martes, 14 de julio de 2015

Más ciencia en la Administración Pública (2): Los problemas aplicativos

Muy oportuna nos resulta la distinción entre Ciencia de la Administración  y técnicas administrativas en la medida en que la primera estudia los principios generales de la organización de la  Administración y de la acción administrativa de esta y de otros poderes del estado para tratar de alcanzar la máxima eficacia en el cumplimiento de sus fines. La técnica  de la  Administración  sería la aplicación del conjunto de conocimiento procedentes de otras ciencias, con el propósito de lograra el mayor rendimiento y productividad en el actuar de la  Administración Pública.
Si contemplamos la Ciencia de la Administración en su dimensión política y técnica y mantenemos un enfoque sistémico y funcional, podemos mantener que es el subsistema político el que entorpece el planteamiento científico de la  Administración Pública, pues ni lo conoce, ni lo entiende ni tampoco le interesa, entre otras cosas porque lo haría prescindible en buena parte. Las técnicas administrativas – de las que sabe algo el funcionariado – no pueden aplicase como expresiones científicas si el poder político no asume los principios políticos– a los que se refiere vg. De Valles-  y reglas técnicas de la Ciencia de la Administración, como son los que fundamentarían la denominada teoría clásica de la  Administración Pública de respeto a la separación política- Administración; buscar el bien común; respeto a la ley y al derecho administrativo; Administración como Estado que trabaja; meritocracia; lógica burocrática frente a la dominación carismática/tradicional; POSCORB; liderazgo capaz; toma de decisiones racional; eficacia/eficiencia; evaluación de resultados;   la teoría de la organización aplicada a la  Administración Pública; un énfasis en el control y diseño organizativo; aplicación de las ciencias del comportamiento organizativo; neoinstitucionalismo; modelo de la elección pública y su  dependencia de la economía política, …).
Cuanto un sistema político administrativo carece de una institución del análisis y evaluación de políticas como incuestionablemente sucede en España, cuando tampoco existe una dirección pública profesional, cuando el nivel de interfase se provee con cargos políticos al igual que los lugares predirectivos del nivel administrativo, es prácticamente imposible seguir una dinámica científica de la  Administración Pública. Habrá arte y técnica pero no ciencia. Queda todo en manos del político, que por lo normal no está formado en Gestión Pública, el buen hacer quedará como un proceso estocástico en el que cierto arte innato o aprendido puede ser un factor de éxito, sobre todo si sigue enfoques de ajuste partidario mutuo acuerdo de una concepción pluralista de la política, pero en todo caso su labor será comparable  al de un curandero, pero sin ciencia porque esta la tiene el médico.
Si el poder político no respeta el presupuesto de la separación entre política y  Administración Pública, no es posible  apostar por una  Administración Pública científica y todos los que apostaron por ello, desde Napoleón hasta Gülick son ignorados y despreciados. Así que en ausencia de una  Administración científica al ciudadano le queda el Derecho Administrativo, porque suele pasar que este tipo de conducta suele traer también abuso y desviación de poder.
Si un modelo administrativo tiene asumida la reserva estatal de potestades administrativas (filosofía continental) no puede utilizar la gestión indirecta  ni privatización del servicio de control del pasaje) tendrá que utilizar personal funcionario y podemos preguntarnos a qué viene los auxiliares de policía local como personal laboral en la primera ley autonómica de policía local o a qué  la  vigilancia privada en  edificios gubernamentales, existiendo la segunda actividad en los FCSE.
Por eso en el área de los Transportes públicos puede verse  como en el Ente autónomo de los transportes Parisinos (RATP–Régie Autonome de Transports Parísiens-) se utiliza Agentes Públicos no funcionariales, a excepción de los servicios de  seguridad (GPSR -Groupe de Protection et de Sécurité des Réseaux- y SPSM -Service de Protection et de Sécurité du Métro-) pero que gozan de semejantes condiciones de estabilidad que los funcionarios.Por ello también habrá que  recordar que uno de los fallos para que se produjera el 11-S en EE.UU, fue debido a que la seguridad de control de pasajeros había sido por cuenta de las aerolíneas privadas -trabajo de una precariedad y rotación sin igual-.Dicha catástrofe supuso la creación de una agencia federal USA (Transportation Safety Administration), dependiente del Ministerio de Transportes que implica que el control de equipajes y seguridad quedan en manos de 28.000 empleados federales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario