miércoles, 16 de noviembre de 2016

La jaula de hierro hoy (y 3)



El equivalente sociológico a esta ultraburocracia organizativa  parece verse en lo que  Ritzer  denomina  McDonaldización,  esto es  la dinámica de ofrecer a productores y consumidores un marco de eficiencia, calculabilidad, predictibilidad y control tecnológico, acompañado de hábitos y costumbres estándar. (cg. El fin de semana después de ir al cine o a los centros comerciales acabamos en un McDonald o similar, comiendo productos hechos en serie, que difícilmente podemos cambiar al gusto.
La producción estándar, las modas y hábitos semejantes terminan por crear un control total por parte del sistema sobre el ciudadano y al no saber salir de ese sistema, quedamos atrapados. Autores vieron en el nazismo y el estalinisno jaulas de hierro y Ritzer advierte en su obra de 2004 La Macdonaldización de la sociedad:Una investigación sobre el cambio del carácter de la vida social contemporánea  de nuevos escenarios de jaulas, como aquella alegoría de Tiempos modernos de Chaplin. Si uno se detiene a observar esto se repite con la seguridad en el transporte, la telefónica móvil,  televisiones, automóviles,  interactuación  con la Administración.
Es más, el hombre individual no puede protestar sin perder capacidad de maniobra en lo inmediato. El control burocrático le persuade de la protesta. No puede ejercer una huelga porque le afecta a sus derechos pasivos, no puede dejar de pagar un impuesto injusto porque la morosidad frente a la hacienda o al sistema comercial le vetara posibilidades en su futuro. Se puede hacer pero el coste operativo y de transacción es alto y no siempre  el hombre común tiene recursos, lo que predomina en su vida son las necesidades y las prioridades en ellas. Así se convierte en un homo administrativus que se satisface  con no perder más, en ligar de predominar el homo oeconomicus que busca ganar más.
La jaula de hierro siempre es un peligro propio de la lógica burocrática en la que predomina el control del sistema sobre la libertad del individuo. Entre la ley del oeste y el exceso burocrático kafkiano, hay un término medio y hoy por hoy, hablar de post burocracia como un escenario de dominación social distinto sustancialmente es un inconcebible, que no un imposible. En todo caso todo apunta hacia posibles rerracionalizaciones o mutaciones de la propia burocracia, y esta por el momento, parece mejor que la de dejarse dominar por una tradición absurda u obsoleta o por un personaje carismático patético o hipócrita.

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