Siguiendo con la antología podemos encontrar
otros aspectos de interés como el de la ‘gobernanza’ o la ‘alta dirección
pública’ y entre los primeros – en el marco de un paradigma caracterizado por
Kooiman de diverso, complejo y dinámico- comenzamos con ‘Revisando la
gobernanza pública en tiempos disruptivos’ de Francisco Longo, quien critica la
polisemia del concepto gobernanza en aras de ser entendido como un cambio de la
acción social y formas de gobierno presentes. La globalización y la innovación tecnológica
plantean retos y beneficios claros, pero se compadecen con externalidades
negativas, que precisan de sistemas públicos que ensayen, avancen y evalúen,
pero también que retrocedan y corrijan (ensayo-error). Considera que la
innovación deberá ser abierta y escrutada, sometida a la rendición de cuentas y
especialmente dotada de profesionales con más y nueva capacidad directiva y de
evaluación de impactos.
En ‘La administración pública, clave de la
gobernanza’ Carmen Pardo apuesta por otra manera de administrar que supere la
experiencia mercantilista y cortoplacista de la Nueva gestión pública, en pro
de un mejor desempeño institucional orientado hacia políticas de profundo
alcance social.
Adrián Acosta con su trabajo ‘Gobernanza como
nueva forma de gobernar: contextos y giros conceptuales en la obra de Luis F.
Aguilar’ enfatiza la aportación más
reciente del homenajeado de ‘gobierno inteligente’ que se presenta como ruta de
salida para abordar la tensión de la paradoja de una coexistencia entre la
opción de más gobernanza con la incesante expansión burocrática de los
gobiernos actuales. En ‘La gobernanza:
una teoría o un modo de Gobierno’ de Claudia Santizo se apuesta de la
importancia del estudio entre gobierno y sociedad. Tras el análisis de la
gobernanza de la gobernanza propone un nuevo paradigma sustentado en; la
legitimación de la responsabilidad de las decisiones gubernamentales para
afrontar los problemas sociales, el criterio de la eficacia social y, la
descentralización político-administrativa para la mejora de la acción (en
México). Por último, en el trabajo ‘Gobernanza,
meta gobernanza y Gobierno abierto: la promesa y las prácticas’ Ernesto Velasco
enfatiza la idea de gobierno abierto para formas de decisión y coordinación
colectiva para un modelo híbrido de coocreación, cogestión y corresponsabilidad.
Vemos que siguen en el tintero cuestiones que
abordamos en el 2007 (Neoinstitucionalismo Estratégico y Gobernabilidad)
ya que resultando necesaria la colaboración de actores no gubernamentales,
especialmente por mor de que en el Estado postwesfaliano- globalizado ya no se
dispone del poder soberano, ni de todos los medios administrativos, y menos aún
del conocimiento (en esto más bien los gobiernos están por debajo de ciertas
instituciones civiles).
El problema más acuciante es la fiabilidad de
la aportación de entes privados a la gestión pública, en términos de
corresponsabilidad de la producción del valor público. Son conocidos los informes de COCOPS de 2014
y de COPERNICO de 2015 acerca del impacto de la externalización en las reformas
administrativas (vg. las consultoras privadas como nuevos mercaderes del
templo). En el imaginario del hombre común está el origen de la crisis
financiera de 2008, la gestión de la pandemia y más recientemente la industria
militar en la gestión de los últimos conflictos bélicos, otrosí
de las disfuncionalidades de la contratación pública o la de la colaboración
público-privada (empresarial y fundacional) sobre todo en la gestión de
sectores sensibles de los bienes socialmente preferentes como la sanidad o la
educación.
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