Una de las últimas entradas del Blog de Sevach me ha resultado especialmente graciosa e ingeniosa debido a la crítica sarcástica que se efectúa a lamentable situación que se denuncia sobre el EBEP. Con el título de ‘Cincuenta personajes célebres opinan sobre la parálisis del desarrollo normativo del Estatuto Básico del Empleado Público’ se recoge un panorama en el que no se sabe si el EBEP se encuentra en el frigorífico, en una cava, o en la UVI. Congelación , maceración o estato vegetativo o más que esto: Como se dijera para Santiago Nasares protagonista, de la novela de García Marquez , es la Crónica de una muerte anunciada .
En la entrada ‘Potestad autoorganizativa y buena Administración : A propósito de la reforma de la Administración General del Estado’ señalé que en el septiembre de 2008 la Secretaria de Estado para la Administración Pública, avisó que la implantación del nuevo modelo organizativo del estatuto probablemente tendrá que dilatarse en el tiempo por la crisis económica.
Pero no faltas las voces de denuncia o de profecía en todo sector del saber, así que ahora resaltaremos dos que tuvimos ocasiona de leer en su dia. La primera decía [...] las coordenadas del proyecto de 1999, fraguado durante más de tres años en el horno de las exigencias sindicales y reivindicaciones competenciales de las CCAA, responde a la única proposición de cambiar algo para que todo siga igual [...]“ (Cfr. Parada Vázquez, R., “La degeneración del modelo de Función Pública”, en RAP, nº 150, , 1999.)La segunda decía que el EBEP “[...] una desgana políticamente compartida, resultando no ser políticamente necesaria su aprobación ante la falta de interés de los partidos políticos, la sociedad, y los propios funcionarios [...]” (Crespo Montes, L. F., “El Estatuto Básico de
Siempre hay un lugar para el cielo en el infierno, para la esperanza, para un orden dentro del caos y demás esperanzas: Gritemos ¡Lázaro, Lázaro¡ sal..., pero cuando estés preparado y te hayan vestido adecuadamente. En el ínterin tendremos que seguir manteniendo aquel parecer de que “En los tiempos actuales es una idea ampliamente difundida la de que los empleados públicos son buena gente atrapada en un mal sistema” o pensar de que nos encontramos ante otra más de gatopardismo político “Cambiar algo formalmente, para que todo siga igual".
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