Ya
señalamos en entrada del Blog de 16 de noviembre de 2016 que lo que se conoce
como “metáfora de la jaula de hierro” es una imagen retórica
utilizada por Weber en una de las últimas páginas de La Ética
Protestante y el espíritu del capitalismo para expresar la pérdida
del sentido religioso original que inspiró, al primer
capitalismo. Dice Weber: (…)El estuche ha quedado vacío de
espíritu, quién sabe si definitivamente. En todo caso el capitalismo victorioso
no necesita ya de este apoyo religioso puesto que descansa en fundamentos
mecánicos. … Nadie sabe quién ocupará en el futuro el estuche vacío, si
al término de esta extraordinaria evolución surgirán profetas nuevos y se
asistirá a un pujante renacimiento de antiguas ideas e ideales, o si, por el
contrario, lo envolverá toda una ola de petrificación mecanizada y una convulsa
lucha de todos contra todos; en este caso los últimos hombres de esta etapa de
la civilización podrán aplicarse la frase ‘especialistas sin espíritu,
gozadores sin corazón’. Estas nulidades se imaginan haber ascendido a una nueva
fase de la humanidad, jamás alcanzada anteriormente (…)
La frase de Weber como tan habitual sucede fue popularizada por Talcott Parsons al traducir como “jaula de hierro” (Iron Cage), lo que literalmente de definió como “estuche”, “envoltura”, “dura como el acero”, “férrea envoltura”, que en el sentido genuino de weber evocaba un caparazón duro y opresivo. La metáfora advierte que los individuos pueden perder toda posibilidad de control sobre sus vidas o sobre el sistema social donde éstas se desarrollan, con el consabido déficit democrático - suponemos que en términos de libertad de elección-
Sin duda algo de esto se ha visto en las experiencias históricas en el uso del aparato burocrático por los totalitarismos, o en las ensoñaciones orwellianas pero es muy cierto que la burocracia es su perspectiva estructural-maquinal puede ser un mecanismo peligroso para llevar a cabo propósitos perversos con gran dosis de eficacia y eficiencia, tanto en nombre de la democracia como especialmente, sin contrapoder en los totalitarismos. Una muestra de la crítica histórica expuesta por Bauman puede verse en la visita a los campos de concentración de Auschwitz – que hemos podido experimentar personalmente - en el sentido de comprobar cómo un mecanicismo impersonal sometido al terror puede convertirse en una industria de muerte. Ahí está la magnífica película de Costa Gravas (2002) Amen son el inicial uso del gas Zyklon B y la denuncia espuria de un oficial químico del posterior uso de destrucción masiva.
(…) Dos sistemas: por una parte, la maquinaria nazi y, por otra, la diplomacia del Vaticano y de los Aliados. Pero dos hombres luchan desde dentro. El primero es Kurt Gerstein (personaje real), químico y miembro de las SS que se encarga de suministrar el gas Ziklon B a los campos de la muerte. Pero eso no le impide denunciar los crímenes nazis a los aliados, al Papa e incluso a los miembros de la Iglesia alemana a la que pertenece, jugándose de este modo su vida y la de su familia. El segundo, Ricardo, es un joven jesuita que representa a todos los sacerdotes que supieron oponerse a la barbarie, pagando muchas veces con su propia vida. Kurt Gerstein sabía lo que estaba ocurriendo y quería que el mundo entero también lo supiera. La película denuncia la indiferencia de todos aquellos que sabían lo que estaba pasando y decidieron callarse. (…) (FILMAFFINITY) https://www.filmaffinity.com/es/film651336.html
La frase de Weber como tan habitual sucede fue popularizada por Talcott Parsons al traducir como “jaula de hierro” (Iron Cage), lo que literalmente de definió como “estuche”, “envoltura”, “dura como el acero”, “férrea envoltura”, que en el sentido genuino de weber evocaba un caparazón duro y opresivo. La metáfora advierte que los individuos pueden perder toda posibilidad de control sobre sus vidas o sobre el sistema social donde éstas se desarrollan, con el consabido déficit democrático - suponemos que en términos de libertad de elección-
Sin duda algo de esto se ha visto en las experiencias históricas en el uso del aparato burocrático por los totalitarismos, o en las ensoñaciones orwellianas pero es muy cierto que la burocracia es su perspectiva estructural-maquinal puede ser un mecanismo peligroso para llevar a cabo propósitos perversos con gran dosis de eficacia y eficiencia, tanto en nombre de la democracia como especialmente, sin contrapoder en los totalitarismos. Una muestra de la crítica histórica expuesta por Bauman puede verse en la visita a los campos de concentración de Auschwitz – que hemos podido experimentar personalmente - en el sentido de comprobar cómo un mecanicismo impersonal sometido al terror puede convertirse en una industria de muerte. Ahí está la magnífica película de Costa Gravas (2002) Amen son el inicial uso del gas Zyklon B y la denuncia espuria de un oficial químico del posterior uso de destrucción masiva.
(…) Dos sistemas: por una parte, la maquinaria nazi y, por otra, la diplomacia del Vaticano y de los Aliados. Pero dos hombres luchan desde dentro. El primero es Kurt Gerstein (personaje real), químico y miembro de las SS que se encarga de suministrar el gas Ziklon B a los campos de la muerte. Pero eso no le impide denunciar los crímenes nazis a los aliados, al Papa e incluso a los miembros de la Iglesia alemana a la que pertenece, jugándose de este modo su vida y la de su familia. El segundo, Ricardo, es un joven jesuita que representa a todos los sacerdotes que supieron oponerse a la barbarie, pagando muchas veces con su propia vida. Kurt Gerstein sabía lo que estaba ocurriendo y quería que el mundo entero también lo supiera. La película denuncia la indiferencia de todos aquellos que sabían lo que estaba pasando y decidieron callarse. (…) (FILMAFFINITY) https://www.filmaffinity.com/es/film651336.html
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