domingo, 22 de febrero de 2015

La caída de los dioses (y 2): liderazgo y comportamiento organizacional

Sobreviven los reyezuelos (dioses menores) porque no  hay auténticos líderes (dioses mayores) quienes son convenientes incluso en las sociedades burocráticas – papel que Weber relega idealmente a los políticos como emprendedores sociales- .Estos no deben distinguirse  por su talento innato o su dominio técnico – rol weberiano del científico ideal -, sino por su capacidad de inspirar en otros energía, pasión y entusiasmo. Y estos sentimientos se extienden rápidamente en los equipos de trabajo, estimulando a los demás hacia la esperanza del logro de objetivos colectivos. Por eso no debe  importar la crítica constructiva  - aunque moleste psicológicamente -porque esta redunda bondadosamente al final en su proyecto.
Como en nuestro sistema el político dirige la Administración, ésta se ve inmediatamente afectada, y de esta inmediación en los ’50 el neoconductismo tras las experiencias del New Deal apostó por una Ciencia de políticas positivista (MERRIAN, LASWELL,…) y que merece una relectura para nuestro días desde la propia actualización de la teoría del comportamiento.  
No obstante, lo que parece no haber fallado en las experiencias de buen gobierno desde el nacimiento de nuestra civilización en el S. IV AC es lo referente a  la ética del modelo de liderazgo ha de concurrir  dos clases de autoridad; la deontológica y la epistemológica; es decir, la del  actuar y la del saber, la de la potestas y la de la auctoritas. Prototipo de actuación que ha de reflejarse especialmente en el personal que haya de ejercer funciones directivas públicas y   recordemos ahora que por la mejor doctrina (GARCÍA DE ENTERRÍA,1999) ya se ha consideró como principal problema de nuestra Administración la ausencia de un cuerpo general directivo y el diseño de estudios adecuados al efecto (NIETO GARCIA,2002).Buena ocasión se perdió al hilo de la LOFAGE en 1997).Los políticos  que nos hablaron de ella en el seminario ad hoc de la UIMP, obviaron el tema por completo. El directivo como líder intermedio es un buen estimulador  para el líder superior.
  Compromiso y liderazgo no son términos  sinónimos. Compromiso gerencial es más estricto que liderazgo gerencial. El liderazgo gerencial sólo es posible si promueve y sostiene profundos cambios organizacionales. La autoridad del líder va más allá cuando genera una clase de confianza que permite influenciar en los miembros de la organización. Esta confianza se basa en una triple dimensión; técnica, psicoafectiva y ética.
Frente a estas notas lo que caracteriza  a estos que se creen dioses es lo mismo que lo hace en los personajes de la obra de Visconti; su posición de input del sistema de poder político. Si tienen o no virtudes subjetivas, poco sirve pues se  pervierten en su orientación al servicio del mal gobierno. Les caracteriza la ambición desmedida, su ego, su estar en contra del ser del ‘otro’ más apto o mejor.
El resultado es que en sus funciones directivas ni se representa a la sociedad, ni se la defiende de quien gestiona mal el crédito democrático. Un sistema administrativo no puede funcionar bien, cuando está politizada su función pública, no está bien formada y su dirección no es profesional, ello da lugar a nombramientos de oportunistas de siempre, siempre dispuestos cual ejercito de reserva ‘proletario’ en términos marxianos.
Hoy  una formación de posgrado especializada en gestión pública  con los contenidos que se proponen científicamente (vg. teoría del comportamiento,análisis decisional, economía aplicada,modelos analíticos, gestión del liderazgo intermedio estructuración organizativa, sistemas organizacionales clásicos y comparados, dinámica de sistemas, …) puede ser  coadyuvante  de un cambio radical que termine con la inmoralidad y la ineptitud dominante en los últimos años. Tienen que caer los dioses y quienes los mantienen, y ha de ser los resortes del propio sistema – la antecitada tecnoestructura – quienes lo  propicien y legitimen. Pero en  esta labor innovadora de creación de un triunvirato estratégico (líder político-directivo, órgano tecnoestructural) la Universidad y los centros formativos para la Gestión Pública tiene que hacer notables esfuerzos y desprenderse también de ciertos lastres si quiere estar a la altura del reto.

(Cfr.     MERRIAM, C. E, Políticas sistematicas, 1945.     LASSWELL, H.D.,  La orientación de políticas, 1951; GARSON,  D., De la ciencia de políticas al análisis de políticas: Veinticinco años de progreso, 1986; ASCHER,W., La evolución de las ciencias de políticas: Comprender el surgimiento y evitar la caída,1986;  GARCÍA DE ENTERRÍA, E., La Administración Española. Estudios de Ciencia Administrativa,  1999. NIETO GARCIA, A., Los estudios sobre la Administración Pública: La necesidad de construir una disciplina que se la base formativa de una clase directiva profesionalizada,  2002;  BOYATZIS, R. E.; GOLEMAN, D. Y MCKEE, A., El líder resonante crea más,  2002)

La caída de los dioses (1): Reyezuelos vs. líderes

Con el título La caduta degli dei y aludiendo a la ópera wagneriana, ‘El ocaso de los dioses’, Visconti en 1969, analiza temas  muy escandalosos en torno al debacle de una familia industrial  que comienza a hacer negocios con el régimen del Tercer Reich. Esos personajes carentes de ideología aprovechan las miserias del sistema, para sin aportar nada relevantes, sean eslabones de una lógica de dioses mayores que en sí son patéticos patanes de casi todo, menos en el reparto de míseras prebendas.
Estamos asistiendo en estos últimos años a un escenario igualmente patético de caídas y huidas  de dioses menores, cuyo mérito no ha sido otro que el de la adulación de sus dioses mayores, previamente caídos. La actualidad  nacional y autonómica  es muy generosa en la expresión de este fenómeno de clac, feligresía, movimiento acrítico, frente al que hay que oponer el valor de quienes siguen estando aún cuando sus dioses mayores haya caído en desgracia, siguen siendo fieles a las personas o a las ideas.Y de estos también hay  que todavía no ha terminado.
El circuito de la adulación clientelar –políticos de segundo escalón, universidad, empresariado,sindicatos,asociacionismo- está retroalimentado  por el mismo combinado proteínico (miseria/mediocridad/ineptitud). El inepto se sirve de mediocres, cual bufones, para que le autoafirmen en sus erráticas decisiones, en su mediocridad intelectual o en su inmadurez psicológica, a cambio de puestos en órganos político-administrativos y socio-económicos, edulcorados con buenos presupuestos y/o subvenciones.
En el capítulo “La empresa estatal de dominio como administración. Dirección política y burocracia” de Economía y sociedad,  diría Max Weber;
(…)Socialización creciente significa también de manera  inexorable, burocratización creciente…. El progreso hacia lo burocrático, supone  que  el Estado  juzga y administra  conforme a un derecho estatuido y  racional, y  está en  conexión íntima con el desarrollo capitalista moderno. Mientras la empresa capitalista descansa internamente ante todo en el cálculo, necesita para su existencia una justicia y una administración cuyo funcionamiento – organizado y garantizado por el Estado- pueda calcularse racionalmente por  normas fijas generales con tanta exactitud como puede calcularse el rendimiento probable de una máquina (...)
En esta  posibilidad de predictibilidad reside la esencia del Estado racional moderno La burocratización señalaría Weber es consustancial a la democratización y al capitalismo moderno como  con posterioridad también lo afirmaría desde la economía,  Schumpeter.
En una sociedad moderna y democrática, la dominación carismática y tradicional es relevada por la racional, sustituye a dioses y reyezuelos, por servidores públicos, líderes y técnicos

lunes, 16 de febrero de 2015

Tecnoestructura y administración general (y 2):ética y comportamiento organizacional

Max SCHELER por su parte incidió en el aspecto del comportamiento  personal como un primer momento axiológico para ser llevado a través de la imitación al conjunto institucional. Uno de  los principios de la ética personalista de él es el de la imitación del modelo que es encarnado en una persona. Es una figura que se cierne sobre unos individuos de tal modo que por éstos  se van adoptando poco a poco sus rasgos y se van transformando, de tal manera que el  ser, la vida y los actos de estas personas, van a regirse consciente o inconscientemente por él. Es claro pues la importancia de que un líder político, directivo intermedio sea ejemplo de servicio o un mero instrumento de la ambición propia o de terceros
En los procesos de identificación institucional existen unas etapas o momentos,  normalmente sucesivos,  en los que  el compromiso de afinidad se ve alterado, estos son; seguridad; reflexión crítica seguida de un cuestionamiento; e indiferencia. Cuando en una Institución no existen modelos de referencia, ni patrones de comportamiento que sean fácilmente identificables con los ideales superiores de la Institución, aquel espíritu que surgió al inicio de la incorporación a la misma, de total identificación ideológica con los fines de ella acaban, tras un cuestionamiento del comportamiento de los demás y del  propio,  por crear un clima de indiferencia.
Un estudio psicosocial reflejaría la evolución del comportamiento administrativo individual y colectivo en el personal de las Administraciones autonómicas y locales en especial. De la fascinación al desencanto, del entusiasmo al  excepticismo. Así en su extrapolación, porque los empelados influyen en su entorno, se entiende porque mayoritariamente según reflejan las encuestas hay más motivación por la ruptura del sistema que pro su reforma cuando suene el último tic-tac, por seguir la lectura de un pensador actual en un articula de recientísima factura.
En la ética del modelo ha de concurrir  dos clases de autoridad; la deontológica y la epistemológica; es decir, la del  actuar y la del saber. Prototipo de actuación que ha de reflejarse especialmente en el personal que haya de ejercer funciones directivas públicas y de control. No sin razón al gerente burocrático se ha calificado de instrumento indispensable para la organización del trabajo moderno y personaje central de la sociedad moderna desde la sociología de la moral. El resultado inmediato del ejercicio de la virtud es la  acción buena. Exigir pero comportándose previamente de una determinada manera y provisto de un determinado carácter. El paradigma de actuación, epistemológico y deontológico le confiere al Agente Público la autoridad en su total sentido, al que se le respeta, considera y obedece porque sirve a los intereses generales, y además sirve bien, con eficacia, eficiencia y objetividad, es decir, con profesionalidad, responsabilizándose que su quehacer.
Si el que puede, por su estatus, no denuncia los comportamientos antisociales y antiorganizativos, incurre en una responsabilidad con efectos múltiples, para el sistema, el metasistema y los sistemas próximos, y sin duda, toda esta espiral de desafueros, desatinos y demás perversidades, pudo haberse evitado un día.
Lo revolucionario en estos tiempos consiste es  cesar al corrupto, no en matar al mensajero.   A las  propuestas de  transparencia gubernamental le faltan muchas cosas, a la de la Comunidad Valenciana casi todas, pero esta de conocer el funcionamiento tecnoestructural o el directivo nos parece  sustancial al gobierno trasparente, al menos al que en términos de Bourgon es responsable, receptivo y respetado. No sólo es bueno para el Cesar y su mujer sino para la propia Ciencia de la Administración como herramienta analítica para una  mejor praxis. Bastaría  recordar   que;
(…) La Ciencia Política ha estudiado sistemáticamente casi todo menos la manera de cómo el gobierno construye y desarrolla sus decisiones, ha prestado gran atención al sistema político y poco a sus productos. Por  su parte  la Teoría de la Administración Pública ha quedado constreñida  entre las consideraciones jurídicas e institucionales y/o algunas de carácter  operativo. Hay que plantearse cómo mejorar la dirección del sistema administrativo, y reflexionar sobre los factores que contribuirían a ello. Se han realizado más estudios sobre el modo en que el gobierno gobierna a la sociedad, que sobre el modo en que éste se gobierna a sí mismo. Se conoce la estructura de la Administración, pero poco acerca de su dirección; conocemos las reglas  jurídicas, pero ignoramos  los procedimientos y las prácticas que acompañan a las decisiones organizativas.
(…) sigue existiendo mucha ‘caja negra’ y muchas deficiencias como los  errores de decisión de los altos directivos, corrupción, discrecionalidad en el proceso decisional, fallos  en la distribución de la autoridad, en la división del trabajo, en la coordinación y cooperación, intercomunicación entre las unidades que componen la organización (…)
 
(Vid. Aguilar Villanueva,L.F. (1992b), El estudio  de las políticas y Aguilar Villanueva, L.F. (2014),“Las dimensiones y los niveles de gobernanza”,Cuadernos de Gobierno y Administración Pública,1-1; Macintyre, A., Tras la virtud, Crítica, Barcelona, 2001, Suances Marcos, M. A., Max Scheler, Principios de una ética personalista, Herder, Barcelona, 1989).

Tecnoestructura y administración general (1): Nutrientes de la transparencia

 En entrada de de  16 de septiembre de 2014 decíamos que el pretorianismo que vivimos de facto como expresion de contrapoder – ex equo mani pulite/Tangentopoli  en la itralia de  1992, dela mano del fiscla Di Pietro y otros -, no es o debe ser más que una solución de interinidad ante un fallo grave de la tecnoestructura organizativa. Para nosotros siguiendo a Minztberg en La estructuración de las organizaciones y con antecedentes   en las cinco reglas de administración de Fayol  o en su a posterior adaptación en el PODSCORB  con origen en las  Notas sobre la Teoría de la Organización " de  1937 de  Gulick y Urwick dirigido al  Comité Brownlow, La tecnoestrutura recae además  de cualquier TAE, especialmente en los Interventores y la Inspección general de servicios y los Subsecretarios-Secretarios Generales.
Por ello en entrada   Open Goverment; ¿Llega para quedarse? de 25 de noviembre de 2013 cuestione que sin hacer labores previas de administración, el gobierno abierto es inocuo, es un canto de sirenas, una suerte de arcana de derechos vacíos (iura inanaia) o imágenes irreales (imago sine re)  o demás equivalentes. El Gobierno Abierto como impulsor de la transparencia, la ética y la creación de valor público, requiere de una tecnoestructura con la que es imposible en el  uso perverso de la organización pública por los operadores políticos y económicos, y para ello solo hay que re racionalizar la neoburocracia en un escenario  postweberiano por post moderno.
Hemos visto ahora como en nuestra CV la intervención general ha querido mostrar tres casos de inadecuación de recursos a fines organizativos en los casos del Palau de les Arts, la educación concertada y las subvenciones. Espacios precisamente en los que la presencia TAG no es muy sustancial, y el clientelismo y captura de políticas es muy agradecida.
La idea administración general vs administración especial estaba ya prevista  en Hobbes en el capítulo XXIII del Leviatán.  Hobbes pensaba ya en una administración del Estado, con dos tipos de personas públicas  investidas con autoridad de judicatura o de mando. Quienes están a cargo de la ‘administración general’ por representar al soberano in totum bien en el espacio geográfico o en el tiempo (regente, virrey, gobernador de provincia, prefecto) y  Los ministros de administración especial sólo se ocupan de un dominio o  parte de ella en el propio país o en el extranjero, ocupándose de la realización de ciertos asuntos especiales (vg. tesoro, Instrucción, milicia, judicatura…).
Esta distinción iría evolucionando y  sería recogida también por Bonnin en sus Principios de Administración Pública quien distinguiría entre  Administración Pública  como  autoridad común que en todo el territorio estatal ejecuta las leyes, como atribución esencial y  las administraciones especiales que como  brazos de la administración Pública, tienen encomendada   una supervigilancia más exactas, aunque su acción dimana siempre del Gobierno.
Esta distinción en nosotros desde la LFCE de 1964 (art 23), por mor de la importación británica del funcionario generalista e interdepartamental y el informe de la Comisión Fulton de 1968, implica que  dentro de la administración general, además de la gestión delos servicios comunes a todas las áreas de actividad administrativa,  se encuentra la función o el rol tecnoestructural, es decir, hacer que las cosas funciones conforme al diseño organizacional preestablecido, establecer los remedios para el anormal funcionamiento y hacer reingeniería para ir adaptando la organización a las necesidades. Es decir se trata de conocer la estructura organizativa, por ello un TAG es un burócrata en el sentido weberiano que se encarga de normalizar y estandarizar procedimientos en cualquier lugar de la organización pública.
Hoy se publica el feliz nacimiento de un nuevo frente cívico contra la corrupción, que propugna dentro de otras 99 propuestas algunas  relacionadas con la aplicación estricta de los medios de control de las Administraciones Públicas, entre ellas; los interventores deben cumplir sus funciones de control de los gastos públicos con absoluta minuciosidad;  la Inspección de Servicios debe cumplir asiduamente su función de vigilancia de las actuaciones de los funcionarios; y la creación un cuerpo de inspectores que puedan controlar el adecuado cumplimiento del trabajo y aptitud suficiente para el mismo, a cualquier nivel, en cualquier administración y en cualquier momento. Esto es ni más ni menos lo que venimos postulando en este Blog al respecto del control tecnoestructural.
Hegel  en cuanto a los servidores del Estado,  diría (…)  el servicio al Estado requiere sacrificar toda satisfacción independiente y arbitraria de fines subjetivos; precisamente por este sacrificio concede el derecho de encontrar satisfacción en el cumplimiento del deber sólo en él. En este sentido aquí reside la fusión de interés general con el particular que constituye el concepto y la oculta solidez del Estado (…) 
Para Weber, el funcionariado moderno está integrado por (...) ese conjunto de trabajadores intelectuales altamente especializados mediante una larga preparación y con un honor estamental muy alto, cuyo valor supremo es la integridad. Sin este funcionariado se cercenaría sobre ellos el riesgo de una terrible corrupción y una incompetencia generalizada, e incluso se verían amenazadas las realizaciones técnicas del aparato estatal (...).
Piénsese desde lo anterior y en términos de transparencia y buena administración como interpretar el artículo 54-10 del EBEB que establece el deber-principio de conducta para los empleados públicos del traslado a los superiores de  propuestas de mejora del desarrollo funcional operativo y la creación de un receptáculo administrativo para su gestión. El cambio para un gobierno abierto, con las mínimas cajas negras, implica que si el político/directivo  no se atiene a los estándares organizativos, debe ser cesado y no al revés. Es decir, el interventor que advierte de una mala praxis, (ilegal, ilícita, inmoral,  contraria a tabulas,…). La transparencia llega a estos extremos a conocer qué se hace mal, porqué y por quién y cuál es el ajuste adoptado. Un político que cesa injustamente  a un encargado de la supervisión por  mor   de la infidelidad, falta de lealtad institucional,  debe, además de las sanciones penales, ser apartado del ejercicio público para siempre y además ser sujeto de derivación de responsabilidad patrimonial.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Tic-Tac,Tic-tac (y 3)

Decimos que es conveniente formar a los gestores de lo público con marcos teóricos de referencia ‘clásica’ para que no caigan atrapados por las modas administrativas de los ‘todo a 100’ que coinciden con las consultoras que le dan a todo, sin saber demasiado o incluso nada.
No sabe esta consultoría de hojalata que hasta en la tradición de entender la Administración Pública como una empresa, como es la americana, los debates desde 1997 a 1945 giraron en cómo solucionar el problema de la separación política y administración; en cómo distinguir la gestión  pública de la privada, y como hacer de la Administración Pública una organización más eficiente.  En los padres fundadores ya se hallan las idas seminales de que dicha tarea pasaba por evitar  la politización de la función pública o en el contrapeso de institucionalizar una mayor profesionalidad en la gestión.
En 1900 Frank GOODNOW en  Politics and Administration: A study in Government   abordó la tarea de  dividir la función gubernamental en política y administración.  Diría (…) se da el nombre  de Administración a la función que se encarga de ejecutar la voluntad del Estado y que debe estar sujeta al control de la política .la función administrativa aparte de su dimensión judicial puede llamarse administración de gobierno la cual es asimismo susceptible de diferenciación (…).
Sostendría que hay una parte de la Administración  que debe quedar relevada en gran medida sino totalmente del control de los órganos políticos (semicientífica, cuasiempresarial, cuasi judicial) son labores en las que influye poco o nada  la expresión de la verdadera  voluntad del estado, por lo que  debe dotarse  una fuerza de agentes gubernamentales que estén absolutamente libres de la influencia de la política, pues la  naturaleza de su trabajo no es menos  política que la judicial
 WHITE en 1937, también adscrito  a la era ortodoxa escribiría  La Administración Pública como Profesión  dando cuenta de la expansión del número de  profesionales en la administración USA (de 3600 en 1896 a 35000 en 1930).  El autor conocedor de la obra de Fayol apostaría por la necesidad e profesional la labor publica, afirmando  que administrar es la suma de la correlación, planificación, dirección central, disposición y delegación de funciones, tanto en la organización privada como pública, y constituye en sí un campo definible de conocimientos y experiencias, con sus propias tecnologías en desarrollo y demanda de aptitudes especiales, de  capacitación, experiencias y aplicación extensiva  para su dominación. Diría que el desempeño eficiente de las tareas administrativas precisa de intelectualidad coordinada, savoir faire individual, imparcialidad, percepción.
Más adelante MORXTEIN MARX nos advertiría de que (…) El volumen no es suficiente para definir la naturaleza del Estado administrativo. Es preciso tener en cuenta que no es  una estructura autónoma, sino una  especie de monstruo indómito e indomable sobre la que ejerce una influencia sustancial el grupo político que detenta el Poder. La estructura administrativa está ligada a la estructura política como la puerta a la pared: la puerta sólo desaparece cuando la pared se derrumba; pero si la puerta se atasca en su marco, basta con un simple empujón para abrirla (…).
Ante el problema del comportamiento el enfoque humanista desplazaría al neoclásico, ocupándose del comportamiento administrativo (Administrative Behavior)   consecuencia todo ello de la aplicación del  conductivismo y neoconductivismo en la psicología y que, al igual que en el análisis de políticas vería un esperado  positivismo, también para el mundo de las organizaciones desde los enfoques sociológico y psicosociológico, de impronta inequívocamente experimental, (SIMON,MAYO, MASLOW,MERTON, GOULDNER, SELZNICK.)
En la obra conjunta  Administración Pública de  1950  referida a la Administración USA  se  estudiaría  los tres aspectos de más interés sobre la organización de las grandes estructuras gubernamentales; el aspecto humano de la  administración Pública, es decir, la psicología de las personas que ocupan puestos administrativos; la relación entre política y Administración y el papel de la Administración en la función política.
Por lo tanto todo sigue igual, tal y como lo describiera Confucio y sus seguidores, mientras que las personas que gestionan políticamente lo público, tengan unas u otras orientaciones, éstas condicionarán la Administración Pública. El ambicioso terminará desvelándose como tal, si antes no le va la vida, la honra  y la hacienda en ello. Y el que tenga, espíritu de  servicio, acabará prestándolo en otro espacio  más grato.
Hay que esperar, utópicamente o  como  desiderátum científico, el fin de un tic-tac para al menos una coyuntura que ya no sostiene la artificialidad de una  arquitectura institucional  anclada sobre postulados de servicio público.
Por el momento Confucio, y demás clásicos hasta weber siguen siendo referentes teoréticos, para pensar que en lugar de un  chronos  nuevo, no habrá más allá que nuevos cromos.

(Vid.  WU, K. C.,  Teorías políticas de la antigua China,  1928;   HSÜ,L.S. La filosofía política del Confucianismo, 1932; SIMÓN, H.A, SMITHBURG,D.A Y THOMPSON,V.A. Administración Pública,1950; MORSTEIN MARX, F. The Administrative State. An Introduction to Bureaucracy, 1957).


Tic-Tac, tic –tac, … (2)

Veámos marcos teóricos, sustentados en tiempos tan remotos como los de las grandes  civilizaciones (siglo IV ac) y  que invitan a una interpretación ortodoxa sobre cómo gestionar los asuntos colectivos, sin permitir la patrimonialización del órgano administrador que ejecuta las políticas regulatorias, distributivas o als redistributivas  MICIUS, pensador Chino  (500 AC) diría que  quien quiera hacer negocio tiene que disponer de un sistema. (…)Hasta los operarios sin destreza logran resultados si disponemos de un sistema. Si se trata de gobernar un imperio sin tener un sistema como modelo ¿no resultaremos menos inteligentes que los vulgares operarios? (sic)’
Otro personaje más conocido,  CONFUCIO, al abandonar el cargo público en el reino de Lu, condenaría el favoritismo y el partidarismo en la administración de lo público. (…) En la  Administración hay que mantenerse siempre ocupado, hay que mantener los asuntos de gobierno siempre en la mente, sin debilidad y ponen en aplicación los principios con absoluta consistencia, sin desviaciones. Y por último, escoger honestamente y sin egoísmos a funcionarios públicos capaces (…).
Las enseñanzas de Confucio se enmarcaron en el ámbito de la filosofía ética, moral y política, considerando que los propios actos externos de las personas se basaban en las cinco virtudes (bondad, honradez, decoro, sabiduría y fidelidad).
También en el S. IV AC, en su  dialogo con Nicomedes,  SÓCRATES le aconseja no despreciar para un cargo público a quien tenga la habilidad suficiente para conducir una casa, pues la dirección de  asuntos privados, difiere de la de los públicos, solamente en la magnitud; en todos los demás aspectos son muy similares
A la muerte de Confucio surgieron dos escuelas: una que acentuaba la bondad innata de la naturaleza humana, que podía envilecerse por el propio esfuerzo destructivo o un ambiente perverso. La otra escuela sostenía que las personas nacen con una naturaleza perversa pero susceptible de regenerarse gracias a la educación moral. Esto que sería repetido ante el debate Hobbes-Rousseau sobre la naturaleza humana, sigue siendo el dilema, y la Ciencia de la Administración se hizo eco también en los ’40, al afirmar  Robert  DAHL en Ciencia de la Administración Pública: Tres problemas(1947) que (…) estamos muy lejos de una Ciencia de la Administración Pública, ninguna es posible a no ser que, entre otras cosas …  La naturaleza del ser humano en el área de  Administración Pública  ha de ser mejor comprendida y su conducta más predecible.
 

Tic-Tac, tic –tac, … (1)

Con esta  ingeniosa  expresión se quiere expresar que el tiempo político de algunos llega a su fin, cual eskathon bíblico y que empieza otro tempus político. Bienvenida la expresión si tiene la vocación de señalar  el fin de una praxis insana en la gestión pública (política, directiva y administrativa) y con ella la de una casta de semidioses y reyezuelos del  poder político deslegitimados carismáticamente y sólo sustentados en la dominación de tipo burocrático que suponen las reglas del juego democrático.
Pero mal venida será si el último tic-tac solo trae  un mero cambio de actores, de otra casta distinta pero a la postre casta, que hasta podría ser peor. En realidad nada nuevo ‘politológicamente’ hablando se cierne sobre nuestro país y menos de naturaleza nueva, innovadora, lo que es especialmente grave, cuando los actores nuevos provienen del mundo de la politología. Así en cuanto a la sociología política actual podemos leer por ejemplo;
(…) que de los análisis  realizados por el Departamento de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid  quienes en España se dedican a la política son, entre otras cosas, unos perfectos zoquetes. Su contrastada imbecilidad, espoleada por una tendencia irrefrenable a la vagancia, les habría incapacitado para ganarse honradamente su sustento extramuros de los edificios públicos y como el hambre agudiza el ingenio, por escaso que éste sea, hasta los más tontos consiguen fabricarse un relojito de madera en forma de sillón, prebenda o mamandurria (...)
 (…)La Asamblea de Madrid es un coladero de hermanos, exmujeres y hasta “secretarias” de partido colocados en puestos de confianza y libre designación cuya remuneración alcanza, en el mejor de los casos, los 82.096 euros brutos al año (…).
Esperemos que el fin del tic-tac no suponga otra vez en la historia, como avisara  Von Stein, la lucha de una  sociedad dividida en clases sociales, que no buscan sino  controlar el Estado en función de sus propios intereses, y que conduce de facto a un Estado dictatorial, aunque sea formalmente democrático, en el que el aparato administrativo está al servicio de los intereses de una clase o sector sobre los de otros.
Como en la época de Stein la solución, no es otra revolución social que  solo implique  la imposición de los intereses de otra clase nueva, sino un Estado revolucionador del estatus que esté por encima de los intereses de todas las clases o sectores sociales. Y en lo que nos concierne domésticamente, ahora se trataría de  cumplir  con la cláusula (política constitutiva) de Estado social democrático y de derecho  y Administración Pública eficaz, eficiente, imparcial, meritocrática (1-3, 23 y 103 CE’78).
BOGUMIL (1999) indica que en las administraciones actuales el ciudadano es a la vez  soberano, receptor de servicios y coproductor/codecisor de los servicios y políticas públicas.
En este aspecto llevamos 36 años de déficit cronológico de una Administración Pública a la altura de las exigencias constitucionales y la razón  no es otra que una lectura incorrecta sobre la articulación de la separación política-administración, sobre la que se ha hecho una interpretación heterodoxa o, se incurre deliberadamente en una heteropraxis.