René Descartes hizo de las matemáticas el modelo para toda ciencia, aplicando sus métodos deductivos y analíticos a todos los campos del saber. En 1637 con el ‘Discurso del método’ reconstruyó el conocimiento con una suerte de escepticismo metodológico. Por su parte el mecanicismo implica que toda realidad natural tiene una estructura comparable a la de una máquina, por ello como concepción filosófica reduccionista, el mecanicismo sostiene que toda realidad debe ser entendida según los modelos proporcionados por la mecánica e interpretada sobre la base de las nociones de materia y movimiento. La imagen mecanicista del mundo se apoyaba fundamentalmente en el principio de causalidad por el que se consideraban regidos todos los fenómenos de la física clásica. Se trataba de explicar el mundo como si fuera una máquina, es decir, a partir de las leyes de la mecánica sin presuponer por ello el carácter mecánico de lo real. Ello dio lugar a un mecanicismo metodológico y al ideal de poder constituir una única ciencia basada en los principios de la mecánica.
La concepción globalista de la antigüedad, entra en crisis a mediados del siglo XV y el paradigma cartesiano-mecanicista se impuso en el pensamiento occidental, influyendo en posteriores movimientos del pensamiento. La mayoría del pensamiento filosófico y científico de los siglos XIX y XX anclado en las pautas del pensamiento cartesiano, fue poco a poco elaborando un nuevo método que empieza a gestarse cuando en el siglo XIX los termodinámicos sustituyen el binomio cartesiano estructura-función por el de estructura-evolución.
Ya entrado el S. XX la visión o enfoque sistémico conlleva una visión analítica que explica todo a partir del comportamiento de las partes integrantes. Las realidades a analizar van a ser explicadas o consideradas como partes integrante de un todo superior y a ser descrito en términos de su interrelación. Con Bertalanffy pionero del pensamiento sistémico volverá el planteamiento aristotélico de que el “todo es mayor que la suma de las partes” o con otros autores como Nicolás de Cusa o Leibniz que mantenían la concepción de que algunas realidades son un conglomerado interactuarte de elementos y no un mero agregado de ellos.
El cartesianismo fue la respuesta válida a los problemas simples, pero inválido para los problemas complejos que necesitan de una explicación más elaborada, por su interconexión que influyen en la creación del problema, y por tanto han de ser tenidas en cuenta también al momento de su solución. Ver sistemas por todas partes es la clave de la Teoría General de los Sistemas de Bertalanffy. Los seres vivos, el ser humano, la familia, las ciudades, la sociedad, las organizaciones,… todas las realidades de nuestro entorno son susceptibles de una perspectiva sistémica si se quiere.
En definitiva la sistémica es un enfoque o perspectiva más actual y mas acorde con nuestra fragmentada, diversa y dispersa realidad que por estas notas la convierte en compleja y tendente a una mayor complejidad en el avance y progreso social, complejidad, para la que debe insistirse que no sirve el reduccionismo mecanicista, ya que los problemas complejos no tienen una única razón o causa, sino múltiples sobre las que hay que actuar.
Ya hace tiempo que las soluciones cartesianas en la acción de gobierno dejaron de servir para una seria actuación pública. No sirve atajar el desempleo con medias de gasto público, sin prever su retorno. No podemos tratar la inmigración tan sólo como una fuerza de trabajo que ya no nos sirve como ejército de reserva. No podemos seguir prometiendo políticas incrementalistas sin contemplar las redistributivas hacia nuevos nichos de valor añadido. Y así miles de cuestiones. Nada que no tenga futuro mediato, sirve como solución de presente.
Uno de los instrumentos de la sistémica es la modelización de ensayos, mediante experiencias de ámbito controlado o mediante la monitorización informática. El colapso aéreo reciente se ha resuelto comparando modelizaciones previas, en las que resulto ser más fiable la americanas que las europeas. También fue resuelta la previsible pandemia de la gripe aviar.
Esta dinámica es trasladable a la política y me gustaría verlo aplicado a las alternativas de desarrollo económico de nuestra región valenciana, frente a las de estos 20 últimos años. Una alternativa a modelizar sería la de la Eurorregión pirenaico-mediterránea. Valor añadido se ha logrado con nuestra Universidad Politécnica y su transferencia de tecnología, sostenibilidad ha supuesto el parque natural de la devesa de El Saler o el jardín del Turia y lo ofrecerá su parque fluvial, por hablar de realidades que disfruto y consumo como ciudadano.
La lógica cartesiana sirve para lo que sirve, es decir para lo simple, pero lo simple o no existe ya en la actualidad o no es problema. La complejidad llamó a la puerta de nuestra sociedad occidental hace unos cuantos años y esto hace difícil la acción pública frente a la complejidad y sus parientes diversidad, dispersidad, fragmentación y dinamismo, sólo caben soluciones con enfoque sistémico.
La concepción globalista de la antigüedad, entra en crisis a mediados del siglo XV y el paradigma cartesiano-mecanicista se impuso en el pensamiento occidental, influyendo en posteriores movimientos del pensamiento. La mayoría del pensamiento filosófico y científico de los siglos XIX y XX anclado en las pautas del pensamiento cartesiano, fue poco a poco elaborando un nuevo método que empieza a gestarse cuando en el siglo XIX los termodinámicos sustituyen el binomio cartesiano estructura-función por el de estructura-evolución.
Ya entrado el S. XX la visión o enfoque sistémico conlleva una visión analítica que explica todo a partir del comportamiento de las partes integrantes. Las realidades a analizar van a ser explicadas o consideradas como partes integrante de un todo superior y a ser descrito en términos de su interrelación. Con Bertalanffy pionero del pensamiento sistémico volverá el planteamiento aristotélico de que el “todo es mayor que la suma de las partes” o con otros autores como Nicolás de Cusa o Leibniz que mantenían la concepción de que algunas realidades son un conglomerado interactuarte de elementos y no un mero agregado de ellos.
El cartesianismo fue la respuesta válida a los problemas simples, pero inválido para los problemas complejos que necesitan de una explicación más elaborada, por su interconexión que influyen en la creación del problema, y por tanto han de ser tenidas en cuenta también al momento de su solución. Ver sistemas por todas partes es la clave de la Teoría General de los Sistemas de Bertalanffy. Los seres vivos, el ser humano, la familia, las ciudades, la sociedad, las organizaciones,… todas las realidades de nuestro entorno son susceptibles de una perspectiva sistémica si se quiere.
En definitiva la sistémica es un enfoque o perspectiva más actual y mas acorde con nuestra fragmentada, diversa y dispersa realidad que por estas notas la convierte en compleja y tendente a una mayor complejidad en el avance y progreso social, complejidad, para la que debe insistirse que no sirve el reduccionismo mecanicista, ya que los problemas complejos no tienen una única razón o causa, sino múltiples sobre las que hay que actuar.
Ya hace tiempo que las soluciones cartesianas en la acción de gobierno dejaron de servir para una seria actuación pública. No sirve atajar el desempleo con medias de gasto público, sin prever su retorno. No podemos tratar la inmigración tan sólo como una fuerza de trabajo que ya no nos sirve como ejército de reserva. No podemos seguir prometiendo políticas incrementalistas sin contemplar las redistributivas hacia nuevos nichos de valor añadido. Y así miles de cuestiones. Nada que no tenga futuro mediato, sirve como solución de presente.
Uno de los instrumentos de la sistémica es la modelización de ensayos, mediante experiencias de ámbito controlado o mediante la monitorización informática. El colapso aéreo reciente se ha resuelto comparando modelizaciones previas, en las que resulto ser más fiable la americanas que las europeas. También fue resuelta la previsible pandemia de la gripe aviar.
Esta dinámica es trasladable a la política y me gustaría verlo aplicado a las alternativas de desarrollo económico de nuestra región valenciana, frente a las de estos 20 últimos años. Una alternativa a modelizar sería la de la Eurorregión pirenaico-mediterránea. Valor añadido se ha logrado con nuestra Universidad Politécnica y su transferencia de tecnología, sostenibilidad ha supuesto el parque natural de la devesa de El Saler o el jardín del Turia y lo ofrecerá su parque fluvial, por hablar de realidades que disfruto y consumo como ciudadano.
La lógica cartesiana sirve para lo que sirve, es decir para lo simple, pero lo simple o no existe ya en la actualidad o no es problema. La complejidad llamó a la puerta de nuestra sociedad occidental hace unos cuantos años y esto hace difícil la acción pública frente a la complejidad y sus parientes diversidad, dispersidad, fragmentación y dinamismo, sólo caben soluciones con enfoque sistémico.
Que buen articulo, muy objetivo de tu parte, realmente es algo que necesita un poco más de nuestra consciencia.
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