martes, 17 de mayo de 2016

Ciencia y Democracia o Decisionismo y Estado Total (1)



Cuando la mala democracia o el desgobierno es la que predomina el panorama político vuelven los fantasmas de siempre de recurrir a modelos no deliberativos, bien decisionistas, dirigistas (steering),concentración del poder, estados de excepción, …. En suma, dinámicas que están lo más alejado de ese modelo de gobernabilidad, denominado 'gobernanza',(red de actores en las políticas, …  que sigue estando en el limbo politológico, por mor de la crisis del Estado y los problemas nuevos (los nuevos titanes, los cinco jinetes del apocalipsis, los nuevos peligros en la retirada del Estado, …), para su aplicación, y que como señaló Kooiman  en los '90, están pendientes de nuevas 'meta' instituciones y nuevos 'meta'  gobiernos, que puedan encajar una suerte de  nueva manera de gobernar no tanto sin gobierno, como sin un protagonismo tan acusado como ha sido habitual.
La crítica de siempre y la actual se suele centrar en la defectuosa representación legitima del pueblo, en el modelo deliberativos de la partitocracia, ofreciéndose modelos alternativos, tales como la democracia orgánica, directa, popular, diversos corporativismos, monocratismos y,  sobre todo, el decisionismo, como ejemplo de efectividad y bajo coste para la toma de decisiones en bien del pueblo, por lo tanto respetándose el demos sustancial.
Para Carl Schmitt en la democracia, todo es político.la democracia debe entenderse a partir del concepto del 'Estado total', como estadio superador  ha superado el momento liberal, ya que  un Estado fuerte, que se inmiscuye en todas las esferas de la vida en sociedad. Algo así  como  - en palabras de García de Enterría - el equivalente para los deseos de Oliván de superar  una Administración enteca y recortada.
La noción de Estado de Schmitt  no es la de un Estado neutral y gendarme tal y como fue en el  XIX. El nuevo Estado debe recuperar el monopolio de lo político será el de “Estado total” que debe acabar con las  neutralizaciones y despolitizaciones y, en particular,  debe poner fin al principio de que la economía apolítica es independiente del Estado y que el Estado se ubica aparte de la economía.  El Estado total,  debe absorber lo social en el terreno de lo político. La idea de totalidad lo es en un doble sentido; una situación que abarca a la unidad política completa, o bien como el desarrollo histórico de los tipos de Estado, es decir, una evolución dialéctica realizada en tres fases: del Estado absoluto de los siglos XVII y XVIII al Estado neutral del siglo XIX  y de ahí al Estado total de la identidad entre éste y la sociedad. El Estado total está dotado de unas  funciones administrativas en el cual la Sociedad se autorganiza a sí misma y  en este último  estadio en la modernidad, mediante un  sistema de control, la  economía quedará bajo la  dirección estatal.  
Conviene decir  que Forsthoff, de tanta influencia en España para el Derecho Administrativo ,tras la influencia de la Escuela de Burdeos,  habló también del Estado Total, pero lo hizo a petición de un partido conservador de la época, no del NSDAP, como Schmitt.   En su trabajo  Der Total Staat de 1933  reflejaría la  transformación del Estado del S. XIX al de  Weimar y de este, al régimen nazi. Este Estado total, se diferencia del liberal en que éste es sin sustancia. Ahora el objetivo del Estado es la revolución, superadora de los intereses individuales, incluso los del partido, por ello, la Administración de este modelo de Estado ha de ser neutral. Forsthoff  más tarde  lo verá en el Estado social de la república federal alemana y el modelo de Bonn. Coincidiría con Carl Schmitt en las veleidades con el régimen nazi de primera época y  acabaría siendo contratado por el SPD y emitiendo dictámenes sobre diversos temas de derecho público, como el tratado de defensa militar y función pública de la nueva Alemania de posguerra.

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