Veíamos
estos días atrás en mis clases de Introducción a la Ciencia de la
Administración, algunos textos clásicos
del pensamiento administrativo español. Uno de ellos fue el de Javier De
burgos, en Ideas de Administración, 1833 quien afirmaba idealmente que (...) la Ciencia de la Administración como
la ciencia de lo útil y de lo dañoso”, mientras que el Derecho es “la ciencia
de lo justo y de lo injusto (...) la Administración es la más variada, la más
vasta, la más útil de todas las ciencias morales: Ella preside el movimiento de
la máquina social, precipita o modera su acción, arregla o modifica su
mecanismo y protege así, y conserva o mejora, todos los intereses públicos (...)
Igualmente
contemplamos el de Alejandro OLIVÁN,
De la Administración Pública con
relación a España, 1842 al señalar (…)
de buena intención, de celo y conocimientos, pueden adelantar poco en el actual
estado de cosas, menos hay que esperara de los hombres desprovistos de prendas,
desnudos de ciencia, advenedizos en la Administración o injeridos en ella por
la parcialidad o en los amaños, a favor de la dislocación general, en que no
hay mesura en el pedir ni en el conceder, y que a los más altos puestos de
Hacienda y Gobernación aspira, y a veces sube, quien para ninguna otra cosa ha
parecido ni bueno ni mediano…, (…)Los buenos empleados vendrán cuando se
busquen, y abundarán cuando se formen
También tuvimos a la
vista al ‘gran elector’ José POSADA HERRERA, en sus
Lecciones de Administración, 1843 a 1845, el cual diría sobre la Administración Pública (…)nosotros podemos considerarla bajo tres
puntos de vista como ciencia, como arte
o como una institución política, … Si se considera como ciencia, comprenderá
las teorías, las máximas y principios en los que debe fundarse. Si se considera como arte, comprenderá las reglas,
que deben dirigirse a conseguirlos y si como institución política, las
atribuciones y facultades de los Ayuntamientos, de las Diputaciones
provinciales y de todas las autoridades administrativas que gobiernan en país (...)
El
caso es que surgió de la combinación de dichos textos la relación entre lo que
el político decide hacer y su relación con el como técnico, y ello en aras de
terminar que era considerable de útil, inútil
o dañoso
Ipso facto surge el recuerdo de las
inmediatas – de ayer y de hoy- erráticas o perversas decisiones políticas y,
sobre todo en términos de liderazgo y dirección pública, lo referente a las escasas y honrosas dimisiones de quienes
no desean verse manchados por ellas, que las ha habido.
Una
intelección conjunta de estos tres textos seminales de la ciencia administrativa
española nos diría en términos epistemológicos que
1)
La Ciencia de la Administración, tiene vocación descriptiva y prescriptiva
(normativa). Se pronuncia sobre el ser socio-político y el deber ser científico.
2)
Ante la problemática de la dimensión aplicativa, se prenuncia todo el debate – aún
vigente - sobre si es una ciencia o un arte.
3)
Ella puede o debe pronunciarse sobre las
decisiones útiles o las dañinas para la sociedad.
4)
Se le considera la más útil de todas las ciencias morales de su tiempo, es
decir, de las incipientes ciencias sociales
5)
Ella sería la máquina de la acción conformadora de la sociedad, de tal manera
que impulsa un hacer o corrige este, siembre buscando la conservación o mejora, de los intereses públicos.
6)
Para conseguir su cometido, seguiría la racionalidad instrumental de fines a
medios, en busca de la eficacia (política) y la eficiencia (técnico-organizativa)
en un contexto de economía (recursos escasos, sobre todo en términos paretianos
y de coste de oportunidad)
7)
Uno de los medios fundamentales es la necesidad del teckne y profesionalidad de
los administradores públicos.
8)
Esta racionalidad en el comportamiento
político-administrativo fue seguida en lo sustancial por todo el pensamiento científico-administrativo, cualesquiera que
fuere su tradición,enfoque, lugar o énfasis, coincidiendo en la necesidad
imperiosa de separar política y administración.
Frente
a esta ortodoxia– según describe un politólogo nacional en la presentación de un
libro en diciembre de 2015 – se presenta hoy una praxis que contempla (…) una casi nula cultura en ciencias administrativas
de la mayor parte de los trabajadores públicos,
y del conocimiento de realidades
administrativas ajenas a la nuestra (…)
La confrontación ortodoxia-heteropraxis tiene
su solución en el comportamiento político-administrativo, responsable de la
real efectividad de del desiderátum seminal de proveernos de una ciencia de lo ‘útil’ y de lo ‘dañoso’, que en
suma permita al sistema político la convivencia armónica de la democracia y la burocracia. De tal manera que
es posible aún la institucionalización socio-político-administrativa de:
- La factibilidad
de la dimensión aplicativa de lo normativo
- La intelección científica del ser
socio-político y el deber ser politico-administrativo.
Ejemplos no faltan de cuando la Administración
Pública corrige y arregla los desafueros, en no pocos asuntos aunque no siempre de oficio, lamentablemente, y lo hace en función de la utilidad, inutilidad o el daños a los intereses generales
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