Gerry Stoker en su trabajo “El buen gobierno como teoría: cinco propuestas” realiza un análisis sobre la cuestión sobre lo siguiente:
1. El "buen gobierno" se refiere a un conjunto de instituciones y agentes procedentes del gobierno,pero también de fuera de él;
2. El "buen gobierno" reconoce la pérdida de nitidez de los límites y las responsabilidades tocante a hacer frente a los problemas sociales y económicos;
3. El "buen gobierno" identifica la dependencia de poder que existe en las relaciones entre las instituciones que intervienen en la acción colectiva;
4. El "buen gobierno" se aplica a redes autónomas de agentes que se rigen a sí mismas;
5. El "buen gobierno" reconoce la capacidad de conseguir que se hagan las cosas, que no se basa en el poder del gobierno para mandar o emplear su autoridad. Considera que el gobierno puede emplear técnicas e instrumentos nuevos para dirigir y guiar.
A la par indica que estas propuestas son complementarias, en vez de contradictorias o enfrentadas, y que a cada una de ellas corresponde un dilema:
1. El "buen gobierno" se refiere a un conjunto de instituciones y agentes procedentes del gobierno,pero también de fuera de él;
2. El "buen gobierno" reconoce la pérdida de nitidez de los límites y las responsabilidades tocante a hacer frente a los problemas sociales y económicos;
3. El "buen gobierno" identifica la dependencia de poder que existe en las relaciones entre las instituciones que intervienen en la acción colectiva;
4. El "buen gobierno" se aplica a redes autónomas de agentes que se rigen a sí mismas;
5. El "buen gobierno" reconoce la capacidad de conseguir que se hagan las cosas, que no se basa en el poder del gobierno para mandar o emplear su autoridad. Considera que el gobierno puede emplear técnicas e instrumentos nuevos para dirigir y guiar.
A la par indica que estas propuestas son complementarias, en vez de contradictorias o enfrentadas, y que a cada una de ellas corresponde un dilema:
· Se produce un divorcio entre la realidad compleja de la adopción de decisiones asociada al "buen gobierno" y los códigos normativos empleados para explicar y justificar el gobierno.
· La pérdida de nitidez de las responsabilidades puede llevar a evitar los reproches o a buscar chivos expiatorios.
· La dependencia de poder agrava el problema de las consecuencias no buscadas que recaen en el gobierno.
· La aparición de redes que se rigen a sí mismas plantea problemas de rendición de cuentas.
· Aunque los gobiernos actúen de manera flexible para dirigir la acción colectiva, puede fracasar el "buen gobierno".
· La pérdida de nitidez de las responsabilidades puede llevar a evitar los reproches o a buscar chivos expiatorios.
· La dependencia de poder agrava el problema de las consecuencias no buscadas que recaen en el gobierno.
· La aparición de redes que se rigen a sí mismas plantea problemas de rendición de cuentas.
· Aunque los gobiernos actúen de manera flexible para dirigir la acción colectiva, puede fracasar el "buen gobierno".
Estas propuesta de buen gobierno debe relacionarse con la pretensión de gobernabilidad, que se presume en el mismo y que significa progresar en el modelo de bienestar establecido coyunturalmente, y dependerá pues, de un juego de interacciones institucionalizado anclado en tres pilares; Un buen gobierno, una buena Administración y sana gestión y una madura y desarrollada sociedad civil.
El Gobierno–Administración contribuye al aseguramiento de la gobernabilidad, mediante una doble receta, una de naturaleza filosófica reflejada en el buen gobierno y buena administración y otra técnica, consistente en desarrollar la disciplina de la Gestión Pública y la metodología del análisis de las políticas públicas. El logro de la gobernabilidad no es sólo deber y tarea de los Gobiernos, sino también de la ciudadanía como agentes individuales o colectivos.
Una suerte de principios pueden contribuir a la gobernabilidad desde las aportaciones del buen gobierno, y que para nosotros serían:
· Primacía de la ética de la responsabilidad sobre la de la convicción.
· Respeto al principio de Buena Administración.
· Vocación de un gobierno ejecutivo éticamente responsable y técnicamente capaz de mantener.
· Representante del interés general objetivamente considerado.
· Equilibrio en la conjunción de los principios de la Gestión Pública;equidad,legalidad, eficacia y eficiencia.
· Síntesis entre la racionalidad ideológica y la técnica.
· Búsqueda incrementalismo/innovación en la confianza básica y en el valor público.
Una suerte de principios pueden contribuir a la gobernabilidad desde las aportaciones del buen gobierno, y que para nosotros serían:
· Primacía de la ética de la responsabilidad sobre la de la convicción.
· Respeto al principio de Buena Administración.
· Vocación de un gobierno ejecutivo éticamente responsable y técnicamente capaz de mantener.
· Representante del interés general objetivamente considerado.
· Equilibrio en la conjunción de los principios de la Gestión Pública;equidad,legalidad, eficacia y eficiencia.
· Síntesis entre la racionalidad ideológica y la técnica.
· Búsqueda incrementalismo/innovación en la confianza básica y en el valor público.
La última palabra no esta dicha, ni nunca lo estará en un sociedad en cambio constante, pero sin duda la búsqueda científica de una Teoría de la Administración acorde a los nuevos tiempos debe acompañarse de una metateoría previa de la lógica de la acción del gobierno que supere, en lo factible, las limitaciones racionales y sobre todo la dinámica cainita y entrópica del ejercicio conservacionista del poder, principal mal, del buen gobierno.
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