lunes, 22 de febrero de 2010

Burocracia y Buropatologías (1): El ‘secreto de sus ojos'

García de Leániz consultor de comportamiento humano cometa la película El secreto de sus ojos, candidata a los premios Goya obteniendo el de mejor película extranjera de habla hispana recientemente fallado, describiéndola como El ‘secreto de sus ojos’, anatomía de la Gestión Pública en la que el citado consultor comenta que en la película se reflejan unos comportamientos tipo de la dinámica burocrática, tales como (…) … pésimo servicio al ciudadano, , salidas a tomar cafés sin control alguno, productividad baja, muchas horas llenas de vacío, los recursos tecnológicos escasos, nadie se queja y pide nuevas tecnologías, no vaya a ser que se modifiquen los hábitos de trabajo, una visión del servicio público donde los medios (procedimientos) priman sobre los fines (impartir justicia), los burócratas huyen del riesgo y se sienten protegidos en sus reglamentos y dilaciones, el ciudadano carece de rostro y apenas posee el nombre de un expediente, son maestros en hacer eficientemente cosas ineficaces, despersonalización de sus tareas y olvido del servicio al ciudadano (…)
Dice el comentarista que en el devenir de la trama los protagonistas de una oficina judicial ,que de burócratas reactivos pasan a convertirse en profesionales activos forzando sus propios procedimientos para poder hallar al culpable de tal manera que sin apenas medios ni recursos actúan de manera tremendamente eficaz y productiva, …como si la persona, para ser valiosa también en la función pública, necesitara menos procedimientos y más fines visibles que den trascendencia a su tarea.(…)
Lo que se describe son las disfuncionalidades de la Burocracia denominadas en el área como ‘buropatologías’ que responden a que en el acervo popular común la palabra burocracia no expresa nada acerca de su teoría y funcionalidades, sin embargo, se asocia más con las perversiones, disfunciones, como si estas fueran su esencia, cuando en realidad éstas, son patologías del modelo que enfatizan el interés de grupo, lentitud, ineficacia, rigidez o escasa adaptación a los cambios externos...
El término ‘Burocracia’ se debe a De Guernay, ilustrado francés, que le dio un sentido peyorativo y subjetivo: el del oficinista que cansa la paciencia del ciudadano con el expedienteo - Burocracia significa etimológicamente “poder de la oficina o despacho” -. Hoy la Burocracia sigue conservando estos acentos peyorativos, y Alfred Sauvy inicia su obra ‘La Bureaucratie (1961) diciendo que la mención de esta palabra despierta en el ciudadano la respuesta automática de ‘estoy en contra’ y en el libro de Martin Albrow, Bureaucracy, se refleja en su presentación que genera tanta hostilidad entre los estudiantes contestatarios parisinos, como entre los bussinesman neoyorquinos. Además puede verse en Auby y Ducos-Ader, en Droit Administratif: La Fonction Publique, les biens publiques, les travaux publics (1973) indica que el término Burocracia mas o menos cargado de connotaciones peyorativas.
En los países de habla inglesa se refieren a ella con los términos red tape - de la práctica de atar con cinta roja los documentos y papeles oficiales - usado cuando se piensa que las reglas de la Burocracia resultan innecesarias o y evitan que las cosas resulten fáciles y rápidas y Officialdom para referirse a que las oficinas públicas o sus empleados van a resultar de poca ayuda o poco serviciales.
Pérez Serrano en su Tratado de Derecho Político escribía entre 1936 y 1939 y al hilo del texto constitucional de la época que le parecía preferible utilizar la expresión “funcionariado” a la de “Burocracia” por que ésta, “envuelve un cierto sentido peyorativo, y precisamente lo que se pretende al consagrar constitucionalmente derechos del núcleo formado por los empleados públicos es ofrecer garantías de buen servicio [...]”.
La buropatología queda reflejada en lo que Larra denunciase con el "Vuelva usted mañana y en Jorge Guillén, ‘Potencia de Pérez, Coro de Burocracia’ “Requisitos y papeles, Eso es lo bueno. Con sus colas de papeles, Pies en el cieno.”
Pero la burocracia responde a otra lógica…

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