domingo, 29 de septiembre de 2013

Aprendiendo nuevas políticas, políticas de/y para el aprendizaje


En el método de análisis de políticas existen dos conceptos relacionados en el marco de la necesidad de encontrar nuevos paradigmas que  más o menos innovadores,  en todo caso, suponen la necesidad de huir definitivamente las dinámicas preexistentes, abandonando modelos, paradigmas o comportamientos que constriñen el progreso pues  obligan a depender de senderos institucionales más o menos automáticos (path dependency).

Así el policy learning se muestra como un proceso de cognición y de redefinición de intereses en base a un nuevo conocimiento adquirido que afecta a las ideas y creencias que fundamentan una determinada política. Así el policy difussion  aparece como  fenómeno macro de proceso general de la diseminación de una innovación política. Por su parte, el policy transfer es más un fenómeno de naturaleza meso, que supone el proceso de decisión política y de actividad intencional de exportar un programa o una política de un sistema político a otro.

En este escenario el policy-oriented learning es aquella política orientada por el aprendizaje. Alude a las alteraciones del pensamiento o de los patrones conductuales como resultado de la experiencia y/o la nueva información, en relación con el logro o revisión de objetivos de la política. Coadyuvan de manera notable las learning organizations, como  estadio posterior de las organizaciones de buen desempeño (WPO) – se caracterizan porque su  diseño e implementación está caracterizado por las notas de autoaprendizaje e innovación, cuyos perfiles serían: Atención a los cambios sociales acelerados; Aprendizaje continuo e incentivado; Interacción con los clientes; y Experimentalismo.

La necesidad de comenzar este proceso de aprendizaje viene determinada por el  Event history analysis (Análisis de los eventos históricos) y se constituye en una técnica estadística introducida a principios de los noventa, para el análisis de los antecedentes subjetivos y objetivos, que en el tiempo precedente ha determinado el surgimiento del evento. En la aplicación del análisis de políticas permite desarrollar modelos explicativos más complejos, que incorporan a la vez el impacto de los factores domésticos y de los factores de difusión en el estudio de procesos de convergencia.

Su interés principal ya no es aislar el impacto relativo de la difusión, sino identificar los factores estructurales que explican el patrón temporal y espacial de difusión de una determinada innovación política.

Pues bien llevamos un tiempo en el que la metodología del análisis de políticas parten de asumir que ya estamos en un cambio de era histórica (Kennedy et allius dixit) en el que lo viejo no sirve, ni tampoco los odres viejos aunque se  rellenen de vino nuevo. De igual manera los hilos para tejer las políticas han de ser nuevos. Las nuevas instituciones como learning organizations ya no pueden contentarse con aquello se  predicó, no  sin razón en el marco del  debate  sobre la necesidad de transición de modelos administrativos en el año 2006 en el foro del IIAS en el sentido de “que la novedad podría estar también en el uso que demos al tejido, aunque esté raído, ni que … la novedad estará en el modo en que se teje la tela, pero no en los hilos utilizados.”

La crisis económica ha suscitado dinámicas de subsistencia política y económica, a base de retejer los trajes organizativos e institucionales (procesos, estructuras y valores) que se han mostrado insuficientes para combatir el gran enemigo del desempleo, la corrupción ya la ineptitud. El modelo ya, ni por asomo, garantiza el pleno empleo o su aproximación, pues como es sabido la pervivencia del modelo se anclaba en una economía artificial, sustentada en el caso de nuestra Comunitat y en otras, merced a las subvenciones de la UE, cuyos recursos  se destinaron in mala partem  a actividades insostenibles, de poco o nulo valor añadido, por no hablar de elefantes blancos.

En el proceso de aprendizaje y las nuevas políticas a innovar dependen  más que nunca de la asunción de un enfoque sistémico entre la política, la economía y la ética social (religiosa, cultural, filosófica) que opere como un bucle reformador – como aquel que señalara Edgar Morin en torno a la educación –y retroalimentador.  Ya está periclitado el método incrementalista de C. Lindblom de los ’50 que ha dado buenos frutos analíticos, pero ya no sirve: la acción política ya no es útil ni  sirve si sigue  sustentada en un mero y continúo incrementalismo cualitativo o cuantitativo o ambos a la par. Ahora más que nunca la innovación en políticas solo dependerá de la asunción de un nuevo modelo de bienestar colectivo asumido sin reticencias, y que necesidad de nuevos actores personales e institucionales, alejados ya del  victimismo, el reparto del botín, de la autocomplacencia y del empacho discursivo.

El análisis histórico de los eventos no se iría mucho de esto, al menos eso deduzco aunque sea de las lecturas fragmentadas sobe los hechos.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Un buen video vale más que mil palabras

Un anuncio publicitario de una empresa del sureste asiático  ha conseguido en tan  solo unos días 5 millones de visitas en Youtube.  El vídeo cuenta  la historia de un niño  sorprendido   robando medicinas para su madre enferma. Alguien paga por el las medicinas y  30 años después es salvado por dicho niño ahora médico, quien  además paga la factura de  la intervención. Al samaritano le devuelven su buena acción con el ciento por uno. Héroes anónimos así los hay todos los días, y el lema de anuncio de la compañía de comunicaciones es “Dar es la mejor comunicación”. Puede verse aquí http://www.abc.es/medios/20130918/abci-anuncio-telefonia-busca-lagrima-201309180940.html
El caso es que en estos meses que vienen vamos a tener varios foros donde examinar el papel de la Administración Pública en un marco de nuevas políticas públicas caracterizadas por el  desmantelamiento del modelo del bienestar Keynesiano propio de los gloriosos treinta años de expansión económica. No sé si algún día llegaremos a poner nuestra salud, o nuestra educación, en manos de samaritanos, como tampoco sé   hasta dónde llegara el pretendido cambio de modelo del welfare state, vistas las declaraciones del monarca holandés, y la que se produjeron en abril en el Reino Unido.
La vieja Ciencia de Policía del S. XVII mantenía la concepción eudemóncia de la politeia aristotélica sobre la felicidad de la colectividad. Recuérdese que Von Justi en 1713, señalaba que la policía   tiene por objeto conducir al hombre “  à las plus parfait félicité dont il puisse jouir en cette vie”., Y nuestra Constitucion de Cádiz de 1812 en su art. 13, por ejemplo, se establecía que " el objeto de Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen",
El tránsito no sólo semántico entre felicidad y bienestar se produjo ya en el XIX, y tras la revolución de 1848, empiezan a surgir las primeras manifestaciones del Estado Social, asumiendo como primeras expresiones lo referente a la educación y sanidad. El marco teórico expuesto por Adolfo González Posada sobre la Constitución y la Administración política y Administración (1893) social  es de una riqueza ideológica sin igual . Así podemos ver que fruto de la influencia de la concepción orgánica de la política   diría (…)  si la sociedad es un organismo, la posición del Estado es la de un órgano, la de un aparato social, por tanto, no puede ser comprendido sino en el organismo, de que forma parte y cuanto se diga de éste, tanto respecto de su estructura como en el de sus funciones, tendrá que  aplicarse al Estado necesariamente (…) 
En el  modelo  del Estado Social de Derecho, el Estado fija sus políticas constitutivas mediante textos normativos de fuste constitucional generalmente, es decir señala el ‘que’ y se compromete con él. La Administración Pública dirá el ‘cómo’ en función de las subsiguientes políticas regulativas, distributivas o redistributivas. Uno de los  actuales problemas  de la gobernabilidad es  reflejo o de una situación de déficit presupuestario y financiero para el modelo prestacional de totalidad y universalidad. Las causas son evidentes; el modelo productivo y económico ya no sirve para ello. El propio sistema político es una víctima del sistema económico, súmese la mala gestión – corrupción pero sobre todo incapacidad e ineptitud política – y el algoritmo para el fracaso es meridianamente claro. Si seguimos en manos incompetentes podría darse una captura de las políticas sanitarias y/o educativas, que al final harían que el remedio a nuestras necesidades pasara en algunos casos a encontrar solución en manos de buenos samaritanos, otros no tendrían tanta suerte, lo que daría al traste con las pretensiones sociopolíticas de totalidad y universalidad.
Como recuerda  una de las ponencias de algún colega en el inmediato congreso del GIGAPP de la semana entrante,  Carlos I (el de los Jerónimos de   Yuste)  diría  a su hijo a su hijo Felipe II (el del Escorial); " tres puntos requiere la buena gobernación son la  ciencia, experiencia y conciencia"