Estamos en un momento histórico universal en la que no sabemos si tenemos soluciones adecuadas para afrontar los problemas, a pesar de su dificultad o incluso de la resistencia por quienes se aprovechan de ellos.
Incluso en nuestro país la DANA, los incendios de este verano, la inmigración, la droga, o la vivienda, ponen en cuestión si la gestión pública es la debida, bien por sus actores o por sus instrumentos. Tal vez el enfoque de políticas no sea el único y nos referimos al laswelliano como de la orientación a las políticas como el canónico.
Veamos unos datos y pensemos si esto es materia de políticas o de la política en un sentido holístico y exhaustivo o requiere algo mejor o mayor.
Desde 1995, la parte de la riqueza global que poseen los multimillonarios ha aumentado del 1% a más del 3%.
La variación interanual del PIB de 2025 en España fue del 2,8%. El dato es bueno, pero se compadece mal de la noción de desarrollo, utilizada para valorar las condiciones materiales de vida y progreso social mediante variables como la escolarización infantil, la calidad en los servicios de educación y sanidad, las tasas de paro y de empleo, el nivel de pobreza, el acceso a la vivienda, el grado de corrupción, etc. Cfr. Manuel Sanchis i Marco, El crecimiento en España, una quimera de los datos. El Mundo, 04.07.2025.
Responden las actuaciones gubernamentales a la propuesta actual de buen gobierno, que requiere que el gobierno ejecutivo sea; a) políticamente responsable y b) capaz de formular e implementar políticas públicas sustantivamente valiosas. Y estas dos exigencias solo se satisfacen si el ejecutivo incluye un cuerpo funcionarial de carrera separado, aunque subordinado al gobierno (Aucoin, P. (1995): The new Public Management: Canada in comparative perspective, Montreal, Institute for Research on Public Policy, p. 81).
Parecen seguir como válidas estas definiciones descriptivas o prescritivas dichas por académicos de la arena politológica dichas sobre la realidad político-administrativa de finales del XX y principios de este XXI.
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* (…)La Política Pública surge
del sistema político del Esta do desde una perspectiva racional y de bienestar,
en el marco de una orientación política, administrativa y normativa, que lo
caracteriza, mediante el cual se hace un esfuerzo importante para resolver los
problemas sociales, económicos y productivos; por lo tanto, se convierten en el
instrumento de la actuación de Gobierno, sea central o local, que debería tener
como objetivo final, la corrección de desigualdades generadas por aspectos
endógenos a la economía y que a su vez deben de colaborar en el desarrollo de
los sectores productivos y de la sociedad como un todo. En principio, la
política debe responder a un comporta miento propositivo y planificado para
lograr impactar de manera positiva a la sociedad y los sectores pro ductivos,
para lo cual, se requiere un adecuado diseño de la política, que se da en forma
general de manera colectiva, y en el proceso de ejecución; se debe de tomar en
cuenta una serie de relaciones económicas y sociales que requieren ser
articuladas en cuanto a intereses, estilos de gestión y acciones a realizar (…)
Cfr. Shirley Benavides Vindas (2017) ‘Política
Pública: algunos conceptos a considerar en el análisis’,ICAP-Revista
Centroamericana de Administración Pública (72)114.
* La
situación de desatino político en Europa
ha sido expuesta por autoridades
intelectuales de fuste con diversas expresiones a destacar por su
suficiencia; (…)“No hay evidencias
convincentes sobre la disposición o capacidad de responsables políticos para
convertirse en gestores estratégico”, Lo mejor que puede decirse sobre los
modelos de reforma a los que se acogen los políticos es que su validez no está
demostrada; Existe una fuerte necesidad de contar con un modelo más realista
sobre el rol que los políticos pueden y deben desempeñar en la dirección del
aparato estatal; Los modelos tradicionales no es que sean tanto incorrectos
como inadecuados para los tiempos actuales;
La preparación de los políticos para el desempeño del cargo público ha
sido en muchos países un área abandonada por las reformas. La desconfianza
hacia ellos puede sustentar razones democráticas sólidas para hacer de su
preparación un punto fundamental del debate público (…). Cfr. Pollitt, C.-Bouckaert,
G. (2010): La reforma de la gestión
pública: Un análisis comparado, Madrid, INAP.
* (...) ¿Qué se supone que deben hacer los
políticos en este desafiante nuevo mundo? ¿A qué se dedican nuestros
representantes electos? En este sentido, tenemos que ser bastante cuidadosos,
ya que la teoría gerencial que se ha importado del sector público durante los
últimos veinte años dibuja a los políticos como estrategas que fijan objetivos
generales y definen los valores dominantes, dejando después el rumbo de la nave
en manos de los gestores. Esta visión siempre me he parecido poco realista, y
contraria tanto a la evidencia científica como a mi propia experiencia. Los
políticos ni quieren ni están preparados para ser super planificadores, no
están preparados ni quieren apartarse de los detalles organizativos; de hecho,
parece existir un imperativo político que exige parecer implicado cuando las
cosas van mal -los desastres son siempre organizativos, nunca doctrinales-
(...) Cfr. Pollit, C. (2007). “Hacia
una nueva teoría de la Administración Pública: Algunos comentarios sobre la 5ª
conferencia Braibant de Jocelyne Bourgon”,
RICA,73(1),41.
* Hood en El juego de la culpa aborda el fenómeno de la evasión de la culpa, juego de acusaciones,
o dinámica de pasar culpas y las estrategias posibles para evadir acusaciones,
con estratagemas de altos funcionarios dignas de un manual de evasión o una
sátira cargada de humor negro con ejemplos concretos anecdóticos de
responsables de comunicación de personajes de esta época. Los funcionarios o
actores de nivel medio tienen también una serie de estrategias posibles para
repartir o dispersar las acusaciones tanto hacia sus superiores como hacia los
equipos subordinados y, cómo no, también los funcionarios de ventanilla
utilizan estas maniobras y lo hacen lanzando la culpa hacia arriba en el
organigrama o culpando al manual de procedimientos. (Hood, C. (2011): The Blame Game: Spin,
Bureaucracy, and Self: Preservation in Government, Princeton University
Press.
* (…) Para alcanzar un mundo mejor, tenemos
primero que desarrollar la capacidad de gobernar a partir de las actuales
deficiencias y necesidades… si nos limitamos a seguir con más de lo mismo no
será posible adecuar la capacidad de gobierno a las exigencias producidas por las
transformaciones globales… A la hora de plantear reformas, hay que estar
dispuesto a “pensar en lo impensable", pero respetando siempre los hipervisores
de la democracia y la dignidad humana… la ideas vertidas sorprenderán a quienes
están acostumbrados a las obviedades
políticas y los eslóganes que impregnan buena parte del discurso público
contemporáneo (…) Cfr. Dron, Y. (1994): La capacidad de gobernar. Informe al
club de Roma. Madrid, Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, p. 13.
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