lunes, 16 de diciembre de 2019

Corrupción y su relación con la transparencia y la capacidad para la debida decisión pública ( 2)

Todo lo que se hace en materia de transparencia, open Goverment, buen gobierno y demás  son lagrimas en la lluvia si no se relacionan estas cuestiones con la proscripción de la corrupción y se establecen medidas coercitivas para la debida, cumplida y veraz transparencia. No se precisan ni gatopardos ni trampantojos cuando estamos viendo que la corrupción y la mala administración sigue muy presente, pensando que la Administración Pública es un botín. 
Seguirá habiendo corrupción por desviación o perversión teleológica de la función política si no existe en el cometido  político una suerte de  virtud cívica como motivación causal­mente eficiente hacia la acción públicamente orientada al bien común. Es decir una orientación hacia el bien de la sociedad y, sobre todo hacia la justicia social o distributiva como el principal bien de la sociedad .
Oscar Diego afirmó en 2009 con razón que (…)intentar extirpar la corrupción del mundo de la política y del gobierno es una pretensión utópica, ya que implicaría cambiar el rumbo de la humanidad al trazar una nueva ruta que modifique el estilo de vida contemporáneo. Lo que sí es posible realizar es el fortalecimiento de la moral social a fin de establecer principios éticos que guíen el actuar de los servidores públicos estableciendo un dique que frene el mar de corrupción y dé un giro hacia un buen gobierno, en el que se abandonen las conductas basadas en antivalores (…)
En su obra analiza las causas y motivaciones de la corrupción. Acude a la distinción entre factores externos o estructurales y factores internos al individuo a la hora de sintetizar la información de la que se dispone en el análisis de las causas de la corrupción. Entre los primeros destaca el autor los factores políticos, los factores económicos, los administrativos y los sociales. En especial  analiza la ideología neoliberal que promueve una visión de lo público alejada de la clásica noción de “bien común” y apuesta por una concepción mercantil del servicio público entre otras características.
El autor afirma al respecto;
1) la función pública, orientada por la idea, principio y valor de servicio, ha de estar orientada al bien común
2) el capitalismo neoliberal, y sus prácticas que fomentan el individualismo, el egoísmo del interés propio, y la lógica empresarial ampliada a toda esfera de la sociedad, no puede sino fomentar la corrupción, en la medida en que atenta contra el primer supuesto.
El espíritu capitalista que lleva a colonizar ámbitos del “mundo de la vida” y a convertirlos a la esfera del mercado, la aplicación de principios de gestión empresarial a lo público, la actuación de los organismos financieros internacionales, así como las prácticas de las empresas multinacionales y la labor de los gestores privados son analizados como factores de corrupción.
Añade que frente a la clase media, que sostiene los principios del bien común como objetivo político, buscando en la política un instrumento de realización comunitaria, las clases populares instrumentalizan la política como herramienta para obtener recursos en un sistema que se los niega con facilidad,tendiendo así a una visión clientelista de la política. Las clases pudientes instrumentalizan la política; prueba de lo cual son aquellos sistemas que favorecen que los políticos sean financiados por grandes corporaciones empresariales. Corporaciones que, como clientes políticos, luego esperan sus prebendas.
 ¿Qué hacer? se pregunta;  apostar por un Sistema Ético Integral, orientado a implantar en la administración la Ética Pública como herramienta para corregir la corrupción, lo que conlleva;
Ø Fortalecimiento de valores éticos es una herramienta fundamental: Frente a las escuelas neoempresariales, que sostienen la aplicabilidad del modelo de gestión privada y mercantil a los bienes públicos, la escuela neopública argumenta que el fomento de la ética pública es el único remedio efectivo contra la corrupción.
Ø Institucionalización de la Ética:  la confianza, la cultura de servicio, la eficiencia y acercarse más al principio de dignidad humana.
Ø Vocación globalista: Acuerdos internacionales, legislación internacional y órganos de control son instrumentos utilizados y utilizables para controlar la corrupción.
Ø Propuesta de un Sistema Ético Integral (SEI): Prevención de la corrupción en cinco fases;
1ª) Recordar, enseñar y reafirmar el valor de la Ética como materia que permite resolver los conflictos y evitar contravalores.
2ª)  Asignar un responsable de integrar un equipo ético y generar una misión institucional. Seleccionar personas íntegras, con experiencia en la administración o provenientes del mundo académico con el,rol de fomentar y vigilar la aplicación de la ética, identificar los valores deseables y aclarar el tipo de servidor público que genere seguridad, confianza, responsabilidad, rapidez, amabilidad, economía y calidad.
3ª) Diseño de  instrumentos de trabajo:  marco jurídico ético, códigos de ética, …
4ª)  Operación del trabajo; diseñar instrumentos y modalidades para interiorizar  la Ética (plan de formación, proyección práctica, automotivación, etc.,)
5ª) Supervisión, control y evaluación con   potenciación  de la supervisión ciudadana.

Cfr.

Bautista, Ó.D.(2009), Ética para corruptos. Una forma de prevenir la corrupción en los gobiernos y las administraciones públicas, España, Desclée De Brouwer.
Rodríguez Alba,J.(2010)¿Los corruptos aprenden ética? Orientaciones éticas para atajar la corrupción en Convergencia, Revista de Ciencias Sociales,  54.


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