En algunos países de la UE se llama centro de responsabilidad o célula estratégica a la instancia que en sustitución de los gabinetes se encarga en el seno de los ministerios del diseño de las políticas. Su operatividad es cuasi agencial y están compuestas por funcionarios y expertos externos preseleccionados por el servicio general de contratación.
La denominación de actividad de "interfase" (NORA Y MINC) o “tercer espacio o bisagra” (ZILLER) como zona de intersección entre política y administración viene referida al nivel intermedio entre la decisión política y la actividad administrativa, como cometido de bisagra entre la zona política y la zona representada por los profesionales de la Administración. En ella suele adoptarse la decisión pública, pues la confianza política y la racionalidad técnica se entremezclan en proporciones diferentes según su mayor o menor participación en las diversas fases de la formulación o implementación de las políticas públicas.
Todo lo dicho hasta ahora en estas cinco entradas dedicadas al asesoramiento político conlleva la ordenación de este espacio de interfase, pero me temo que ni la artificiosa separación weberiana/wilsoniana, ni la pretensión de control político ex NPM sean válidas para resolver el desorden establecido. Ya la OCDE en 1997 propuso la separación entre la función política y la directiva, así como la disociación entre el diseño y la ejecución de las Políticas. Es obvio que esto no se ha producido, más allá de enjuagues formales. El camino para separar política de gerencia, implica una actual redefinición del paradigma weberiano/wilsoniano.
Una mayor autonomía y flexibilidad para los gerentes implica menor afección política y mayor independencia. Lo propio para el asesoramiento supone, en menor dosis algo parecido. Pero sin duda lo que hará respetable al asesor será su rol técnico, su autoridad epistemológica y deontológica, que conllevará incluso el cambio de políticos y la permanencia de los asesores en las células estratégicas de decisión, ya que éstos habrán sido seleccionados con criterio, por personas con capacidad de elegir.
Hasta que entremos en una dinámica similar a las de las células estratégicas, salvo honrosas excepciones que conozco, prefiero el asesoramiento externo o el de los funcionarios, para sacar al país de esta situación de colapso administrativo.
La denominación de actividad de "interfase" (NORA Y MINC) o “tercer espacio o bisagra” (ZILLER) como zona de intersección entre política y administración viene referida al nivel intermedio entre la decisión política y la actividad administrativa, como cometido de bisagra entre la zona política y la zona representada por los profesionales de la Administración. En ella suele adoptarse la decisión pública, pues la confianza política y la racionalidad técnica se entremezclan en proporciones diferentes según su mayor o menor participación en las diversas fases de la formulación o implementación de las políticas públicas.
Todo lo dicho hasta ahora en estas cinco entradas dedicadas al asesoramiento político conlleva la ordenación de este espacio de interfase, pero me temo que ni la artificiosa separación weberiana/wilsoniana, ni la pretensión de control político ex NPM sean válidas para resolver el desorden establecido. Ya la OCDE en 1997 propuso la separación entre la función política y la directiva, así como la disociación entre el diseño y la ejecución de las Políticas. Es obvio que esto no se ha producido, más allá de enjuagues formales. El camino para separar política de gerencia, implica una actual redefinición del paradigma weberiano/wilsoniano.
Una mayor autonomía y flexibilidad para los gerentes implica menor afección política y mayor independencia. Lo propio para el asesoramiento supone, en menor dosis algo parecido. Pero sin duda lo que hará respetable al asesor será su rol técnico, su autoridad epistemológica y deontológica, que conllevará incluso el cambio de políticos y la permanencia de los asesores en las células estratégicas de decisión, ya que éstos habrán sido seleccionados con criterio, por personas con capacidad de elegir.
Hasta que entremos en una dinámica similar a las de las células estratégicas, salvo honrosas excepciones que conozco, prefiero el asesoramiento externo o el de los funcionarios, para sacar al país de esta situación de colapso administrativo.
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