martes, 14 de julio de 2015

Sin entusiasmo ni esperanza por el momento: Proceso estocástico en la Administración Pública valenciana (y 2)

La política determina el ‘qué’ del cambio de las políticas y  supongamos que ese ‘qué’ lo sea  para mejorar el progreso social, incorporando el talento de jóvenes o excluidos hasta ahora como capital social, en lugar de los amigos, camaradas, familiares o legitimadores. La Ciencia de la Administración   determina el ‘como’  a través de sus políticas de gestión Pública, siendo la principal la propia estructura de decisión, organización y funcionamiento.  
Sobre la estructura organizativa y funcional de la  Administración ejecutiva de la Generalitat, en materia de  Administración Pública se apunta que del Gabinete del President dependerá como órgano directivo la Dirección General de Análisis y Políticas Públicas con  funciones de asesoramiento y asistencia al director del Gabinete del President, así como la realización de estudios de innovación, informes, recopilación de información y documentación sobre materias que afecten al Consell. El análisis de políticas y evaluación de las mismas no aparece formalmente, y en todo caso, una institución con ese cometido no debería en ningún caso estar en el núcleo del poder sino formalizarse de manera agencial e independiente.
En la Consellería  de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades, no hay Secretaria autonómica de  Administración Pública y tan sólo la recurrente Dirección General de Función Pública, sin saber si quedara huérfano el   Plan Estratégico de Innovación y Mejora de la Administración de la Generalitat 2014-2016.
De la misma manera que la fatal situación económica no va a permitir ni llevar a cabo las políticas bandera – salvo que lo hagan aunque sea simbólicamente tras la generales -  es de pronóstico muy  débil pensar en que el nuevo gobierno autonómico o los locales aborden enfoques sinópticos-comprensivos en las nuevas o reformuladas políticas, ante la composición del equipo de gobierno y el déficit financiero heredado. Más bien todo apunta a dinámicas incrementalistas o decrementalistas respecto de lo habido hasta la fecha. No es de esperar en cualquier caso un cambio radical hacia itinerarios de administración más científica.  Recuérdese una vez más que  la institucionalización del análisis y evaluación de la acción pública, una dirección pública profesional (independiente) y la no politización de los niveles directivos y predirectivos es la mejor solución para lograr el principio ortodoxo (tanto en Weber como en Wilson) de separación política-administración. La libre designación en la función pública se justifica únicamente para poder al mando a los mejores en cada momento y evitar patologías burocráticas. En modo alguno es para premiar o conseguir  adeptos al gobierno de turno.
En cualquier caso, para un distinto ‘que’ y  ‘como’, los datos científicos en términos de sostenibilidad y capital social, como factores muy determinantes para la gobernabilidad, y que junto a la capacidad financiera convierten en estocástico el programa gubernamental, hay que estar muy atento a lo siguiente;
·     La Comunidad  Valenciana se aleja de la convergencia europea al mismo ritmo que Grecia.
·     Más de 55.000 valencianos acuden al Banco de Alimentos.
·     En la actualidad el gasto público en los Servicios Públicos Fundamentales —sanidad, educación y protección social— representa el 60% del gasto público total.
·     La Comunitat Valenciana no es una de las principales comunidades autónomas en captación y retención de capital humano, según indica el estudio "La geografía del capital humano en España".
·     Según el Consejo de la Juventud de España los jóvenes valencianos se mantienen en casa de los padres hasta los 29 años al estar afectados por problemas laborales como la precariedad, la temporalidad, la subocupación y la sobrecualificación.
·     La mayoría de los puestos de trabajo para universitarios o no, que se crean en nuestro  entorno, lo son en función  al valor añadido que reportan al proceso productivo o comercial actual.
En suma, la agenda gubernamental, en función de factores externos e internos, esta condenada a convertirse en un proceso estocástico en cuanto a la posibilidad de cambios cuantitativos o cualitativos para la mejora de las políticas para solucionar los problemas más importantes. La herencia de los últimos años de gestión va a ser duradera en sus efectos perniciosos. Bastará  cada año de gobierno que pase en confrontar los datos de los indicadores oportunos, con los de salida, esto es, deuda, déficit, PIB, crecimiento poblacional, mortandad empresarial, incremento de empleo neto, empleabilidad de los universitarios, indicadores de criminalidad o violencia, abandono escolar, …
Para que la Administración Pública sea instrumento de la conformación de la sociedad, en este caso, para  el cambio hacia la predominancia de una economía del bien común en la que predomine el trabajo sobre el capital, es preciso de cambios institucionales y organizativos radicales, y no andarse por las ramas incrementalistas. En el panorama nacional tras el 21  hemos visto gestos reparadores de infortunios pretéritos y otros más simbólicos, pero también renuncias ya  a cambios prometidos por un bien común más objetivo y deseado por muchos. Si antes cada día nos desayunábamos con un nuevo caso de corrupción, ahora es con una renuncia a una promesa electoral. Esperemos que gestos y renuncias no afecten al bien común  y que no tampoco quede todo en simbolismo o gatopardismo o una táctica política frente a las generales y, que de momento, todo sea por mor de un prudente e inicial ‘análisis de factibilidad’.
 
Foto reciente del primer ministro británico sin  asiento en transporte público ¿Es un símbolo de un nuevo estar, sólo simbólico o marketing?
 
 
 
 

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