lunes, 8 de noviembre de 2021

La Gestión Pública en la crisis de la pandemia: un ensayo crítico para la Administración Pública universal (y 5)

El ‘Cross Modern’ es un increíble reto para articular valores y métodos nuevos en la Sociedad,en la economía y sobre todo, en la Gestión Pública que superen el estatuto provisional del denominado ‘Estado Neoweberiano’ y hacerlo más capaz.  
«Quien desprecia las cosas de la ciudad, no merece ser llamado hombre», afirmaba  Aristóteles y ‘politico’ significa ciudadano y como tal se interesa por participar o por representar políticamente lo intereses de la polis. Es sabido que en la república ateniense los cargos administrativos eran democráticos y no de expertos o profesionales. También la republica romana empezó así hasta profesionalizarse y especializarse paulatinamente hasta la gran transformación de  Augusto de la Administración imperial, al abrogarse todo el imperium para ser él quien lo delegase a los magistrados-altos funcionarios, quien ya no detentaban por mandato-elección  directa del pueblo. 
Esto nos lleva a pensar porqué  se produce hoy – como en Weimar- el desprecio por la política democrática, tanto por los políticos-ciudadanos como por los ciudadanos-políticos. Ni unos ven en otros su razón de ser, al plantear las políticas, ni los otros se ven representados en los unos. Un bucle cuya solución no está hoy en manos de nuevos  partidos, como ya hemos visto desde 2015. Está o estará en manos de nuevas conciencias, que hayan de surgir de nuevas mentalidades que pasen del pensamiento abstracto a la acción concreta.

Tres acciones para ya ir trabajando hacia algo mejor;

 - Pensar muy seriamente en la ansiada dirección pública profesional. 

- Pensar en que hacer con los diletantes,gurus, okupas y, sobre todo, a los   mercaderes de lo público, como así lo ha demostrado el informe COCOPS de 2014 de UE  y el análisis de las  reformas  Copérnico de la Administración belga. 

-   Pensar en una reforma radical de nuestro empleo comenzado con las directrices recientemente publicadas de Continuidad versus transformación: ¿Qué función pública necesita España?  del INAP, que  coordinada por María José Cantero contiene un elenco de pensamiento de primer fuste  

La Gestión Pública en la crisis de la pandemia: un ensayo crítico para la Administración Pública universal (4)

 Dror  en 1994 en posterior Informe al Club de Roma, intitulado La capacidad de gobernar,  nos dijo   que (…) pues observados los vericuetos internos del poder y las formas en que la gobernación toma decisiones irrevocables, se comprueba que no se han producido cambios significativos en los últimos cien años. Las consecuencias de esta falta de progreso son cada vez más amenazantes. De continuar con esta dinámica de modos básicos de decisión - con su gran propensión al error -, nos encontraremos con grandes riesgos para la humanidad entera. Si nos limitamos a seguir con más de lo mismo, será imposible adecuar las capacidades de los gobiernos a las necesidades de las transformaciones. A la hora de plantear reformas, hay que estar dispuesto a “pensar en lo impensable, pero respetando siempre los hipervalores de la democracia y la dignidad humana” y estas ideas nuevas  sorprenderán a quienes están acostumbrados a las obviedades políticas y a los eslóganes de buena parte del discurso público contemporáneo (…) 

Desde aquel momento, sin embargo su dificultad,  nadie ha sabido sabe decir de un gestión pública realmente innovadora, por distinta y mejor, respecto al status quo de aquel entonces. Sí hay aproximaciones hacia un cómo distinto sobre todo en términos de procesos como la propuestas del mismo Dror ya citadas muchas veces aquí. Todo parece que con el marchamo del fin de la historia ex Fukuyama, no hacia falta mucho cambio (el mundo va bien).

Como mucho en el plano normativo  nos limitamos a equiparar  inconcebible a inimaginable, impensable, irrealizable, utopía, ideales. Como un reflejo del bien conocido ser del lado oscuro de la democracia  y de las cloacas de esta.

Atrapados en el tiempo por la manera de pensar (cross modern) no podemos pasar a la postmodernidad  o como le llamemos en su día después de que  un hito sea el hic et nunc superador de la era post. Sólo nos supera ya  realmente el avance tecnológico que poco a como promueven los cambios mentales. (la rueda, la imprenta, la economía industrial, los ordenadores, las TIC, ... hasta que llegue la energía nuclear controlada, lnteligencia artificial o vayamos a vivir a Próxima Centauri).

  Digo que no habrá gestión realmente innovadora hasta que haya cambios mentales muy radicales en no pocos aspectos sustanciales, estamos atrapados en el tiempo a pesar de que como muy valiosamente se ha afirmado (…) si miramos más allá al estar experimentando transformaciones radicales en tantos ámbitos, para  este del siglo XXI, muchas nociones de realidad asumirán formas inconcebibles en el presente y que nos sitúa en una ‘inconcebibilidad ontológica’ y epistemológica (…)  -Dror,2001-  En o en otras palabras también de gran autoridad (…) nuestras mentes están deterioradas y seguimos sumidos en una sustancial ignorancia de las alternativas (…) - Lindblom,1997 -. 


La Gestión Pública en la crisis de la pandemia: un ensayo crítico para la Administración Pública universal (3)

Se está hablando de este fenómeno por doquier y en diversos aspectos relacionados con  el fenómeno administrativo.  Recientemente se ha publicado una  obra titulada Gestión pública y políticas públicas en tiempos de emergencia reciente (Tirant lo blanch, 2021) y que aborda la temática desde un enfoque colectivo  y multidisciplinar sobre materias diversas tales como el aprendizaje en el campo de la Administración Pública y las políticas públicas; los diversos significados de la post-ngp y el rescate del interés público;  comportamiento ético de la post-ngp; gobierno abierto y gobernanza; Administración comparada, historia  administrativa (la pandemia como acelerador de transformaciones administrativas) …  Es decir al reflexionar sobre la post NGP  (nueva gestión pública) se está poniendo en valor el freno de la deconstrucción de lo público iniciado en la NGP y atenuado o redireccionado en los diversos enfoques POST NGP hacia el denominado Estado neoweberiano. Sin dudas esos reajustes  permitieron sobrevivir en términos de aceptable gobernabilidad  en la crisis  financiera y la reciente COVID a multitud de personas, no obstante las crecientes desigualdades. Sobre todo en cuanto  al impacto económico se refiere y la universalización  de determinados servicios,  guarda relación sobre la anticipado  de una dinámica  macro (universal/general/creciente) hacia enfoques de tipo socialdemócratas.

De otra parte el Anuario de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid de  Número Extraordinario 2) se dedica a Derecho y política ante la pandemia: Reacciones y transformaciones. Tomo I. Reacciones y transformaciones en el Derecho Público. Publicado por el BOE a lo largo de sus 456 páginas también aborda una temática muy significativa para la Administración Pública y entre ellas se puede destacar lo siguiente; La contratación pública; Orden constitucional y pandemia (El estado de alarma y el derecho de crisis en nuestro sistema constitucional); La formación histórica de los estados de excepción;

Distribución territorial del poder durante la pandemia; El impacto del SARS-CoV-2 sobre las (des)igualdades materiales y relacionales; Pandemia y derechos fundamentales y constitucionales;  Eficacia de las normas de emergencia; Desobediencias y creación policial del Derecho: de la protesta a la pandemia; Sanciones administrativas; Procedimientos administrativos para la gestión de la emergencia; y Responsabilidad patrimonial del Estado y COVID-19 entre otros.

Otra lectura complementaria en esta obra más jurídica permite ver críticamente que podrían haberse evitado muchas disfunciones y malestares por mor de la gestión publica precipitada, pero en clave positiva, dicho lo que ya  ha dicho el Tribunal Constitucional, sirve ahora para repensar hacia la mejora muchas instituciones e instrumentos  de gestión.   

La experiencia COVID sirve sobre todo de aviso para ir hacia una Administración de prospectiva y dejar la visión reactiva aunque solo sea  para ir cumpliendo razonablemente los objetivos autoimpuestos, como resulta ahora mismo  del deber de  transparencia desde que se hizo norma positiva en el 2013.

Esta semana se nos informa de que en los Ayuntamientos de la Comunidad Valenciana, solo 39 superan el 50% de indicadores de transparencia: el 92,8% de los ayuntamientos de la Comunidad Valencia suspenden en transparencia. La mayoría de los municipios de menos de diez mil habitantes no cumplen con el 50% de los indicadores analizados, lo que supone más del 80% de los “suspensos” municipales en transparencia. Para los investigadores del Observatorio de Gobernanza, Transparencia y RSC de la CEU UCH autores del análisis, la transparencia sigue siendo un asunto pendiente para gran parte de los ayuntamientos. Se dice además que es necesario dotar de fondos y medios a los consistorios, pero esto no es ya suficiente, hay que creerse el rol de representante político y los valores de la democracia y la obligatoriedad del cumplimiento de la ley del artículo 9 de la Constitución.

Pero el artículo 9 también es de aplicación a los ciudadanos quienes, no debidamente asesorados, solicitan la Administraciones cuestiones exorbitantes que no contempla la ley. Esto genera un sobreesfuerzo en la gestión que puede ser tan grave como las limitaciones a las garantías del administrado. 

 


La Gestión Pública en la crisis de la pandemia: un ensayo crítico para la Administración Pública universal (2)


Sorprende – por lo que uno ve y escucha a diario – que en la encuesta a falta de valores (honestidad, solidaridad...) solo  preocupa a un 1,0%. A mi juicio este es el gran veradero problema universal, que junto al ncremento del egoísmo, irresponsabilidad e individualismo es la gran causa de tantas desigualdades y que se evidencia con un escenario socioeconómico como aquel descrito por  Mendeville en la fabula de las abejas. El último informe de riqueza global 2021, publicado por Credit Suisse, reveló que 45,8% de la riqueza de todo el mundo está concentrada en una mínima porción de la población, que equivale a 1,1%. Esto no es razonable en una sociedad que institucionalmente predica unos valores de progreso, fraternidad, igualdad, … Lamentablemente no creo que estos datos  fueran  imaginable en la peor pesadilla que pudiera tener Rousseau.    

Me referio a su  Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, 1754 al decir (…) El primer hombre a quien, cercando un terreno, se lo ocurrió decir esto es mío y halló gentes bastante simples para creerle fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, guerras, asesinatos; cuántas miserias y horrores habría evitado al género humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de la cerca o cubriendo el foso: «¡Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie!» (…).  

Paradójicamente Rousseau para salvar el mundo antrascto se deshizo de sus cinco hijos concretos, entregándolos a la  asistencia pública de los Enfants-Trouvés, y la razones aducidas  no tienen desperdicio como se comprueba con la carta a  Madame de Francueil, en París, 20 de abril de 1751 (http://lettres.ac-rouen.fr/sequences/argumentation/a30.htm).  Esta actitud de quedarse en el comodo pensamiento abstracto y no pasar a la acción concreta es casi siempre la razón última de porqué no cambian las cosas. Hoy junto a la tecnología del  blame game (disolución  de la reponsabiliad y juego de la culpa)  explica los gaves déficits sociales que aun mantenemos en este siglo ya numero XXI. 

Todo son apariencias y gatopardismos en quienes hablan de ‘rescatar a personas’, ‘personas para el cambio’,’forjando para el futuro’, … españoles’, .Poco fiables en boca de  quienes no predican con su ejemplo, con su salario, con sus estilo de vida, con su dimisión, con su comportamiento coherente en tantas instituciones públicas o semi públicas. En esto consiste la ética del o para el servicio público, y en esto, se comprueba la perversión de las ideologías abstractas y la utilización de los símbolos vacíos de sentimientos pero vilmente conducidos por los extremismos políticos o religiosos que pelean entre ellos por apoderarse  de las masas,  cuando están más unidos de lo que creen, en la extrema perversión para obtener el poder – y no el servicio concreto - a manipulación y control de las mentes, plusvalías  y las carteras.

Trotski - que vivía bastante bien – para denostar el infame estalinismo,  invocó las famosas tesis de abril de Lenin acerca de que  los sueldos de los más altos funcionarios no deben superar el salario medio de un buen obrero.  Por la envergadura de la desigualdad en la retribución del trabajo, la URSS ha alcanzado y ampliamente superado a los países capitalistas. Se denuncio ¿Cuántos trabajadores saben, que el salario medio de un obrero ruso no llega a 3.000 rublos anuales, mientras los presidentes y vicepresidentes de la Unión y del Consejo de las Nacionalidades reciben 300.000?. 

Hoy en el marco de la crisis  estructural  y de la inconcebible distribución de la riqueza mundial, cabe preguntarse si se puede  justificar en quienes rescatan personas con dinero público, subvenciones públicas, unos  sueldos  estalinistas  o nacional socialistas, en términos comparados.

Si se ocupan o preocupan del ‘otro’ concreto, poco se nota, incluso al contrario en no pocas veces. Esto debe contraponerse al esfuerzo de tantos pequeños profesionales y empresarios rescatadores de personas todos los meses, con asunción de responsabilidades y  riesgos que sí son personales.

 Alguien dijo que cuando escuches a algún filósofo, no mires como se comporta y hoy esta sentencia parece tener un gran revival y mucho entusiasta. La crisis de la pandemia y las que vendrán son y serán deudoras de estos mimbres y  quienes nos sacaran de ellas son en los términos muy afortunados de Victor Lapuente los ‘exploradores’ y no los ‘chamanes’.     

Hablando de deudas  en 1992 King, A. y Schneider, B., en  La primera revolución global. Informe al club de Roma, dijeron  (...) Los gobiernos raramente generan innovación. Reaccionan a las presiones a favor del cambio que derivan de las demandas populares, bien mediante el proceso democrático de unas elecciones, o bien en las secuelas de una revolución triunfante. Sin embargo, al reaccionar a las demandas de nuevos enfoques, el natural conservadurismo de la Administraciones y no solo de sus funcionarios consigue a menudo echar el freno. Sus modos de actuación son esencialmente lineales y se basan en rígidas normas de procedimiento y de comportamiento, o en la experiencia acumulada. Al igual que otras instituciones, no son dadas a la autocrítica y, cuando se las somete a presiones exteriores, reaccionan defensivamente (...)”.

 Las razones de estas críticas ya viejas, siguen estando presentes en el modo de gobernar y administrar, si bien es cierto que muchos servicios administrativos han huido o ausentado y otros se han abierto a su entorno, pudiendo encontrarse incluso notables heroísmos personales o colectivos. Pero el marco teorético ya cambio  y hoy  aquella lectura desde  la ciencia de la administración  se transmutó en los ’80  a la gestión publica y  con el enfoque de orientación a las políticas públicas (no análisis como posición sinóptica de Dror nondum cognita ) y todo se lee bajo el  concepto de Administración Pública, instaurado por Waldo en USA y que se  acogió en el Instituto de Estudios políticos de Paris en 1945 en Francia.


La Gestión Pública en la crisis de la pandemia: un ensayo crítico para la Administración Pública universal (1)

En entrada de  20.09.2021  informanos de  unas Jornadas sobre autogobierno valenciano en la Universidad Miguel Hernandez  para  el día  6.10.2021  en la  Facultad de Ciencias  Sociales y Jurídicas  de Orihuela focalizadas en la gestión pública de la pandemia. En una de las intervinientes se señalaron algunos cambios o tendencias en las estructuras administrativas, disruptivos de los hábitos estándar, bien por instrucciones internas de continuo ajuste operativo, bien por adaptaciones espontaneas a las nuevas demandas y cambio de patrones en los administrados.  Entre ellos;

El Coronavirus ha supuesto un reto para nuestras Administraciones, mostrando un nuevo contexto y un nuevo escenario desconocido hasta el momento.

Ha reubicado a las organizaciones en su entorno, alterando el mapa de prioridades anterior.

Ha exigido reacciones rápidas, eficaces y adecuadas, pero dentro del paradigma reactivoy no proactivo.

Stress organizativo (overload) en algunas unidades y en especial de  los departamentos de sanidad y empleo. (Vg.desde marzo de 2020, las empresas de la Comunidad Valenciana presentaron durante la pandemia 83.771 expedientes de solicitud de ERE/ERTE, de los que la autoridad laboral ha resuelto 80.620 con más de 540.000 afectados)

Desempeño muy desigual entre diferentes departamentos y entre diferentes pessonas dentro de las mismas unidades y que en algunos  casos evidenciarían la ley de pareto del 20/80  (esto especialmente en lo atinente al teletrabajo).

Felizamente en nuestro sistema español no se dado un a situación de ‘WELFARE BACKLASH’ (retroceso acusado en los niveles del bienestar social) y se ha conjudado bastante bien el principo de eficiecnia paretiana de lograr  nuevos servicios sin restar notablemente la productividad/rendimiento. 

Si se ha notado  en lo relativo al equilibro eficacia –eficiencia, ante la ‘ausencia-penumbra’ de algunos empleados. Esto se compadece con la infrautilización obligada de servicos tipicamente colapsados siempre por mor de una mala educación ciudadana preexistente (vg.medicina familiar).     

La crisis aceleró exponencialmente el uso de la Administración digital por los ciudadanos, pero los problemas de identificación personal  -certificado digital-  obstaculizaron mucho su  desempeño..

La ciudadanía reclamo una suerte del  "valor refugio"  de la Administración, aumentando su expectativa de valor publico y de confianza básica.  Recordemos que la ‘CONFIANZA BÁSICA’ es un término deudor de Eriksson, utilizado en la psicología social para referirse al bienestar que produce la tranquilidad de confiar en que no va a pasar nada grave en sus vidas. Su pérdida supone en general un estado de ansiedad. Capacidad que tienen las personas para confiar en sí mismos y eventualmente en los demás. La confianza básica de la colectividad en la Administración Pública depende en gran medida del respeto por los valores y principios fundamentales que son la base de toda sociedad democrática que procura entenderse a sí misma y respetar los derechos de sus miembros. Hay buena Administración si la sociedad piensa que los poderes públicos minimizan el riesgo o garantizan el pronto restablecimiento del orden o status quo. 

De su parte el ‘VALOR PÚBLICO’ es la capacidad de las Administraciones para orientar su trabajo hacia lo que más le importa a la gente, y a darles servicios, en mejora de la calidad de vida, ser más efectivos en la provisión de servicios públicos, contar con una mejor capacidad de respuesta. El incremento del valor público integra la dimensión política, la dimensión sustantiva de la acción pública y la dimensión administrativa. Supone pues  la satisfacción de necesidades humanas presentes y futuras asociadas a la vida mediante el esfuerzo humano organizado. Si las Administraciones Públicas tienen la voluntad y capacidad para acomodar sus objetivos a las preferencias ciudadanas asume que al entregar el valor público requerido, la gente estará dispuesta a pagar por él con dinero, con el voto, u ofreciendo su tiempo para colaborar con el gobierno. 

Se han producido cambios macro y meso en diversos aspectos del fenómeno administrativo como epifenómeno del Estado político y su manejo por el Gobierno. Se habla ya de un modelo político más socialdemócrata y federalizante  y unos  presupuestos para 2022  que rompen retos incrementales y, a la par, cuentan con una previsible  llegada de 27.633 millones extras de los fondos europeos. 

En nuestra CV el proyecto de presupuestos aprobado por el Consell asciende a 27.967 millones de euros, 2.340 millones más (+9,1%). El más elevado en la historia de la Generalitat Valenciana. Según el barómetro que la Dirección General de Análisis y Políticas Públicas de la Generalitat ha dado a conocer esta semana  más de la mitad de los valencianos cree que la situación política y económica es mala o muy mala. Se desvela que solo un 1,2 % de los valencianos sitúa a la financiación entre los tres principales problemas de la Comunitat Valenciana. De los más de treinta problemas que mencionaron los encuestados, la financiación autonómica ocupa, junto con la falta de ayudas a empresas, un llamativo último lugar, mientras que Desempleo (66,1%) economía (26,2%) y crecimiento económico (25,2%).Hay que celebrar que los servicios públcios solo reflejan una preocupacion al 2,1%, lo que en teminosd e vakor publico es muy aceptable.