Lo dicho
por Lindblom se refuerza con la genuina afirmación de Lasswell de que “las
políticas determinan la política", en el sentido de que las correlaciones
de poder, los liderazgos y las autoridades formales decisorias son definidas
por la naturaleza de las cuestiones en disputa y, en consecuencia, por el tipo
de respuestas (beneficiosas o nocivas) previsibles por parte del gobierno.
Para
Lasswell el argumento es el que sigue:
1) El tipo de relaciones entre la gente
está determinado por sus expectativas, por lo que cada actor espera obtener de
la relación con los demás;
2) en política, las expectativas están
determinadas por los productos gubernamentales o políticas ;
3) la relación política está determinada
por el tipo de política en juego, de manera que para cada tipo de política es
posible encontrar un tipo específico de relación política. Si el poder se
define como la posibilidad de participar en la elaboración de una política o
asignación con autoridad, la relación política en cuestión es una relación de
poder y, con el tiempo, una estructura de poder.
Dentro de la tipología lasweliana;
políticas constitutivas, regulatorias, distributivas y redistributivas, son estas últimas las categoría más afectadas
por su impacto a las clases sociales, como sucede con la política fiscal o las
subvenciones, y programas de bienestar social. El factor determinante son las
expectativas sobre la redistribución posible y lo amenazante que puede llegar a
ser. Las políticas redistributivas, abordan las cuestiones polémicas de
propiedad, poder y prestigio social establecidas, y así se ha dicho (Aguilar
Villanueva) que tiende a ser la arena más tensa y conflictiva, semejante a la
clásica lucha de clases del marxismo. O sea que unos ganan y otros pierden y
esto es una decisión política. (Vg Cobn los impuestos de X, garantizo la
pensión de Y) y aquí las transacciones y consensos son aquí difíciles o poco
significativas y los liderazgos tienden a
ser permanentes y cuentan con asociaciones civiles y políticas poderosas a la
defensa de sus intereses vitales – los perros guardianes de Lindblom. En este
ámbito de políticas las teorías de élites y clases alcanzan su más confiable
nivel explicativo, Gaetano Mosca con su teoría del elitismo y Robert Dhal sobre
la poliarquía aportaría otra explicación bien complementaria, bien
confirmatoria y autosuficiente.
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