martes, 28 de mayo de 2013

Democracia, solidaridad y Administración Pública


El 23 de mayo de 2013, los diputados europeos adoptaron una resolución en la que piden que se refuerce la democracia y la solidaridad en la gobernanza económica. Los parlamentos nacionales deberían verse más implicados en la gobernanza europea y en la elaboración de las reformas nacionales. Igualmente los Estados  deberían tener en cuenta  las consecuencias sociales de las reformas con el fin de limitar los efectos negativos, seguir manteniendo la solidaridad.

Esto es un desideratum político de envergadura dado el actor, un legislativo que es casi el autos del 60% de la legislación que nos ocupa en la actualidad. Sin embargo parece  incapaz de encontrar medidas para sortear esta situación de economicismo a ultranza. Si en lo que estamos ahora en Europa, esto es, las  medidas de impacto para promover el empleo juvenil en Europa, no sale adelante habrá que preocuparse muy seriamente sobre la capacidad de la política.

No es de recibo que nuestros alumnos tras estar dos años más formándose sigan sin encontrar su espacio para el que se han formado, mientras que en los ’80, antes de terminar la carrera ya estábamos haciendo pinitos laborales e incluso teníamos varias alternativas laborales que compaginamos con nueva formación de cursos, postgrados etc. En mi caso  desde el primer día de abrir despacho profesional, fuera de mi ciudad, ya me gané mi sueldo, pagué mis gastos y no volví a pedir dinero a nadie,más allá de la hipoteca al 17%, y así ha sido  hasta el presente, como también sucedió con mis iguales. Es más, es que tuve oportunidad de hacer hasta cinco trabajos distintos simultáneamente, onerosos o pro bono. Esto es lo que debe suceder con los jóvenes, y hacia esta posibilidad de oportunidades deben ir las políticas de empleo para los jóvenes.

La relación democracia-Administración Pública debe  tratar de recuperar o incrementar cuantitativamente lo que Bourgon denomina ‘capacidad institucional’, esto es, que el diseño de  la arquitectura institucional pueda garantizar la gobernabilidad pretendida, lo que es muy difícil con la existencia de cleavages sociales.  Significa la posibilidad de hacer leyes y  que se cumplan,  establecer impuestos y gastar en función del interés general, la  separación de los poderes  y la rendición de  cuentas por la acción de gobierno. Es tarea de los nuevos líderes políticos  terminar con la invasión de lo político en la esfera administrativa, con la  discrecionalidad arbitraria, el abuso y desviación de poder en la gestión de la contratación administrativa, en la de la función pública, en el  gasto público…, en definitiva evitar a toda costa la patrimonialización de lo público, lo que implica establecer  claramente la delimitación entre política y Administración Pública, y entre ésta y la privada, revisitando a los padres de esto encontramos propuestas muy claras al respecto (Wilson, Weber, Blunstchi,…) El problema para la gestión pública no es tanto el cómo como el qué. Según Blunstchli “la Administración Pública ejerce la autoridad del Estado, actúa y restringe en cualquier lugar donde la necesidad y la seguridad lo reclaman”.

En los antecedentes del New Public Management,en el marco de la Administración progresiva, la denominada  Nueva Administración Pública (NAP),  fruto de los debates  Minnowbrook de la Universidad de Syracuse en 1968, ya advirtieron  de  que la administración tradicional presentaba fallas importantes, existiendo  un sentimiento  generalizado de in-satisfacción con el statu quo administrativo. En 1971 George Frederickson  en su propuesta de NAP plantea que la Administración Pública convencional o clásica ) intenta responder a una de estas preguntas:  ¿cómo podemos ofrecer más o mejores servicios con los recursos disponibles (eficiencia)? o  ¿cómo podemos mantener nuestro nivel de servicios mientras gastamos menos dinero (economía)? La NAP   se pregunta si los servicios públicos aumentan la igualdad social . Ahora tampoco está esto sucediendo cuando los servicios sociales autonómicos reenvían a las personas a Caritas, y me consta de primera mano lo que esta y otras asociaciones están haciendo por evitar las fracturas sociales.

Hemos leído esta semana que parte del problema está  en los  propios partidos políticos y su dinámica patrimonializadora de la Administración Pública, esto es  crucial y nuclear para el cambio de paradigma en la Administración Pública. Conocido es el abuso de la libre designación, el spoil System de circuito cerrado, de la nula profesionalidad en la dirección pública,…   y salir de aquí no es fácil en un contexto de desconfíanza hacia el otro adversario político. Y aquí la NPM nos ha enseñado, como sustituir al funcionario por el político y  en este, por los ineptos y corruptos. Pero esto no es nada  fácil como nos advirtió en el 2007 C. Pollit  al decir que  (…) una teoría unificadora deberá especificar cuál es el papel de los políticos y cuándo y cómo asumen el control de los empleados públicos. Un consenso unánime sobre este límite -y cuándo y cómo puede cruzarse, en ambas direcciones- es fundamental para que haya confianza dentro del propio gobierno. Esto es precisamente en lo que han fracasado las Administraciones más reformistas (el nuevo laborismo de Blair, o el gobierno liberal de Howard en Australia) Como politólogo debo añadir además, mis dudas sobre que el mismo tipo de consenso pueda construirse en todos los Estados. Los distintos sistemas políticos asignan distintos papeles a los miembros electos y a los empleados públicos, y no veo razones que nos hagan predecir que esto vaya a desaparecer en un futuro cercano (…)

Hobbes –ya diría – que las obligaciones del súbdito con el Estado duran lo que dura la capacidad de este para protegerlo, ni un minuto más. Traído aquí quiere decir que el Estado-Administración Pública debe redireccionar la procura existencial hacia el control del sistema económico, convertido de facto en el gran titán, y frente a ello ya no importa si el Estado es grande o pequeño, regulador, mínimo, magro, tiene que redimensionarse para proteger a sus ciudadanos de cuantos  titanes, viejos o nuevos,  aparezcan en cada momento.  Hay que anticiparse si  quiere darse respuestas válidas a un tiempo nuevo que ya está aquí habrá de venir más pronto que tarde, y que ha de jugar un rol neguentrópico frente al caos y colapso del modo socioeconómico actual.

En esto estamos todos, da igual que por la vía política del Estado puro de Von Stein, como la económíca del Public Choice.  

miércoles, 1 de mayo de 2013

A palabras técnicas, oídos políticos sordos

 
La semana pasada en clase mis alumnos de seminario de Ciencia de la Administración de la CEU-UCH debatíamos sobre la existencia de un informe de  26 de mayo de 2006  suscrito  por  la asociación  de  los Inspectores del Banco de España  dirigido Al Vicepresidenete segundo del Gobierno y Ministro de Economía.En el mismo se daba cuenta  de que no se compartía el optimismo  del Gobernador del Banco ante la situación económica española. Las razones se  contienen en dicho documento y fundamentadas en la excesiva asunción de riesgos en el sistema bancario español que pueden verse en https://docs.google.com/file/d/0B7v5dggOIJF_RXBMdW1QRnRWcDA/edit?usp=sharing 
Más allá de esta cuestión, en nada baladí,  hay que constatar  la responsabilidad política en no pocas de las consecuencias que estamos sufriendo. Lo del Banco de Valencia,  Bancaja, La CAM, el terrible accidente de FGV, el improductivo Sector Público valenciano y los nefastos EREs declarados nulos por doquier, son muestra inmediata  de decisiones políticas sin apoyo técnico apto al efecto. Todo un proceder político articulado en el binomio ineptitud-clientelismo. No sólo es que muchos políticos son ineptos para el desempeño público, no sólo es que no disponen asesores aptos para las funciones de apoyo, es que  algunos de las autoridades públicas se permiten  prescindir, subvertir , obviar o manipular los informes técnicos.
Uno de los postulados de la Administración Pública moderna (Napoleón, Bonnin, Wilson,Weber, …) es la separación entre Política y Administración, y parece que esto no se entiende bien en su fundamentación. Sobre ésta  aparecen bien descritos  los tipos ideales de Weber sobre el político y el científico y  también los peligros de invadir escenarios de uno y de otro. Son funciones complementarias, la decisión y la ejecución, peros la primera debe estar sustentada en una racionalidad de la responsabilidad a compadecerse con la de la convicción.
Los más de seis millones de parados que lamentablemente existen en la celebración del primero de mayo de este año tienen mucho que  exigir a las malas decisiones. Los estudiantes que aguardan su momento con ansiedad también deben exigir explicaciones, pues desean un mundo mejor, que este que están viviendo