Veamos
una aplicación de lo que decimos mediante una exposición cronológica de noticias
publicadas en prensa domestica;
(…)Las disparadas cifras de desempleo llevaron a los
políticos a promover el emprendimiento de forma masiva, ideando incentivos
indiscriminados, como la posibilidad de cobrar en una vez toda la prestación
por desempleo para abrir una empresa. Sabían que esta estrategia acarrearía
innecesarios dramas personales pero también que podrían colgarse medallas
adelgazando las cifras de desempleo en el corto plazo(…).
(…)El mercado laboral sigue sin ganar vigor.
Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre 2016
publicados este jueves muestran que, más allá de las declaraciones y de la
mejora en algunos indicadores, la recuperación del empleo y el paro no es aún
consistente. El año ha empezado con 11.900 parados más, hasta las 4.791.400
personas en desempleo, y con la destrucción de 64.600 empleos. La población
activa ha descendido: 52.700 personas han abandonado el mercado de trabajo en
estos tres meses. Estas variables hacen que la tasa de paro crezca una décima
respecto al trimestre anterior y se sitúe en el 21%.
(…)A
mayor nivel de formación, menos posibilidades de empleo en Valencia (…)
(…)Un
tercio de los jóvenes que trabaja vive en la pobreza. El Consell de la Joventut
denuncia en la campaña «Joves en perill d´extinció» la precariedad laboral, la
incapacidad de emanciparse y la emigración obligada
(…)Mala
reputación y 15 elementos más que lastran la economía valenciana (…)
(…)El Gobierno valenciano celebrará este lunes un pleno
extraordinario del Consell con el objetivo de aprobar «medidas para la creación
de empleo». Diez meses después, el Ejecutivo de PSPV y Compromís trata de
reaccionar tras el varapalo que han supuesto los datos de la última Encuesta de Población Activa, que sitúan a la Comunidad Valenciana a la cabeza del
incremento del paro en toda España durante el primer trimestre del ejercicio
(...)
No hay innovación en la Gestión Pública
o al menos en términos de suficiencia para abordar un , sin duda difícil problema, pero quizá
irresoluble como tardemos en encontrar talento con el cual gestionar con racionalidad
instrumental, aunque tengamos que importar este talento. El primor paso es
evaluar lo que hacemos y esto no s ehce aún, olo que s ehace a tal proposicot
no sirve. Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suecia y Gran
Bretaña cuentan con iniciativas de este tipo desde finales de los años sesenta,
mientras que Noruega, Dinamarca, Holanda y Francia intensificaron la demanda de
evaluación en los años ochenta , como esta
evaluación de está institucionalizada
en la ONU, Banco Mundial, OMS, UNESCO .
En España estamos en pañales porque el
sistema político es el gran renuente, como dice Ballart (1993)
(…)el sistema parlamentario español, tanto a nivel central como
autonómico, se basa en una fuerte disciplina de partido que tiende a limitar la
función de control del Parlamento. El partido o coalición mayoritaria hará todo
lo que sea posible para evitar una discusión política de la que pueda salir
perjudicado su gobierno, mientras que la oposición, más interesada en ejercer
sus funciones de control, se ve fuertemente limitada por su condición minoritaria
(…).
En Holanda se consiguió la desaparición del instrumento
evaluador Comité Interdepartamental para el Desarrollo (COBA), pues ni gestores
ni políticos estaban excesivamente interesados en fijar objetivos claros y
específicos, puesto que ello les hacía más vulnerables, mostraba sus propios
errores y, en último término, su ineficacia a la hora de alcanzar sus
propósitos.
Aquí tenemos dos explicaciones de porqué
no saldemos del bucle que impide avanzar aunque sea de modo incremental hacia
otro paradigma de Gestión Pública con
nuevos relatos, no gatopardistas y exculpatorios.
Una tercera explicación está en que
esta situación le viene muy bien al cuerpo burocrático; se vive mejor sin apoderamiento
y sin responsabilidad y además no hay capacidad económica para hacer nada, ante
la hipoteca dejada por los que
estuvieron, aunque hubiera una estrategia clara hacia donde ir.
Y ahora en la cuarta, viene lo peor, aun
en el caso de solucionarse la renuencia política a una Gestión Pública científica, difícilmente se encontrarían
talento para un análisis de políticas eficaz, conocido los diversos problemas
en su aplicación. Los institutos formativos usuales no ofrecen ese talento, al menos
en su aproximación a las propuestas normativas cualitativas.
Por el citado Ballart se ofrecía una
salida al paso para forzar una evaluación de programas tal y como fue adoptada
por el legislativo alemán; estipular la
terminación automática de un programa en un determinado período de tiempo a no
ser que demuestre su eficacia, basado en la llamada «Sunset Legislation» norteamericana).
En todo caso insistamos en que el
decisionismo no es la solución y tampoco la frase atribuida a Reagan de que (…)para que voy a gastar dinero en evaluar lo que ya sé que se hace mal
(...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario