martes, 22 de abril de 2014

La Administración Pública; ¿Oximorón,Babel u obra humana? (y 4)

Llevado esto al sistema político-administrativo  científico diríamos que lo mismo sucede con los planteamientos weberianos reflejados en 1919 en El político y el científico. La racionalidad que ha hecho prosperar económicamente necesita de un sistema político-administrativo racionalmente  equivalente. El equivalente del empresario es el político, y el del técnico/científico es el funcionario. Hay un binomio poder económico/político+teckne científico/profesional que son el fundamento del buen funcionamiento del sistema. Esto lo representa Weber en los tipos ideales para el político  y el funcionario, sus roles, psicología, ética distinta, son meramente metodológicos, una analítica en el marco de la sociología comprensiva weberiana, en la que lo comprensivo tiene por objeto la captación del sentido de una actividad humana: es decir la política.
La grandeza  de la obra weberiana, más intuida que entendida, supone que las categorías éticas utilizadas son avisos - desde una Ciencia no libre de valores (ética de la responsabilidad vs. ética de la convicción) – hacia un ardor revolucionario de intelectuales políticos obstinados  tras los hechos de 1918. Así avisa de que toda acción comprende culpa  y la responsabilidad de los efectos políticos ha de recaer sobre de lleno sobre el hombre que hace de sí una causa. Avisará pues de que (...)Quien busque la salvación de su alma y la redención de las ajenas no la encontrará en los caminos de la política, cuyas metas son distintas y cuyos éxitos sólo pueden ser alcanzados por medio de la fuerza Los genios o los demonios de la política viven en pugna interna con el dios del amor, así se trate del dios cristiano en su evocación eclesiástica; y esa pugna puede convertirse en cualquier momento en insoluble conflicto. Esta experiencia la conocían los contemporáneos de la hegemonía eclesiástica (…).
Hay que leer   El Político y el Científico teniendo en cuenta la relación social entre ambos tipos en un escenario en el que  un profesor (científico) enseña a unos alumnos (futuros políticos) desde un atrio universitario, cual es la estructura de la realidad política.
Esa metodología nos diría que el hombre es lo que es sociobiológica,antropológica y económicamente, a lo que puede sumarse lo indicado sobre la vanidad y otros comportamientos humanos en política (vistos en la entrada La separación política-Administración (1): De la ortodoxia a la heterodoxia )
Cuando termina de leer que de una parte la corrupción política ha supuesto 1700 causas judiciales con  500 imputados y tan sólo, por ahora, 20 políticos en prisión, y de otra, que no hay que alarmarse porque en la CV esto sólo lo ha hecho un 1 ó 10 % , - que potencia depredadora- uno se queda temblando.  Así que seguro que más de alguno habrá que diga, aquí y ahora, que de una aplicación del esquema weberiano, el político real ‘típico’ de nuestros tiempos  está más cerca de ese “vulgar ricachón, ostentoso, propenso al goce del lujo inútil” que del empresario o político ideal.  Ya lo dijo el sociólogo “Vive de la política como profesión, quien trata de hacer de ella una fuente duradera de ingresos; vive parala política quien no se halla en este caso”.
Los excesos de esa manera de política (los que ‘viven de’ y no ‘para’) hicieron que  voces proféticas en los ’30 avisaran de los excesos del abuso de la democracia (por todos MADARIAGA en Anarquía o Jerarquía, o  HELLER en Rechtsstaat o der Diktatur? o  Europa und der Fascismus). Revisítese pues la historia en las soluciones al malfuncionamiento del republicanismo democrático, pretorianismo judicial o militar, tax revolt, bloqueos y embargos internacionales, dinámicas manos limpias …)
Dónde está pues esa figura del político emprendedor que tiene la legitimación del poder  sobre la  Administración  como empresa estatal de dominación para el progreso social y económico. Ese figurante, se nos presenta  vanidoso y soberbio por inepto, adulado solo por sus vasallos, cual señor feudal, que alimenta y da prebendas.
Sobre ese político dirigente definido y analizado por Weber ya se pronunció en términos esperanzadores  Ortega y Gasset, pues en 1952 (Conferencia sobre “The contribution of managment to European prosperity”  organizada por el British Institute of Management, Torquay,Reino Unido)  diría (…)  que  al complicarse en tal grado el proceso de producción la figura del gerente ha tenido que adelantarse a primer término. Sin él nada puede marchar. Deprimido el capital, excitados los obreros, siendo forzoso el empleo de técnicas difíciles, todo viene a gravitar sobre la capacidad de los gerentes (…)
Todo se complica más cuando a ese protodirectivo hábil y capaz no se le permite implementar sus innovaciones por ser políticamente incorrectas o molestas al establishment. Y ya se sabe que de  la frustración a la corrupción hay un paso. Dicho en feliz  expresión de Frederick Herzberg  "no se puede motivar a nadie a hacer un buen trabajo, si no tiene un buen trabajo que hacer"
Sobre el rol del político actual recientemente también  se han preguntado los científicos de la  Administración Pública,  en el marco de los debates sobre los nuevos paradigmas político-administrativos.
Así  C. POLLIT, manifiesta (…) ¿Qué se supone que deben hacer los políticos en este Desafiante Nuevo Mundo? ¿A qué se dedican nuestros representantes electos? En este sentido, tenemos que ser bastante cuidadosos, ya que la teoría gerencial que se he importado del sector público durante los últimos  veinte años dibuja a los políticos como estrategas que fijan objetivos generales y definen los valores dominantes, dejando después el rumbo de la nave en manos de los gestores. Esta visión siempre me he parecido poco realista, y contraria tanto a la evidencia científica como a mi propia experiencia. Los políticos ni quieren ni están preparados pare ser super planificadores, no están preparados ni quieren apartarse de los detalles organizativos; de hecho, parece existir un imperativo político que exige parecer implicado cuando las cosas van mal (los desastres son siempre organizativos, nunca doctrinales) (…)
[“Hacia una nueva teoría de la Administración Pública: Algunos comentarios sobre la 5ª  conferencia Braibant de Jocelyne Bourgon” en Revista Internacional de Ciencias Administrativas,  73-1, 2007]
Para ir pensando pues, tras relacionar los tentativos enfoques cono métodos analíticos descriptivo-normativos, podría decirse que si la  Administración Pública ;
Ø   es un oxímoron, por perversión o ineptitud, preferiríamos la anarquía organizada, con vuelta al espacio de dominación efectivo (Forsthoff). No debe mantenerse económicamente un sistema así. Un ‘análisis racional compresivo/sinóptico’ podría examinar esto como alternativa republicano-comunitaria-autogestionaria-  a la burocracia frente a los mecanismos sociológicos de dominación pretéritos carismático y tradicional.
Si  el desorden ha sido  establecido perversamente por la clase dominante, con cirugía extírpense los tumores y cauterícense los espacios tecnoestructurales. Sígase un ‘modelo normativo óptimo’ para una regeneración institucional político-administrativa en la que ya no sirven esas reformas gatopardistas sobre buen gobierno y transparencia (el inventario sobre los bienes de los altos cargos ya fue  ordenado por el Conde Duque de Olivares en tiempos  de Felipe IV). Aquí hablamos de los negocios con lo público en los servicios sociales, del pantouflage entre la  Administración y las grandes empresas públicas y privadas,…
 
Ø  es Babel, como confusión de lenguas, establézcase un ‘modelo incremental estratégico’  y que vuelva la lengua de los derechos como categorías conceptuales y positivas, a ser una de las alternativas de opción. Es decir una  Administración Pública para el servicio ciudadano y si la partitocracia no puede asegurar esto, refórmese la ley electoral u otórguese legitimación a otros representantes de la sociedad, o redúzcase el ámbito de lo político al máximo. El lenguaje de la  Administración es la gobernabilidad, la equidad, la eficacia/eficiencia, el servicio público, el ciudadano-propietario, el funcionario servidor, el político apto, la igualdad, la solidaridad, el derecho, el buen gobierno, la gerencia profesional, la elección racional, los bienes públicos…
 
Ø Si la  Administración Pública, como toda pretensión colectiva, es una  obra humana inacabada pero  en progreso constante, desde un ‘incrementalismo simple o desarticulado’, la acción de gobierno debe facilitar los medios propicios para su devenir evolutivo. Sin duda nuestra Administración Pública  desde un enfoque de contingencias culturales, es un reflejo de un entorno plagado de graves deficiencias éticas (vg. los profesionales y empresarios no sólo no se fían de sus competidores, es que tampoco de sus clientes y viceversa)
Las exigencias de la buena administración no se agotan en una compliance social sobre el Código de buena conducta administrativa del 2001, sino en un cambio  cultural sobre la concepción de lo público. El que nuestro bienestar mediterráneo dependa  - afortunadamente- en un alto porcentaje en la familia, no significa el cumplimiento axiomático de que, cuando se alcanza un cargo público haya que corresponder inmediatamente a la familia extensa. No se justifica ningún tipo de legitimación en ello, menos todavía la legal. No puede corresponderse con bienes colectivos a los compañeros de cancha, los vecinos de la urbanización, las hijas del jardinero, lo ex socios  de la empresa de la mujer, los sobrinos constructores de familia, y así …
Es fácil averiguar por qué esto no sucede en aquellos países en los que lo colectivo supone cerca del 60% de la renta individual, y por ende, sus referentes religiosos, consideran a las prácticas contra la sociedad una falta grave.
En su tiempo el Barón Karl Von Stein, -no confundir con el posterior Lorenz Von Stein- ministro de Federico Guillermo I de Prusia y político impulsor de reformas sociales y administrativas de calado, recomendaba que para mantener el espíritu activo de la administración, sería conveniente además de fusilar cada tres años a algunos ministros,consejeros y generales, el despedir a todos los funcionarios de más de 50 años.
 La  madre Teresa de Calcuta, al preguntarle un periodista sobre qué habría de cambiar con urgencia en la Iglesia Católica, contestó; usted y yo. Me quedo con esta reflexión también para la Administración. O sea, que si bien hay que hacer cambios tecnoestructurales e institucionales radicales, estos requieren de revolucionarios cambios culturales.

La Administración Pública; ¿Oximorón,Babel u obra humana? (3)


c) Enfoque desde  la sociología (tipos  tipos ideales) weberiana.- Weber, con Durkheim y Marx forman es parte de la trinidad laica de la sociología y se ocupó en el enfoque  metodológico  desconfiando de las verdades irrevocables. Se ha dicho que la máxima contribución de la sociología weberiana reside en sus contradicciones, precisamente porque  permite el avance científico, aunque,  Weber no quiso construir una Teoría General u onmiabarcante sobre las realidades que analizó (burocracia, pensamiento calvinista, dominación,legitimación política…). Weber hace una  lectura comprensiva de la sociología, desde un esquema opuesto a la lucha de clases y, por ende,  distinta y distante al enfoque  marxiano, como en su día ya hiciera Von Stein.
 No es fácil de entender  in limine’ el esquema weberiano, pero si vemos que para él la sociología es una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social, para de esa manera, explicar casualmente, su desarrollo y efectos. El objeto sociológico es la acción social, siendo la conducta la acción del hombre en la que toma posición frente a cierto objeto encontrando en él su término de referencia. El comportamiento racional con relación a fines buscados representa el tipo ideal de conducta con el que se construye el esquema interpretativo.
En La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1904) Weber presenta el tipo ideal  del empresario capitalista, señalando que nada tiene que ver con el  vulgar ricachón, ostentoso, propenso al goce del lujo inútil  o  consciente del poder. Éste  empresario presenta rasgos ascéticos, es  sinceramente modesto. Nada de su riqueza  lo tiene para su persona; sólo posee el sentimiento irracional de cumplir buenamente su profesión.
Aquí advierte Weber que el tipo ideal es el objeto de investigación, no es el del   tipo corriente dado empíricamente. Como se ha dicho el  tipo ideal es ,entonces, un cuadro conceptual que no es la realidad histórica, al menos   la  verdadera y , que con mucho está destinado a servir como esquema bajo el cual deba subsumirse la realidad  como especímenes, y no que, en cambio, tiene el significado de concepto límite puramente ideal ,respecto del cual la realidad es medida y comparada a fin de esclarecer determinados elementos significativos de su contenido empírico. Cuando Weber desarrolla la posibilidad de comprender la  acción social a través de la racionalidad del esquema interpretativo construyendo tipos ideales que contrastan las  desviaciones racionales. Lo racional no  significa tanto que sea lo predominante en la sociedad sino que es un recurso analítico.
Para Max Weber la organización económica capitalista europea, tiene como peculiar la racionalidad sobre el más estricto cálculo, hallándose ordenada, con plan y austeridad al logro del éxito económico. Además esta racionalidad, en la civilización occidental no se constriñe  a la esfera económica, abarca todos los aspectos de la cultura occidental. La  racionalidad consiste  en la organización de la vida  mediante la división y coordinación de las actividades sobre la base de un estudio preciso de las relaciones entre los hombres con sus instrumentos y su medio ambiente en vista de una mayor eficacia y crecimiento. Se  trata, pues, de un puro desarrollo práctico  operados sobre sobre el genio técnico del hombre
 
[Cfr. Archiv für Socialwissenschaft und Sozialpolitik, vol. XIX, fascículo 1(1904); " La objetividad cognoscitiva en la ciencia social y en la política social (1904);  Sobre algunas categorías de sociología comprensiva, (1904)].

La Administración Pública; ¿Oximorón,Babel u obra humana? (2)

El problema de verdad de cualquier organización vienen cuando no se quieren ver los problemas, - ISP (Ill structured problem); no se ve el problema, no se quiere ver o se enmascara, como sucede en la mayoría de los discursos institucionales de mostrar en el peor de los casos la  botella como medio llena.
Ya sabemos que la racionalidad óptima no existe en política, aunque solo fuera porque ni se tiene tiempo, ni toda la información ni la capacidad intelectual para evaluar todas las alternativas posibles. Los modelos de máxima racionalidad (normativo óptimo, sinóptico, raíz comprensiva, Modelo I de Allison, … son de imposible implementación. Pero entre estos y el cubo de basura (Garbage can) o el incrementalismo simple existen métodos intermedios. Pensemos por ejemplo en uno que siguiese el análisis incrementalista  estratégico y comenzar con algo así como “Houston tenemos un problema”. Este problema –siguiendo el modelo analítico de Lindblom, de limitar las alternativas, aunque profundizando en ellas, podría quedar fijado/acotado en una situación institucional de bloqueo que pasaría por lo siguiente;
1) Las instituciones están actualmente por ser más instrumentos de poder, que de servicio a la ciudadanía,
2) Esto no es democrático,
3) Hay intereses personales y de grupo en mantener el estatus quo de ‘desorden establecido´, el cambio será generacional o desde fuera,
4) La ciudadanía no cree en el sistema, se abstiene de votar y no quiere contribuir fiscalmente (evasión fiscal, economía sumergida, contabilidad B,…)
Las estrategias para terminar con el problema fijado pasaría por  establecer enfoques analíticos teóricos, más  confluyentes que antagónicos o alternativos, y en todo caso,   con la doble pretensión descriptiva/prescriptiva;
 
 1) La botella medio llena.- Hay espacios temporales,geográficos,funcionales, orgánicos donde sí se sabe lo que se hace, aun a sabiendas de que no es lo óptimo.En ellos la  Administración Pública  no sólo es eficaz, sino eficiente. Es masproactica y prospectiva, si bien es cierto que lo es donde menos luce, donde menso puede (defensa exterior, seguridad e inteligencia nacional, transporte) incluso en políticas sustanciales como educación y sanidad. No se hacen las cosas como en Utopía de Moro o la ciudad de Dios de San Agustín, pero en no pocos espacios en nuestra España estamos a la vanguardia de muchas cosas, es más somos la envidia en algunos aspectos, e incluso no son ciertos los espejismos de afuera. Hay motivos para esperanza, a pesar del retroceso económicos, hay progreso social (menos violencia –75 años de paz seguidos - las solidaridad familiar es muy alta, más empatía social, educación y sanidad universales prácticamente, … Y en todo caso, administrativamente  somos consecuencia de la cultura mediterránea, con sus bondades y debilidades.
b) Administración Pública como Torre de Babel.-   Como se manifestado en buena parte de  este Blog – sin agotar la problemática en ello -  en la  Administración Pública se hablan lenguajes distintos no sólo semánticos, sino antitéticos y contratradictorios. Los conceptos  político, económico, técnico, sociológico, jurídico, no sólo son imprecisos sino retóricos, apriorísticos y pseudocientíficos. Pretender legitimar intereses partitocráticos,plutocráticos,hierocráticos,aristocráticos,ideológicos. Bajos los mismos se albergan perversiones patrimoniales, económicas, clasistas en  todo el espectro, en realidad alejadas del interés…
Algún autor reconocido ya dijera (…)La Torre de Babel comenzó a ser edificada cuando, en el ámbito académico universal, la administración pública fue siendo reemplazada por el management público como una supuesta disciplina alterna. Antaño la administración vinculaba a una diversidad de culturas administrativa, y del tal modo, la inglesa publica administration significaba administration publique en francés, así como administración pública en el español y administraçao pública el portugués. Esas voces significaban pubblica amministrazione en i taliano, y hasta el alemán contaba con el vocablo administration como sinónimo de su nativo verwaltung (...)(Cfr.  GUERRERO OROZCO,O. El management público: una torre de babel, México, 1998.)
MONTESQUIEAU en la edición de 1757 de El Espíritu de las Leyes diría;  “Yo he tenido ideas nuevas: ha habido necesidad, por tanto de encontrar nuevas palabras o de dar a las antiguas nuevas significaciones”.
Así GARCÍA DE ENTERRÍA en La lengua de los derechos  (2001),  afirma  que fueron  418 palabras las que cambiaron el mundo, al socaire de la revolución francesa. Revolución que  también fue  lingüística al institucionalizar nuevos conceptos para un estilo de vida en libertad. Una lengua de los derechos, daría un nuevo sentido y alcance a las ideas y conceptos de ‘igualdad’, ‘libertad’, ‘derecho’, ‘ley’, ‘poder’ ‘asamblea’ ’constitución’, ’responsabilidad’ de tal manera que el lenguaje mismo serviría de instrumento del cambio político y social con un nuevo Derecho Público, anclado en el principio de legalidad como requisito del ejercicio del poder y a la vez de la garantía de los derechos y libertades que institucionalizarían derechos subjetivos, instrumentos presentes en la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1879.
 

La Administración Pública; ¿Oximorón, Babel u obra humana? (1)

Un oximorón es una figura literaria que se utiliza para reflejar una contradicción en los términos, de dos conceptos opuestos que  generan un tercer supuesto de carácter ‘absurdo’ (instante eterno, dulce amargura) y que fue usado con frecuencia por Heráclito. Su figura literaria opuesta, es el pleonasmo en la que se utilizan dos términos redundantes como un recurso estilístico (sube hacia arriba, la abracé con mis brazos …)
Diríamos en este sentido que un pleonasmo sería decir  Administración organizada y un oxímoron;  Administración desorganizada,… Dicho de otro modo, puede hablarse de una  Administración/organización mal organizada, con una deficiente estructura funcional, inadecuada tecnoestructura, ineptitud en el ápice estratégico, … sabido que no existe la organización perfecta, como obra humana que es. Pero  establecer un hábitat organizativo caótico,timorato, pelele del poder económico, sin lógica ni estrategia propia, sin rumbo, sin timonel y, escenario de la depredación o reparto de la miseria, significaría analíticamente describir la desorganización de la  Administración Pública.    Una  organización se equipara a la figura del oximorón cuando  no se controla, porque no se puede, o no se quiere. Y si una organización no controla el ámbito de actuación dónde actúa, se vuelve una contradicción. Recordemos de nuevo la  obra de A. Nieto El desgobierno de lo público, en la que advertimos ideas próximas.
 
Veamos que comportamientos nos parecen  próximos a un oximorón administrativo;
Ø  Cuando en materia de reformas administrativas, la implementación de esta aumenta la carga de trabajo(gestión de la calidad, evaluación del desempeño, sistemas y procesos de rápida obsolescencia,…).
Ø  Cuando hay miedo a denunciar las irregularidades del superior, pro desconfiar en la tecnoestructura (subsecretaria, inspección de servicios, …).
Ø  Cuando los rotos tienen que repararse desde fuera. Una cosa es, que juzgar a la administración sea también administrar y otra, es que todo tenga que judicializarse, por desconfianza en el sistema.
Ø  Se siguen modas administrativas (, ciudadano como cliente sin capacidad de elección, cartas de servicio sin normatividad/coercibilidad, …).
Ø  Se maquillan ajustes de plantillas por necesidades  presupuestarias, con un coste de transacción alto,para luego recolocarlos con cargo al presupuesto.
Ø  Cuando se crean grupos de reflexión polisinodia/comitología y no se reúnen casi nunca, o lo hacen con instrucciones sin deliberación.
Ø  Cuando se buscan problemas para soluciones ya predeterminadas bajo dinámicas  de anarquía organizada/ cubo de basura (Hay que contratar con X que hace ‘xx’ a pesar de que nuestro ámbito no necesite ‘xx’. Necesitamos ‘yy’ pero el que los hace (Y) no es de los nuestros).
Ø  Cuando se invierten en actuaciones que pronto quedarán obsoletas.
Ø  Cuando el partido de la  oposición critica lo mismo que hizo o hace en contextos de gobierno (vg subvencionar al clientelismo).
Ø  Cuando se siguen dinámicas de actuación de ensayo-error
Contrario, en suma, a la idea moderna de  Administración Pública es cualquier dinámica que suponga esta ser un reducto para el ejercicio del poder, permitiendo espacios francos a los feudalismos. Si la  Administración Pública en la praxis sigue la lógica feudal porque es la más operativa, vuélvase sin más   a ella. La política partitocrática, la universidad, lo centros de poder ejecutivo, están en ello. Vuélvase entonces al cameralismo o a la ciencia de la policía – aunque fuera la ilustrada- . Pero actuar formalmente conforme a los parámetros de la  Administración Pública moderna y no estar sustancialmente en ello, conlleva un coste fiscal elevadísimo, pues si la democracia es el modelo político más caro, su perversión la hace económicamente inviable como han demostrado los hechos recientes. Dense prisa señores decisores, no sea cosa que en esta carrera por salir del feudalismo nos ganen otras organizaciones tradicionales.

domingo, 6 de abril de 2014

Gobernanza y Gestión Pública (y 3): El metagobierno


Para ello, en primer lugar, la  Administración  debe ofrecer lo mejor de sí misma, si quiere exigir del resto de actores compromiso de lealtad institucional. ¡Qué daño hemos hecho a este país y a nuestro partido permitiendo que recién licenciados ocuparan Direcciones Generales¡  dijo un presidente autonómico en su día. Ni directores, ni asesores, ni contratistas, ni jefaturas de servicio… Un recién licenciado no puede sino estar gradualmente iniciando una carrera en lo público. Como un becario no puede dedicarse a la docencia, más que parcialmente, por eso existen los contratos de formación, de prácticas, los aprendices,…. Un político como líder emprendedor no puede – ajuste de la ley electoral – acceder a un puesto de responsabilidad sin haber demostrado  su capacidad en  la sociedad con anterioridad. Los méritos de becario, interino, asesor, juez sustituto, político, órgano consultivo, meritorio o fallero, no sirven ya para la gestión política/directiva  actual. Hay que buscar una especie de MIR para gestión política. Yo desde luego desaconsejaría  a actores no gubernamentales, implicarse en  proyectos públicos dirigidos por  personas no aptas para el desempeño, como desde luego  votaría óptimamente  a quienes incluyan candidatos con  aptitudes o actitudes virtuosas, conocidas de antemano.

En segundo lugar, estos directivos aptos sabrán cuando deberán iniciar un proyecto bajo la modalidad de Gobernanza, y para ello no podrán recurrir al  análisis incremental  simple, pensando en una solución para ‘salir al paso’. Seguramente el método raíz o de racionalidad comprensiva (vg. las políticas del New Deal) no será posible, al no darse los presupuestos de máximo tiempo, máximo información, máximos recursos, análisis exhaustivo de todas las alternativas) pero sí pueden encontrarse móndelos normativos intermedios. Así puede verse en la ‘exploración combinada’ de (Etzioni), en el ‘modelo de política racional’ de Allison, el ‘Incrementalismo de Lindblom de segunda generación’ (exhaustivo o estratégico) y sobre todo el ‘Modelo normativo óptimo’ de  Dror. Las notas diferenciadoras de este son la  clarificación de valores, objetivos y criterios de decisión; Identificación de alternativas; Cálculo preliminar de los resultados; consenso en los analistas; incremento del análisis; decisión en función de la información teórica y empírica; mejora del decisión-making desde la experiencia, iniciativa, creatividad, desarrollando de los skills directivos y promoviendo el esfuerzo intelectual

La tercera característica sería la de establecer instituciones, (procesos y estructuras) que garanticen que en el juego de actores gubernamentales y no gubernamentales, se preserve el interés público (Neoinstitucionalismo Estratégico) y no quede todo en la dinámica del cubo de basura o anarquía organizada, en la que sustancialmente  se busca  un problema para una solución.

El Neoinstitucionalismo Estratégico se presenta como mecanismo para transitar hacia el segundo y tercer nivel de gobernanza, señalados. Desde la construcción del aspecto procesal de la acción de gobierno, creando instituciones ad hoc para asegurar la gobernabilidad en una gestión de redes con alto grado de riesgo y estrategia  que se ofrece  por mor de la   complejidad, diversidad, dispersión, fragmentación, por no hablar de los intereses ocultos  y perversidades de ciertos actores. Aporta y exige reglas de juego para la policy network y establece estructuras organizativo-institucionales, que  gestionen y controlen los fines y los medios, sobre todo teniendo en consideración especial que el estilo final de gobernabilidad ha de ser  muy cauto según la tipología de  los actores y tener especial cuidado de la relaciones interadministrativas con actores políticos heterogéneos.

En definitiva y en síntesis, el Neoinstitucionalismo Estratégico, desde un enfoque contingente y sistémico puede aportar, no sólo la creación y el reforzamiento institucional, sino elementos para el ‘meta’ gobierno , para que;

1) La Administración no pierda su papel predominante en cualquier contexto de gobernabilidad.

 2)  Se incorporar y consensuar en el  diseño estratégico de innovación política  aquellas propuestas de los actores que redunde claramente en el interés general pretendido, de un desarrollo sostenible y crecimiento del bienestar integral compartido.

3)  En la gestión de redes de asuntos  con actores heterogéneos, implica el que  predominen siempre los intereses generales o públicos, que excederían de los intereses concretos territoriales o de grupo. 

Gobernanza y Gestión Pública (2): Los cantos de sirena

La gobernabilidad, bajo gobernanza implica tener en cuenta si algo debe ser hecho por la sociedad o activarlo para el Estado y en qué proporción. Si aporta valor social será pues hecho por uno u otro.  Kooiman  habla de la necesariedad de plantear   tres niveles;
a) El primer nivel de gobernanza: Hay que ver en ella, la solución de problemas y la creación de oportunidades.
b) El segundo orden de gobernanza: La construcción de instituciones para que las interacciones basadas en los principios de conducta racional pueden ser institucionalizadas y constreñidas/controladas.
c) El tercer nivel de gobernanza: La meta-gobernanza como un modelo orientado a la norma, lo que llamaremos ‘meta’ el gobierno del gobierno de la gobernanza
La gobernanza no puede plantearse  como modelo de solución ‘tout court’, esta no es la solución  a todos los problemas, toda vez que  las actividades definitorias del Estado deberán seguir estando bajo el modelo dirigista. Pero es que la Gobernanza tampoco es tan nueva, esta ha existido siempre. La ayuda de la mafia a USA para la lucha contra el fascismo italiano, en las patentes inglesas de corsos   para robar el oro de los galeones españoles en nuestra CV  lo hemos visto con Jaime I y su conquista del reino sin dinero, ni ejército. También  en su descendiente Jaime II con los Almogávares  y los mercenarios (Roger de Lauria, Roger de Flor). La colaboración público privada es una expresión muy actual y positivizada de ella en el marco de la gestión de los servicios públicos, vista experiencia previa en la gestión de grandes servicios públicos – necesariamente bajo formulas IPF - en el Great London.
Huelga decir que  buena parte de los fastos en nuestra CV en  estos últimos años no es el ejemplo a  seguir en la materia, porque ni se han seguidos  criterios de objetivo interés público, y el costo para las arcas públicas ha sido inefable
 En suma es preciso saber que se gestiona mejor bajo ese modelo y establecer mecanismos de gobierno para la misma.

Gobernanza y Gestión Pública (1): La metapolítica

Es lamentable como se usa la palabra gobernanza en contextos ajenos a la misma y además confundiéndola con términos de contenido distinto, como el buen gobierno o la gobernabilidad. Gobernanza significa que el estado ya no agota lo público, significa que el interés público ya no residencia con carácter monopolista en él y supone que el Estado necesita de otros actores (sociedad civil y empresas) para llevar a cabo alguno de sus proyectos sociales. El Estado ya no puede hacerlo todo, por el todo de hoy es cuantitativa y cualitativamente mucho mayor que hace apenas 70 años, recién terminada la II guerra mundial. 
Para entender bien lo que puede hacer la Gobernanza como metagobierno y concepto metapolítico que no equivale ni se agota en  la participación ciudadana, la transparencia, la gestión de redes el gobierno multinivel,… vamos ver unos conceptos que  pueden contribuir a su ubicación en una Teoría de la Gobernabilidad, de la que la gobernanza no sería sino una subteoría o aplicación/modalidad/instrumento  de la misma.

Ø  METASISTEMA (Estado-sociedad): Para García Pelayo el avance del Estado social ha supuesto una estatalización de la sociedad y una socialización del Estado, de tal manera que la distinción clásica sólo es metodológica. La realidad es que Estado y sociedad son partes de un metasistema. La idea de metasistema incluye también al sistema económico. La disolución del Estado y la Sociedad en el Estado Social, supone que ya  no sistemas autónomos, autorregulados, sino profundamente interrelacionados entre sí a través de relaciones complejas, con factores reguladores extra sistémicos y con un conjunto de subsistemas interseccionados que hacen tengan que ser considerados como partes de un metasistema, macrosistema o sistema de sistemas.

Ø  TEORÍA DE LA COMPENSACIÓN-INTERACCIÓN: Para Garrido Falla siguiendo a Schindler la conexión entre Estado y Sociedad, reside en que lo que la sociedad deja de hacer es asumido por el Estado.

Ø  PROBLEMA DE ARROW, que  consiste en analizar cómo los grupos de personas pueden tomar decisiones que satisfagan las condiciones de una función de bienestar social sin su imposición por medio de la autoridad. (seguridad vial, medio ambiente, justicia conmutativa y otros ejemplos objeto de políticas)

Ø  Según la EFICIENCIA PARETIANA una asignación es eficiente cuando no es posible reasignar los recursos mejorando la posición de un sujeto sin empeorar la de otro. Como resulta muy difícil sustituir unos bienes -públicos o privados socialmente preferentes- por otros, sin merma de los primeros, el arte consistirá en no gastar recursos en aquellas arenas en las que la ciudadanía se autogobierna, o dicho de otra manera, se autorregula evitando gastos públicos.
Como el Estado ya no puede hacerlo todo la estrategia consiste en ir sumando actores para la gobernabilidad y el logro de satisfacer intereses públicos (sociedad civil, tercer sector, mercado no salvaje...), que permitan el aprovechamiento de sinergias e interacciones externas sin reducir los inputs públicos asignados a programas previos y, por ende, ya comprometidos en supuestas buenas políticas. De otra parte, la sociedad civil in genere puede debe contribuir a la gobernabilidad desde un uso responsable de lo público, contribuyendo a restar recursos para su reasignación a otras arenas y de otra parte evitando problemas espurios y autorregulándose antes que heteroordenarse. Significa cierto sentido de la autogestión anárquica, eso que la literatura científica denomina Governing without Goverment (Rhodes, 1996). Significa también por lo tanto, que los actores no gubernamentales procuren  dar respuesta al problema de Arrow. Es imposible por lo tanto  pensar en ella si desde la misma acción políticas se promueve la secesión, la lucha por el poder  la eliminación del adversario, el control de las instituciones, la patrimonialización de lo público, la desviación y abuso del poder, la rivalidades regionales,…
Por eso la gobernanza dejó ser alternativa fáctica al día siguiente del 11-S, en el que pasamos a invertir sin rubor en seguridad y a desconfiarse de los partners, de la alianza de civilizaciones y demás espejismos.  Desde ese día hemos vuelto, sustancialmente a la gobernabilidad bajo el paradigma del steering (dirigismo) bajo la especie del “To knock, on the lane.