martes, 29 de junio de 2010

Pensamiento intelectual y gobernabilidad

Las Provincias, Opinión, 29 de junio de 2010

El insigne valenciano Fadrique Furió, ya en el Siglo XVI en su obra ‘El Consejo y Consejeros del Príncipe’, dedicada a Felipe II propone que “El concejero tendrá por objetivo el bien común, será justo, incorruptible, preocupado por el bienestar de todos, sea cual sea su condición social (...) hay que distinguir dos clases de lógica; la que se guía por la razón y la dominada por la pasión (...) Siete serán los miembros del concejo para abordar la materia, de hacienda, guerra, provisiones, estado, leyes, justicia y mercedes. La cualidad o habilidades para ser en el cargo suficientes, idóneos y hábiles será la de; Alto ingenio y elocuencia; conocimiento de lenguas: conocimiento de historia de culturas extranjeras; buen conocimiento y uso de las virtudes; ser político y saber distinguir entre gobierno de guerra y paz; conocimiento personal de culturas vecinas o enemigas; saber medir las fuerzas de amigos y enemigos; procurar el bien público y común; ser justo y bueno; franco y liberal, benéfico, manso y afable; con fortaleza interior anclada en la verdad - Abunda en esta cualidad las notas de ser sincero, no ser mentiroso, lisonjero, chismoso ni parlanchín.(…) el príncipe-gobernante será esmerado y prudente en la elección de sus miembros para poder servirse bien de ellos en el buen gobierno.
Tomás Moro, en su Utopía, señalaba que “En la capital de Utopía (Amaurota) nada de lo público se decide por el príncipe sin consultar al Senado... este órgano nunca trata nada una proposición el mismo día de ser planteada, sino que se aplaza hasta la próxima sesión para que nadie manifieste confusa y desordenadamente lo que primero se le ocurra y tenga que buscar buenas razones para su defensa.”
El ex director general de la Unesco D. Federico Mayor Zaragoza y Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid es uno de los intelectuales responsables del manifiesto “Críticos y ciudadanos : La Ciencia y la Universidad reivindican el pensamiento crítico”.
Otros personajes de gran valía se han ido sumando ante la repulsa que de “acontecimientos económicos, políticos y sociales de nuestro país en las últimas semanas, han aflorado voces que ponen en cuestión el papel de los intelectuales en la vida pública española ante sus opiniones críticas con determinados poderes, en debates sobre nuestro modelo político, económico, institucional o judicial.
En el manifiesto se muestra la repulsa a “La amalgama ideológica liberal-conservadora llevaba ya años intentando relegar el pensamiento crítico al ostracismo, a la inhibición y a la autocensura, abriendo dudas sobre la función social de los intelectuales y tratando de modelar el comportamiento de la ciudadanía en contra de los valores más positivos de una democracia. El debate ideológico parecía haber desaparecido. “
El manifiesto, reivindica, presencia de la intelectualidad en los debates públicos, en particular en la Universidad y en los centros públicos de investigación, aportando conciencia crítica a los procesos sociales y políticos. Si esto debería ser una constante en la procura de la gobernabilidad por parte de los gobernantes más lo es todavía en tiempo y situaciones de crisis.
El debate social parece estar polarizado entre la patronal y los sindicatos, entre el gobierno y la oposición, o entre el gobierno central y los entes autonómicos o locales, y a buen seguro que hay posiciones y soluciones intermedias y de encuentro.
Buena parte del pensamiento intelectual no sale del circuito del saber, no se difunde bien o no llega a los ámbitos de acción para los que son pensados. Si invertimos mucho en I+D+i y luego resulta que no se tiene en cuenta el resultado de la investigación, poco haremos
He tenido ocasión recién de leer un trabajo sobre la persistencia de la dicotomía entre política y administración y en él advierte de que Max Weber no hizo teoría de las organizaciones sino sociología política. El tipo ideal de burocracia utilizado por Weber en su sociología política como un recurso metodológico, ha sido interpretado como modelo prescriptivo o convertido en disfuncionalidades equivalentes. La sociología política de Weber puso en evidencia los riesgos de la desintegración entre política y administración.
Mientras la Administración científica es de aplicación al actuar administrativo, la perspectiva descriptiva weberiana es de aplicación tanto al ámbito administrativo, como al político.
Weber como Furió y Moro, fueron gigantes en su época sobre todo por su grandeza de miras en el ejercicio del gobierno y su necesidad del saber. El conocimiento y la sabiduría en el acierto de su aplicación es posiblemente una contribución constante para evitar las crisis de gobernabilidad. Aporta conocimiento sobre los problemas sociales, contribuye a la elección entre valores y aporta técnicas de actuación. Consecuencia y efecto es que abarca a la totalidad del mundo político-administrativo y a la integración de la racionalidad política con la técnica, tan necesaria para la factibilidad política.
Honestidad política, saber científico y compromiso ciudadano son las tres patas de las soluciones a los problemas de gobernabilidad.

¡Me sumo al manifiesto ‘Críticos y ciudadanos’

miércoles, 23 de junio de 2010

Propuestas para la crisis en el Sector Público

La reflexión sobre cuestiones de Administración Pública no es habitual más allá de las revistas especializadas. Si acaso lo ha sido como cuestión secundaria por temas de corrupción o de mala gestión, o como medio de ataque por la oposición a la hora de evaluar la acción de gobierno.
Las medidas que en nuestro país y otros de Europa se están adoptando sobre el control del gasto público y de ajustes estructurales suponen que en su fundamento está el cuestionamiento del Estado de Bienestar Keynesiano (EBK). Si no, como consecuencia de dichos ajustes habrá que plantearse su revisión o refundación. A raíz de estas cuestiones los medios buscan saber sobre la Administración Pública, y sobre todo en su aspecto de gestor del modelo de Estado y de convivencia. La afirmación de no hace mucho de Norman Birnbaum, Catedrático de Sociología de la Universidad de Georgetown, de que "Una crisis que puso en duda el futuro del capitalismo acabará por poner en duda el futuro del Estado" nos conduce a que no puede hablarse de Estado sin referirse a su modelo administrativo, tanto de la perspectiva sociológica, la político-institucional, o la organizativa.
El periódico ‘El Mundo’ dedicó un espacio el domingo 13 de junio a este particular en lo que afecta al ámbito autonómico valenciano.
Diversas opiniones coincidieron en lo sustancial, entre ellas la mía - recogida en síntesis – ofrecía el siguiente diagnóstico http//www.scribd.com/doc/33447783
“Hablar de optimización en la Gestión Pública que se traduzca en eficacia y eficiencia de las decisiones no es ni fácil ni simple, dada la fragmentación y diversidad de toda la acción pública. En el momento actual nos vemos muchas veces, ante la imperiosidad de la actuación, a movernos conforme al método del ensayo-error. Andamos huérfanos de una teoría normativa sobre Administración Pública, que sustituya o renueve el modelo tradicional, máxime ante el fracaso que ha supuesto la denominada nueva Gestión Pública, en lo que sobre todo afecta a la desactivación del Estado.
Cabe añadir que el debate académico no está sólo en qué tipo de gestión, sino que tipo de Administración para que Estado dentro de nuestro modelo occidental.
En nuestra Comunidad Valenciana se echa de menos una regulación ad hoc del denominado Sector Público. Precisamos de una suerte de ordenación normativa tal y como se ha hecho en la Administración estatal con la LOFAGE y la ley de Agencias. No necesitamos técnicas gerenciales del sector privado sino directivos públicos formados en Gestión Pública además de sus áreas específicas de intervención. El futuro de la actividad formativa del IVAP tiene que ocuparse de este nicho abandonado de la gerencia pública y debe aprovechar las sinergias de las ofertas académicas de la Universidad.
Mutandis mutandi mucho de esto puede aplicarse a los grandes Ayuntamientos, ahora que esta recientemente aprobada la Ley del régimen local valenciano debe pensarse seriamente en el papel de las Diputaciones y el rol que pueden ofrecer las comarcas y demás instrumentos asociativos para la gestión de los servicios públicos.
Se cuestiona mucho el papel de los asesores, a mi juicio todo depende de sí en realidad lo son. Más que el aspecto cuantitativo, lo que interesa a la ciencia administrativa es el aspecto cualitativo; ¿Aportan valor añadido en sus consejos?, ¿Realmente asesoran para la mejor decisión o simplemente justifican el desaguisado o error político?. Hay un ahorro económico, no mensurable como intangible que es en buena parte de la toma de decisiones públicas. La lógica cartesiana sirve para lo que sirve, es decir para lo simple, pero lo simple o no existe ya en la actualidad o no es problema. La complejidad llamó a la puerta de nuestra sociedad occidental hace unos cuantos años y esto hace difícil la acción pública frente a la complejidad y sus parientes diversidad, dispersidad, fragmentación y dinamismo, sólo caben soluciones con enfoque sistémico. Los problemas públicos deben solucionarse con perspectiva de futuro y de sostenibilidad.
Desde la óptica organizativa podemos hablar de medidas de ajuste del gasto, que pueden resultar coyunturalmente acertadas, pero desde la perspectiva estructural el éxito organizativo último vendrá determinado por la honestidad política, por la mayor profesionalización posible de los gestores públicos y un uso adecuado de la contratación administrativa que se centre en la mejor prestación o el mayor ahorro posible.
No obstante en última instancia la Gestión Pública en su sentido más amplio –política, directiva y administrativa –no es ajena al hecho de que en muy poco tiempo, tras la ruptura del bloque comunista, hayamos pasado de pocas certidumbres a multitud de incertidumbres. La tesis de la modernidad liquida del sociólogo Bauman – junto con A. Touraine, premio príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades - afecta como no a este sector, como principal responsable de la complejidad social.”

domingo, 6 de junio de 2010

¡Dices tú de burocracia¡

Firma invitada, ABC,Domingo séis de junio de 2010

¡Burocracia¡, la que tuvo que soportar Monsieur Sans-délai, el personaje del ‘Vuelva usted mañana’ de Mariano José de Larra. ¡Burocracia¡, la que refleja la recién estrenada película de Ricardo Darín ‘El secreto de sus ojos’, en la que se descubre un asesinato a pesar de la dinámica de los Juzgados argentinos.
Pero esto no es en puridad la burocracia sino, sus disfuncionalidades, conocidas por buropatologías y que tienen su origen en el sentido peyorativo y subjetivo que el ilustrado francés De Guernay, para referirse al oficinista que cansa la paciencia del ciudadano con el expedienteo, y que los anglosajones llaman Officialdom o Red tape.
Burocracia significa etimológicamente poder de la oficina o despacho (bureau) y para Weber suponía un sistema de dominación que, mediante el aparato administrativo, precisaba el Estado racional moderno para su desarrollo, aportando una alta dosis de predictibilidad en la ciudadanía. Esta previsibilidad administrativa en la actualidad, está bien presente en los semáforos, en los sistemas informáticos del back office administrativo, o en la joven administración electrónica .
Pienso que el recorte de las retribuciones de los servidores ha sentado mal, no tanto por su contenido, sino por su forma: Incumplimiento de acuerdos previos, falta de equidad, la improvisación... No estamos en un supuesto semejante al de los controladores de AENA, en el dicho sea, la Audiencia Nacional ha dado la razón al Ministerio de Fomento el pasado mes de mayo.
A los servidores públicos y posiblemente más que muchos ciudadanos, les molesta el cómo y por qué de los 2.181 entes autonómicos o la estética y ética de algunos que ejercen poder. Seguro que también les desagrada, el cómo y para qué de muchos organismos locales en los que se colocan a asesores, amigos y amigos de amigos con perfiles muy bajos en Gestión Pública, o el uso y abuso de la contratación administrativa. Seguro que tampoco les gustan los paraísos fiscales, la economía sumergida, la percepción de prestaciones indebidas o la insolidaridad tributaria.
Muchos de estos empleados son médicos, profesores, guardias civiles, militares, jueces, asistentes sociales, ingenieros … que resuelven diariamente problemas graves de los ciudadanos, a pesar de que las estructuras organizativas no funciones lo mejor posible .Buena parte de los servidores públicos no son funcionarios inamovibles, ni tan siquiera fijos y otros ni tan siquiera funcionarios. La mayoría de los empleados públicos percibe una retribución mensual entre 1.200 y 3.000 euros, si bien son ciertos los agravios comparativos que existen entre los distintos niveles político-administrativos.
Seguro que según la idea que ciudadanía tenga sobre la burocracia, reconsideraría la oportunidad y bondad de la medida, y a buen seguro, la considerarían hasta injusta si supiesen… lo que otros saben.
¡ Dices tú de burocracia ¡