En la entrada referente al después de la
Nueva Gestión Pública se ofreció una pincelada sobre el finiquito definitivo o no de la NPM al hilo del foro Research Gate. En un difícil esfuerzo de sistematización histórica
me atreví en Administración Pública y Gobernabilidad (2013) a señalar que entre
1980
y 2008 fue en general la etapa del 'New Public Management (NPM)', ante las iniciativas de reforma administrativa de
primera y segunda generación de los organismos internacionales sobre la crisis
del Estado del bienestar iniciadas entre los ’70 y ’80. Desde 2008 hasta el presente nos encontraríamos
en un interregno de 'Deconstrucción Político-Administrativa', caracterizado por
las soluciones drásticas, continuas y expansivas de reducción de la
organización pública para ajustar financieramente la prestación de los
servicios públicos y a la par coincidente con la búsqueda de un nuevo paradigma
muy incierto y desideologizado pero anclado en una deconstrucción shumpeteriana
no sólo administrativa, sino también político-institucional.
Este es seria el
locus científico del presente en nada ajeno a las ideas de modernidad liquida y
de comienzo de una nueva era histórica en la que la arquitectura institucional
y los conceptos e ideas imperantes va a sufrir redefiniciones o
reconceptualizaciones que sin duda influirán sistémicamente en la Administración Pública, por mor de ese rol
indefinido que supone el binomio Estado-Administración. Reforzábamos esta idea
con la afirmación del historiador Paul Kennedy
especializado en la relaciones
internacionales, al sostener que
ya hemos cruzado una línea divisoria
histórica con el comienzo de una nueva era histórica debido a la disminución
del peso del dólar, la desintegración de los sueños europeos la carrera
armamentística en Asia y la parálisis de la ONU.
Estas opiniones deben ponerse con otras
posiciones al respecto; en el año 2005 se anuncio por Dunleavy la muerte de la
NPM en beneficio de la governanza digital, si bien en 2010 se contraargumento por
De Vries que, aun en dificultades, la NPM aun sobrevivía. De su parte Peter en
2010 y Lynn, ya en 2005, sostuvieron una síntesis entre formas
antiguas y de la NPM
En el último estudio comparado sobre la reforma administrativa -el caso belga y su reforma ‘Copérnico’ (INAP,2015)
- se muestra como las limitaciones
institucionales, organizacionales y culturales han influenciado en los
propósitos reformistas y nos advierte de
las posiciones de la ciudadanía a tomar con respecto a la Administración
Pública en términos – expresos por el autor - de Hirschman quedarse (aceptación
silenciosa del status quo) o salirse(desinterés de la res publica) (Drumaux, 2015). Nos resulta de extremado interés lo referente
al papel de las consultoras privadas
consideradas como ‘nuevos mercaderes del templo’ y en especial lo referente a la oportunidad del criticado BPR (Reingeniería
del Proceso de Negocios) como pertinente instrumento de modernización
administrativa (Nachtergaele,2015).
Con esta referencia simplemente es oportuno llamar la atención de
que la NPM no ha sido más que gatopardismo, negociete y nicho de corrupción
para muchos, pero poco de ciencia y de
novedad. La deconstrucción opera sobre todo en el modelo de Administración Pública Tradicional
(APT) o de Estado Administrativo y es significativa a partir de la crisis del
2008,como desvela el estudio COCOPS.
Las mejoras atribuidas a la NPM
en su modalidad neotaylorista, han fracasado en su pretensión de hands on
gerencial y lo que ha sido mejorado, inequívocamente debe atribuirse a una rerracionalización
de la burocracia instrumental por mor de la modernización tecnológica y nuevos
usos social-organizativos. Neoburocracia, neoweberianismo, nuevo habitat, o
descripciones equivalentes. La innovación
que se espera de un nuevo paradigma post APT/NPM está por llegar y las
disfuncionalidades de la burocracia publica aun por resolver.
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