martes, 9 de junio de 2020

Nuevos escenarios de pensamiento en Administración Pública: métodos de investigación en el campo de la Administración Pública ( 2)

En septiembre de 2014  en el V Congreso Internacional en Gobierno, Administración y Políticas Públicas  organizado por el Grupo de investigación en  Gobierno y Administración y Políticas  Públicas y (GIGAPP) del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset (IUIOG), un grupo de siete personas de diversa instituciones de la CV (CEU-UCH/IVAP/GIGAPP/AVAPOL/ IVAP/GVA) presentamos una  ponencia colectiva en el Grupo de trabajo 20  ‘Talento, políticas universitarias y desarrollo económico-área gobierno, instituciones y comportamiento políticos’ intitulada   “Administración y Universidad: de la dialéctica a lo dialógico”,  
Decía su resumen que  (…)El objeto de la ponencia es reflexionar acerca de las dificultades sustantiva y formales sobre la investigación conjunta Academia-Administración, así como de los requisitos para un avance epistemológico, bien sea mediante el seminario como metodología, o bien otras fórmulas de reflexión conjunta. En el presente curso académico la Universidad CEU-UCH ha querido experimentar acerca del seminario como espacio de debate entre la Universidad y la realidad de la praxis administrativa. A cuyo efecto junto con el IVAP de la Generalitat Valenciana y AVAPOL ha impulsado un seminario intitulado “ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y GOBERNABILIDAD: EL NECESARIO IMPULSO DE UN NUEVO MODELO”, abordando cuestiones y de actualidad y de general comprensión para los participantes del evento, alumnos ex alumnos, profesores, funcionarios y demás operadores de lo público (…)
En dicha ponencia concluíamos con que para las investigaciones cualitativas, sobre todo de espectro amplio el   seminario se presentada como experiencia exigente pero necesaria.
Dijimos pues que (…) En los primeros pasos de la teoría de la decisión y desde un enfoque bayesiano y gerencial, la praxis administrativa ‘in genere’ gira en torno a cuatro elementos cognoscitivos; El uso explícito del método hipotético-deductivo; La experiencia y los experimentos; Los usos de la intuición; y la presión de los negocios. La Administración Pública no es ajena al riesgo de tomar decisiones razonables en contextos de incertidumbre y de falta de información, por eso la lógica bayesiana pretende hacer de la ciencia el soporte de la Administración, lo que implica análisis y experimentación, deducción, inferencias, modelizaciones, etc. (Morris, 1974).
Una manera de lograr el alto grado de probabilidades que busca el método bayesiano es mediante la utilización de los seminarios de investigación como estrategia para aprendizaje activo dirigido al decision-making. En el seminario los participantes deben buscar por sus propios medios la información en un ambiente de recíproca colaboración. Su doble finalidad es la de docencia y de investigación. La principal característica es la intervención y la participación activa del alumno- participante, el cual debe investigar por su cuenta, al margen de lo que aprenda de otros, comparar, obtener conclusiones propias o contrastadas y sobre todo descubrir caminos, propios, esto es fundamental. Quien no tenga capacidad aptitud y actitud para investigar por sí sólo no puede participar en este instrumento. Esta es la nota fundamental para el éxito de la experiencia. Debe haber cierta paridad en la capacidad de investigar para resolver problemas por parte de los integrantes de un seminario.
 Ciertamente los seminarios comienzan por una reflexión teórico-didáctica a cargo de un ponente conocedor de la materia o de un aspecto de la investigación, con la finalidad de abrir horizontes nuevos de comprensión, relación, intelección. Pero más importante es que los participantes analicen por sí las fuentes primigenias que se ofrecen, para en su caso, contrastarlas con las ofrecidas como hipótesis primigenias. Las ponencias, materiales expuestos y debates deben llevar a una síntesis conclusiva sobre lo tratado, lo que no significa obtener soluciones inmediatas a los problemas analizados. 
De la paridad de sus miembros, sin perjuicio de la necesidad de diferencias complementarias, y del contraste de pareceres, han de surgir elementos de racionalidad científica – deducciones, inducciones, inferencias,..- del que puedan extraerse conclusiones débiles o fuertes, para aplicarlas o contemplarlas total o parcialmente en el desempeño profesional inmediato o de futuro de sus receptores o destinatarios. Lo que se pretende es que las decisiones y sus efectos tengan cada día más de ciencia que de arte, más de predictibilidad que de  incertidumbre, más certeza que duda, y sobre todo, más de prospectiva, que de ensayo-error.
Pueden verse así las diferencias con otros métodos pedagógicos (brainstorming, briefings, reuniones de trabajo...) en los que la finalidad es más humilde, en cuanto a que lo divulgado está más para ser aprendido e implementado acríticamente. El seminario se dirige por naturaleza a quienes van a conformar la instancia de la decisión pública, y en no pocos, aspectos sabrán, al menos empíricamente, más de lo que es expuesto como punto de arranque en el seminario. 
No obstante, como se comprueba, muchas dificultades presenta el seminario como instrumento de análisis, si este quiere ser fiel a su teleología: obtención de una síntesis aplicativa a la praxis administrativa.
Por ello, además, de la necesidad ya aludida sobre paridad, debe haber cierta equivalencia y equipotencia entre las dos grandes racionalidades en diálogo. La Academia debe aportar de suyo un marco teórico sistematizado y en ciertos aspectos normativos, como sinopsis de las posiciones doctrinales, confrontando los modelos comparados y el análisis de los eventos históricos.
La Administración Pública aportaría la descripción y conocimiento del escenario de la realidad en la que hay actuar, generalmente inmersa en una dinámica de cross modern (diversidad, fragmentación y dinamismo). Escenario donde la premura, el ajuste, la deducción, la experimentación, los usos o la intuición ceden ante la presión ambiental intra y exo organizativas. La composición debe ser de una parte formada por académicos con ciertos conocimientos y experiencia en Administración Pública, sobre todo en sus aspectos, sociológicos, políticos y técnicos, y de otra parte, de los técnicos y operativos de la Administración Pública; asesores, empleados públicos, directivos especialistas en Gestión Pública, profesionales o de segunda carrera administrativa, y en su caso, de políticos con formación previa para la dirección de organizaciones complejas. Para cada uno de los seminarios, claro está, se precisa el conocimiento sustantivo de la cuestión, y el procesal que el nivel político-administrativo requiere. Y en todo, el genérico sobre Administración Pública como para entender lo que el relator y material previo contiene. De alguna manera se corresponde con aquello que Laswell diría seminalmente sobre el conocimiento ‘de’ y ‘en’ la política. (Lasswell, 1951).

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