miércoles, 23 de marzo de 2016

El después de la Nueva Gestión Pública



En el foro mundial académico Research Gate ha surgido recientemente en materia de Administración Pública el cuestionamiento científico de la  NPM. Podemos leer  sobre su falta de fundamentación  teórica o conceptual  precisa,  las imprecisiones entre los bienes públicos y privados  o entre clientes y ciudadanos y sobre todo la causa de  la rápida caída de la confianza de los ciudadanos en el gobierno y el desorden financiero al que  los gobiernos se enfrentan ahora.
 Podemos leer opiniones  acerca de la  falta de especificidad en cuanto a lo que realmente es  la NPM o la diversidad de sus diferentes teorías con sus  diferentes características y la falta de acuerdo sobre un contenido propio. También la relación entre los componentes clave del paradigma y su utilidad para las dinámicas neoliberales sobre  el papel del Estado y la  prestación de servicios públicos. Otras afirmaciones reflejan la insuficiencia de la gestión  privada para la complejidad de la prestación de servicios públicos, apuntándose hacia el paradigma de la colaboración o con el sector privado y el del  voluntariado, ya que la complejidad no parece ser respondidas adecuadamente de manera a exclusiva por el sector privado y sus prácticas.
A todo lo expuesto  podríamos añadir la variable de la contingencia en cada contexto cultural. Diferentes medidas NPM han supuesto diferentes efectos en cada sitio. En el caso de nuestro país y región autónoma en concreto las herramientas utilizadas han servido para el gatopardismo, la ineficacia o ineficiencia de dichas herramientas, y en muchos  casos, han servido tan sólo para enriquecimiento de consultoras y de gestores públicos. Al hilo de la NPM se ha instalado como nunca la ineptitud, la perversión y el desgobierno en nuestras estructuras.
Una breves notas sobre el fenómeno de la NPM y su después como reto para la dirección pública dirían;
1) Para Hood y Jackson(La argumentación administrativa,1977) el fracaso radicó en la falta de  ajuste  de  las doctrinas a los hechos reales concretos, para hacerlo sobre  metáforas  abstractas e incluso ficciones  que condujeron a una modernización llena de  retórica y de utilización de elementos poco fiables (a los que denomina ‘nursery toys’,’wrong tools’ o ‘soft science’).Las políticas de Gestión Pública de la NPM respondieron muy eficazmente a los planteamientos ideológicos de los '80 y de su muy eficaz retorica  político-partisana, pero poco a planteamientos técnico-científicos  para  la gestión organizativa.

2)Es revelador  el  estudio finalizado en el 2014  sobre  la eficiencia y eficacia de las reformas gubernamentales para un Sector Público más eficiente y eficaz en tiempos de crisis económica realizado en el proyecto europeo COCOPS, revela  en su resumen   datos muy elocuentes sobre las políticas de Nueva Gestión Pública, tales como que  el outsourcing no ha supuesto una reducción del sector público; en general las reformas administrativas han tenido éxitos limitados; los grandes cambios en el Sector Público en los cinco últimos años  han venido motivados por los ajustes fiscales tras la crisis financiera. Y lo llamativo es que las estrategias a seguir en los próximos cinco años tiene perspectivas distintas sobre qué hacer para  Administración Pública y para la Universidad.

3) Lo que estamos viviendo –en términos sobre todo de complejidad e incertidumbre – sugiere  la necesidad de un espacio científico  para repensar la experiencia NPM en términos de lo que lo que necesitamos teóricamente sobre un buen gobierno que merezca la confianza de la sociedad para aceptar sus estrategias de prospectiva. No sólo es cuestión de economía, eficacia y eficiencia, se trata de adaptarse a lo nuevo  y a sus retos e  inconcebibilidad (Vg. Crozier, M. (1995), “La posición del Estado frente a otros actores”. Gestión y Análisis de políticas públicas, nº 2 o Dror, Y (2002). Más allá de la incertidumbre: lo inconcebible, Polis, nº  2.)

4)  Este reto adaptativo – tarea fundamental de los directivos públicos - no puede perder de vista la busqueda de valor público y de confianza social, resultando sugerente en este sentido  la obra de Hodgkinson (Filosofía administrativa: Valores y motivaciones en la vida administrativa, 1996)  como puente entre la literatura técnica de la teoría administrativa y el discurso filosófico. Ella contempla  una axiología adecuada (la teoría del valor) para el ejercicio del liderazgo y la  toma de decisiones y formulación de políticas. La  reflexión acerca del bien y del mal como un componente crítico del pensamiento administrativo no debe ser negada por ninguna asepsia tecnocrática. En ello la obra articula y  relaciona cuestiones como  la organización y la teoría administrativa, las decisiones y la formulación de políticas, la jerarquía, liderazgo, poder, valores, intereses.  La atención a las patologías, las ideologías y los problemas de la praxis  enlazan con una teoría del valor precisa proyectando una lógica normativa de valor  general para la administración, que desvela  una conexión invariable con el modus operandi de los subsistemas político y administrativo.

  Cfr Htps://www.researchgate.net/post/what_are_the_criticism_and_the_new_development_of_New_Public_Management [Consultado 23 de Mar, de 2016].

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