describir, han de prescribir e imponer recetas a los decisores públicos, antes de que las soluciones sean más traumáticas y de la mano de actores deslegitimados o intrusos.
Ahora bien, si se produce el colapso de la civilización, - que en todo caso debe distinguirse con el cambio de era descrito por el el historiador Paul Kennedy ante  cambios tan significativos como la disminución del peso del dólar, la desintegración de los sueños europeos, la carrera armamentística en Asia y la parálisis de la ONU -,  su causa no se reduce a cuestiones materiales, técnicas, estructurales o económicas, sino al tipo de cultura dominante en sí merced de los errores  axiológicos  y antropológicos, que permiten que la política esté al servicio de una errática economía. Ahora las ciencias sociales y la teología  pueden permitirse abordar sin tapujos ni imposturas los males del hombre y encontrar soluciones desde la necesidad de una verdadera revolución espiritual, superadoras de cosmovisiones particulares.
A los problemas  estructurales se añaden  diversos factores coyunturales especialmente significativos en nuestro país. Por mencionar algunos de ellos nos referimos al número de bandas organizadas asentadas en nuestro país,  junto a los casos de corrupción pública que permiten describir  lo que puede denominarse como diletantismo político y  que anclado en el binomio ineptitud-nepotismo, permite entender que nuestra patria es suelo propicio para su  disfrute por buena parte de los nuevos titanes.

Frente a ellos, de momento, un grupo de luchadores anónimos, día a día  no hacen sino imitar a Prometeo, dejándose el hígado cada jornada.