domingo, 10 de mayo de 2020

¿Es el estado de Alarma ¿una suerte de Jaula de hierro? (6): Presuntos escenarios de hoy -2-

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 (…) El carácter global de la enfermedad suscita el debate en torno a qué sistema político está sabiendo responder más eficazmente al reto sanitario y, por derivación, económico y social de la COVID-19, lo que puede traducirse en un claro factor de legitimación tanto a nivel interno como a nivel externo en cada sociedad.
El Estado, el artefacto político por excelencia de la Modernidad, tan duramente criticado y menospreciado en las últimas décadas, resurge como actor fundamental en un tiempo de inseguridad creciente. Y en momentos tan delicados y fundamentales tanto los analistas de todo tipo como los propios ciudadanos echan de menos a otro de los actores esenciales de la vida política: los líderes.
No solo se los percibe como ausentes, sino que los que supuestamente deberían actuar como tales lo hacen con frecuencia como contraejemplo.
En un contexto crecientemente complejo, multidisciplinar e interdependiente como en el que vivimos, la figura del líder carismático en sentido weberiano resulta cada vez más improbable, al menos en el marco democrático de una sociedad abierta.
El aumento de la complejidad y de la interdependencia es precisamente la causa de que los modelos de gobierno hayan sido sustituidos por los modelos de gobernanza: la respuesta a los problemas de una comunidad política no pueden venir de la sola acción de los gobiernos o del Estado (tanto si es unitario como compuesto, tanto si es autoritario como si es democrático), sino de la acción coordinada de los distintos actores sociales, económicos y políticos implicados.
….Una respuesta democráticamente eficaz a la compleja y dramática situación provocada por el coronavirus pasa necesariamente por acuerdos, consensos o pactos incompatibles con las incomprensibles dinámicas de confrontación, descalificación y hasta insulto personal tan presentes en estos días en el discurso público (político y mediático) y en las redes sociales de nuestro país.
Necesitamos, tanto en los diferentes gobiernos como en la oposición y en los partidos políticos, líderes habilitantes o motivadores más que líderes ejecutores o ejecutivos; líderes que, desde la prudencia y la discreción, sean capaces de cooperar y llegar a acuerdos que sustenten decisiones necesarias para dar respuesta a los graves e ignotos problemas a los que nos enfrentamos. Líderes ejemplares y empáticos que no sucumban a la tentación del envanecimiento o de la excepcionalidad, que solo puede conducir a un despotismo inaceptable (…).
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 (…) Desde hace varios años se aprecian síntomas de deterioro de nuestra democracia que tiene varias causas: la crisis económico financiera; la sucesión de elecciones generales debidas a las dificultades para formar gobiernos; los gobiernos en funciones; las dificultades para elaborar unos presupuestos generales del estado; y finalmente, la declaración del estado de alarma.
… La crisis económico financiera iniciada en España en 2008, además de las consecuencias estrictamente económicas, trajo la masiva utilización de decretos leyes por los Gobiernos tanto de Zapatero como de Rajoy, que suplantaron la competencia legislativa del Parlamento, única institución que representa al soberano, al pueblo español. Esta modalidad de suplantación ha continuado con Sánchez antes y después de la declaración del estado de alarma  muestra de la incapacidad de los partidos políticos para alcanzar pactos para gobernar, que se ha convertido en una enfermedad crónica en que todos son responsables.
 … La declaración del estado de alarma ha conseguido agudizar el deterioro de nuestro estado de derecho. El Gobierno Sánchez durante semanas ha suspendido la actividad del Parlamento con la inestimable colaboración de los grupos parlamentarios que lo respaldan. El Gobierno Sánchez se ha convertido de hecho en un gobierno presidencialista que ha ido mucho más allá de lo que se prevé en la Constitución y en la ley orgánica de desarrollo del estado de alarma durante el que, de acuerdo con la Constitución, permanecen íntegras las competencias del Parlamento que debe seguir controlando al Gobierno con la finalidad de preservar nuestros derechos y libertades.

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 (…) Desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) denuncian la “restricción de las libertades” a los militares y el “peligroso precedente” que supone esta instrucción.
… De acuerdo con las fuentes consultadas, la detección de militares que estarían tratando de eludir las restricciones sentó muy mal en mandos de la Guardia Civil, ya que los militares están también implicados en las tareas de vigilancia del confinamiento, como las Fuerzas de Seguridad.(…) 
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Para terminar  ya tenemos una sentencia del juzgado de lo penal de A Coruña de 30.04.2020  que se ha pronunciado sobre  el carácter dudoso  del artículo 7 del decreto del estado de alarma, que establece la limitación de la libertad de circulación de las personas.  - la libertad de un hombre que quería ir a una iglesia y a un supermercado alejado de su casa -  al afirmar que en materia de limitación de derechos, y más cuando se trata de derechos fundamentales, hay que considerar que lo que no está expresamente prohibido está permitido". 
Sentencia que también afectará  a las múltiples sanciones administrativas iniciadas, que ya suman más de 800.000, según el Ministerio del Interior, y ante las que son previsibles numerosos recursos.
La aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015 (artículo 36.6)  que establece como infracción grave "la desobediencia o la resistencia a la autoridad o a sus agentes", con multas de 601 a 30.000 euros, ha sido cuestionada en   un informe de la Abogacía general del Estado, en el sentido de que "para multar no basta con incumplir las restricciones a la movilidad recogidas en el decreto de alarma, sino que además hay que desatender las órdenes de los agentes de la ley   Del informe se concluye que no se puede multar a alguien por salir a la calle, incluso cuando se entienda que con ello se incumple el confinamiento, sino sólo si se desobedece al policía que le ordena que vuelva a su casa".

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