martes, 2 de junio de 2009

Libre designacion;perversidad o necesidad de una guardia pretoriana

He de manifestar que siempre me ha gustado la expresión de “guardia pretoriana” para reflejar diversas situaciones, entre ellas el mecanismo de protección que los mediocres se hacen para sí, utilizando a fieles servidores , bien cautivos, o bien mediocres y serviles también. También me ha gustado cuando esa misma guardia pretoriana se ha rebelado contra los abusos del Imperator de turno (vid Calígula, Galba, Pertinax... o la bella aunque históricamente inexacta película de Gladiator).

La expresión es traída en el blog de Sevach al hilo del comentario a la sentencia de Tribunal Supremo de 30 de Marzo de 2009 sobre el uso de la libre designación y la teleología en la norma de excepcionalidad, restricción y motivación. Sevach ofrece unas interesantes explicaciones a la “desobediencia consciente” de las autoridades públicas y que a mi juicio justifican la perversidad interesada a la contravención jurídica. Pero esta perversión en la utilización fraudulenta del derecho mediante las instituciones de la discrecionalidad y potestad autoorganizativa está justificada, por la sólita mediocridad de la autoridad en cuestión. Quien se sabe capaz se rodea de capaces para que sus decisiones sean mas efectivas. Pero la mediocridad tiene su origen en que el sistema – al menos en el nivel de interfase político-administrativa – a pesar de lo que se recoja formalmente sigue la lógica del ‘spoil system’. Al igual los directivos pocas veces son libres ante las presiones del partido, jerarquías y del propia lógica organizativa, incluida las presiones burocráticas. El mismísimo Posada Herrera llegó a justificar algunas de sus decisiones señalando que “ vivo con la precipitación con que viven los Ministros, apremiados ya por el pretendiente, ya por el expediente”. El problema ha sido cristalinamente descrito por A. Morey en ‘La Función Pública: Necesidad de un análisis conceptual y de la revisión del sistema de libre designación’ (INAP, 2004) y el que la lógica sea perversa y explicable, no significa que deba campar a su anchas sino, utilizarse para lo menos, no para lo más.

Desde los postulados del pensamiento estratégico o de la toma de decisiones, quienes apoyan a la decisión pública en puestos sensibles tienen que ayudar a la autoridad pública a tomar las mejores decisiones en pro del interés general. Dicho de otra manera, la secuencia a fijar vendría de la siguiente la manera; clasificación del problema; definición del mismo; condiciones que tiene que satisfacer su respuesta; decidir lo correcto sobre lo aceptable; definir las acciones a a tomar;establecer un sistema de control y evaluación sobre lo adoptado-ejecutado. Si el asesor no efectúa esta labor sino que se limita a refrendar lo decidido a priori por la autoridad en un contexto de racionalidad limitada y contaminada, entonces no tiene justificación quitar a unos en pro de otros candidatos, si estos no van a servir a incrementar la racionalidad de la decisión. La experiencia o el conocimiento es lo que justifica que unos puestos sean provistos excepcionalmente por la libre designación por mor de sus habilidades -actitudes y aptitudes - para el puesto.

En esta utilización de mínimos está la creación por Octavio Augusto de la Guardia pretoriana, para preservar al emperador y a la República en momentos de amenazas y caos, pero, con el tiempo, su utilización también se pervirtió. Los primeros pretorianos fueron elegidos entre los mejores, y sin duda sirvieron al manteniendo de la Pax Romana, protegiendo a los mandatarios justos y deponiendo a los indignos.

Esta es la Guardia pretoriana que necesitan las autoridades políticas de nuestro tiempo. Tal vez la extensión del programa MEGA o similares contribuya a combinar fidelidad, preparación y servicio al interés público.

PS: Esta entrada y la que sigue referida al EBEP, han sido inspiradas tras haber comentado las oportunas en el citado blog de Sevach

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