El proyecto Lasweliano ya nació con una tara genética,
produciendo la división entre sinópticos y antisinópticos y la solución
intermedia del incrementalismo de Lindblom.
Casi toda la literatura de primera generación –
como tan bien refleja Aguilar, se dedicó a criticas o justificar una posición u
otra, saliendo vencedor el incrementalismo lindbloniano, y fatalmente herido –
por imposible – el modelo normativo óptimo más sinóptico de Dror (1968), si
bien sus equivalentes y equipotentes fueron desdeñados por sus autores - Política
Racional de Allison (1971) y Racional exhaustivo de Lindblond (1958). El debacle definitivo de Dror vino de la reacción
de Lindblom en 1979 sobre Dror de la mano de los nuevos alternativos incrementalistas
-desarticulado y estratégico - .
En el 2015 con ocasión del 75º aniversario de
la prestigiosa PAR de la publicación de pionero trabajo de Lindblom ‘La ciencia
de salir del paso’ , se examinó en un
trabajo titulado “Incrementalismo: muerto, pero todavía floreciente” la
vitalidad -histórica y actual- del modelo ‘incrementalista desarticulado/disjunto/inconexo’
(Bendor,2015:194-205).
La
tesis del autor es que el ‘incremental ismo desarticulado’ – utilizado en las reformas
administrativas para la unificación alemana casi ha desaparecido, pero sus
elementos clave parecen florecer de nuevo, es decir, las principales heurísticas
identificadas en él están prosperando en muchos campos aplicados. A menudo van
acompañadas de subrutinas, especialmente la optimización como regla de
elección, normalmente asociadas con el enfoque sinóptico.
En su día trate de divulgar y a dar a conocer
este momento de aggiornamento de la Ciencia de la Administración, con una
aproximación a un fenómeno intelectual irresoluble todavía hoy (Cfr. Pinazo
Hernandis, J. (2014). “Evolución de modelos y enfoques para el análisis de la ‘acción
pública’: del discurso a una nueva dinámica normativa, Gestión y
Análisis De Políticas Públicas, (12), 123–139-
Cfr. https://revistasonline.inap.es/index.php/GAPP/article/view/10208.
La cuestión aún es más confusa por cuanto frente a los modelos clásicos (proceso estándar y ciclo vital con protagonismo especial de los gobiernos) surgió el ‘enfoque de coaliciones promotoras’ de Sabatier y Jenkins en 1993, que a mi parecer cada día es más real, por mor de una tendencia hacia la necesaria gobernanza y una sociología de la diversidad, fragmentación y dinamismo - al uso descontrolado de la contratación pública y similares.
El optimismo americano terminó con Reagan (‘el
gobierno es el problema, no necesito pagar para que me digan que los programas públicos
no funcionan,). Llego la Nueva Gestión Pública en los ‘80, y la americana NPR
de Al Gore, el post NGP en mediados de los ’90, hasta el modelo actuar del Estado
neoweberiano tras la crisis financiera de 2008.
En los ’90 empezó a conocerse la evaluación de políticas en España tras los rigores de los nuevos órganos de control del gasto y la ortodoxia europea. Sabemos del déficit de su institucionalización y el olvido de la praxis canónica, sobre todo en el diseño y análisis decisional. También conocemos de la ineptitud dominante de unos y otros, otrosí del arte de ‘vestir santos’ para su evaluación por los hombres de negro.
Veremos pues esta serie de entradas si la Ciencia de Políticas está ya obsoleta o a la espera de otros odres nuevos – ontológicos y epistemológicos – o de desarrollos teórico-prácticos reales, y deje de ser un mero discurso académico. Tal vez deba ser sustituido por algo más holístico entorno a la acción pública no solo gubernamental – en una suerte de teoría de la gobernabilidad.
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