jueves, 25 de febrero de 2010

Burocracia y Buropatologías (2): Lo que debe entenderse científicamente


La Burocracia es también un interesante objeto de la discusión científica, por su complejidad y extensión, a toda clase de organizaciones. La ambigüedad con la que se ha utilizado el término Burocracia en las diversas Ciencias Sociales, tiene su origen en que el propio Weber no la definiría, aunque sobre todo la utilizaría con el sentido universalmente conocido de ‘tipo ideal de organización’ o de ‘gran organización’- .
Esta ambigüedad ha hecho entenderla con múltiples acepciones, y que podrían sistematizarse desde tres áreas de conocimiento próximas;

a) Sociológica:

• Como paradigma de la ineficiencia en toda organización.
• Como poder ejercido desde los despachos.
• Como papeleo y rutina propia de las oficinas públicas.
• Como grupo humano que ejerce el poder administrativo.
• Como modo específico de funcionamiento de la maquinaria pública.
• A los que desempeñan tareas administrativas en contraposición de los obreros, técnicos y directivos.

b) Organizativa:

• Como tipo ideal de organización.
• Como gran organización.
• Como sistema objetivo de gestión y administración altamente racionalizado y de máxima eficiencia técnica.

c) Ciencia de la Administración:

• A aquellos empleados públicos que gozan de permanencia y hacen carrera en la Administración como funcionarios.
• A los funcionarios con verdadero poder.
• Equivalente a Administración Pública.
• Conjunto de los medios personales al servicio de las Administraciones Públicas.

Con todo esto, o a pesar de ello la Burocracia es un modelo o técnica de organización de medios materiales y de funciones personales especialmente prevista para macroorganizaciones (grandes o complejas) descrito y propuesto por Weber en que cada unidad tiene unas responsabilidades claramente delimitadas, estando sus actuaciones reguladas mediante reglas escritas y mecanismos de control vertical. Es la organización racional, formalizada y centralizada cuyos principios funcionales son: generalidad, racionalidad, imparcialidad, eficacia e impersonalidad.
Supone una respuesta a las necesidades derivadas de la modernidad racionalizadora que se manifestaba en el dominio de la eficiencia, la predictibilidad, la calculabilidad y el control tecnológico. Con el crecimiento del intervencionismo estatal, también lo hizo la importancia de la racionalidad técnica en el discurso de la legitimación democrática. Las decisiones políticas se traducen en actuaciones técnicas.

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