El 29.12.2018 se
publicaba un interesante artículo en ABC relacionado con la percepción social
en el occidente desarrollado sobre nuestro presente que a su vez guarda
relación con la entrada anterior acerca de una perspectiva sobre lo doméstico
español.
Entre la
desconfianza generalizada hacia el presente y el futuro el economista
californiano Todd G. Buchholz,
ex director de la oficina económica de la Casa Blanca se queja de la pérdida
del «grit» - firmeza de carácter- de
la sociedad americana y muy
especialmente sus jóvenes. Esta epidemia de pesimismo atenaza a dicho país, mostrándose la gente la gente cada vez más acomodada - ‘‘Generación Por qué Molestarse’’ -
Hace unas décadas
un universitario medio cambiaba de estado unas 10 veces en su vida profesional
en busca de mejoras laborales y ahora para Buchholz el número de veinteañeros
que lo hace ha disminuido un 40% - con
poco interés de obtener el carnet de
conducir - . Ahora impera un híper
hedonismo, con desgana de trabajar y desidentificación con el país y e
interés común. Ahora la patria es Facebook. Los tres pilares que hicieron
grande al apios están en crisis: Movilidad,
confianza y grit.
Pero frente a los
agoreros del presente y futuro un grupo de pensadores y empresarios han
iniciado una suerte de cruzada por el optimismo
y la defensa de la utilidad de la democracia liberal, la Ilustración y lo
los valores occidentales. El personaje
más popular de estos promotores del optimismo es Bill Gates quien señala que tenemos una visión sesgada de la realidad y lo argumenta; Las malas
noticias irrumpen como un drama, mientras que las buenas van generándose poco a
poco y no parecen hechos noticiosos.
A comienzos de este
2018, hizo pública una lista con cinco
motivos por los que deberíamos ser optimistas.
1) Desde 1990 ha caído a la mitad el número de
niños que mueren antes de cumplir cinco años.
2) En ese mismo
periodo, las personas en extrema pobreza pasaron de un tercio de la humanidad a
uno de cada diez.
3) Hoy el 90% de los niños del mundo acuden a
la escuela primaria.
4) Las mujeres ocupan la quinta parte de los escaños de
los parlamentos del mundo.
5) La seguridad en
el puesto de trabajo y en las carreteras ha mejorado espectacularmente desde el
siglo XX.
De otra parte Hans Rosling, médico y cooperante sueco atribuye a la visión negativa del
presente: una visión romántica de nuestra juventud, que nos hace evocar el
pasado como mejor de lo que era; los periodistas y activistas se quedan siempre
con las noticias negativas; si sostienes
que las cosas van bien transmites la imagen de alguien sin corazón. En su libro
Factfulness (Realidad) propone un test sobre
diversos problemas del mundo y los resultados de la encuesta entre personas de
trece países (los españoles figuran siempre entre los más pesimistas).
Así aparecen
preguntas como;
ü En
los países pobres del mundo, ¿cuántas niñas finalizan la primaria?». La
respuesta correcta es el 60%.
ü En
los últimos años, el porcentaje de la población mundial que vive en condiciones
de extrema pobreza... ¿Se ha duplicado? ¿Se ha mantenido? ¿Se ha reducido a la
mitad?». La respuesta correcta es que ha
caído a la mitad.
En
suma se afirma que no conocemos el mundo en que vivimos y que opinamos que va
mucho peor, instigados por un populismo que fomenta la progresofobia y unos medios de
información continua que nos infundan con un carrusel frenético de desgracias.
Steven Pinker, un psicólogo
experimental, uno de los apóstoles del optimismo liberal, a firma que si las
noticias reflejan un mundo del siglo XXI
sumido en el caos, el odio y la irracionalidad, hoy nuestras vidas son más largas, con
muchos más bienes, más seguras, saludables, felices, pacíficas,
estimulantes y prósperas y todo ello merced a los valores de la Ilustración; la razón, la
ciencia y el humanismo. Esto ha ocasionado que el
mundo sea 200 veces más rico que hace 200 años, el número de muertos en
guerras ha caído a la cuarta parte respecto a los años ochenta, las personas
son más inteligentes y más humanas, el coeficiente intelectual ha crecido unos
30 puntos en los últimos cien años y la población mundial se ha duplicado en
los últimos cincuenta años, mientras que el número de desnutridos ha caído un
20%.
Para
Pinker el pronóstico es que la democracia liberal y el comercio e intercambio global están
aquí para quedarse y no lo derribarán las insurgencias populistas.
Las amenazas advertidas (inteligencia Artificial, ingeniería genética, cambio
climático, estancamiento económico,
alimentos para los 11.000 millones de seres humanos,…) no obstan al optimismo y
el progreso como esperanza frente a las horas de demagogia fúnebre
neomarxista y neoautoritaria.
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