miércoles, 7 de octubre de 2015

Viejos vinos en odres viejos (2):El reto de lo inconcebible

Los relatos partisanos  ideológicos (de la frustración, de la revancha, de la mentira, de la falsabilidad, de las ideologías que van contra el hombre,…) está ya siendo sustituido en los  escenarios del pensamiento por el macrorrelato del reto común globalizado e integrador. Como señaló  el 2001 (Yezhekel  Dror, quien fue proponente en 1968 de la Ciencia de políticas como el estudio de la metapolítica – la política de las políticas en 1968 -el autor del La Capacidad de gobernar. Informe al Club de Roma. de 1994),  para el  siglo XXI – y ya estamos en el 2015 -    el reto de la política y de su análisis, consiste en ir más allá de la incertidumbre, pensar en lo inconcebible. Hemos reiterado que los retos del cross modern que afecta a todos los ámbitos de las ciencias sociales, residen en la complejidad que origina la diversidad, la fragmentación y el dinamismo. Esta genera incertidumbre al no haber premisas o paradigmas estáticos.
Hay que pensar ya en lo inconcebible  y para eso Dror se anticipaba en 1993 en la necesidad de recuperar una   visión platónica del elitismo intelectual, que no fuera  clasista ni de casta y además  representativa de toda la sociedad, visión que también  contemplaba  los  tipos ideales weberianos, con la necesidad de institucionalizar en las estructuras de decisión publica  un cuerpo de analistas/funcionarios, que además de poseer de un currículo formativo excepcional (idiomas, humanidades, matemáticas tecnología,…)  tuvieran una capacidad de crítica, frialdad, preocupación clínica, excepticismo, vocación, sinceridad, neutralidad, iconoclastia. Además de estar provisto de una  ética (para Dror al estilo de  Confucio y no al modo occidental).

 Exigencias aptitudinales  que deberían combinarse con una actitud anclada en modelos de comportamiento hábiles con la complejidad y que deberían también ser evaluados  en los largos periodos de prueba. Terminaría su deseo de modelo óptimo con la  tarea más difícil, la voluntad política de crear ad hoc escuelas de Gobierno, Política Pública y Administración Pública, en el seno de sus contextos e instituciones.

Esto que normativamente (de lege ferenda) dice la Ciencia de la Administración  más pujante en el área de la decisión pública,   no es lo que podemos de lege data contemplar tras los cambios de gobierno en los que se coincide con el mismo relato de la ausencia de una  dirección pública profesional, un  análisis científico de la acción pública, y el consabido  spoil system de facto en los nombramiento funcionariales.

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