Cuando la mala
democracia o el desgobierno es la que predomina el panorama político vuelven
los fantasmas de siempre de recurrir a modelos no deliberativos, bien
decisionistas, dirigistas (steering),concentración del poder, estados de
excepción, …. En suma, dinámicas que están lo más alejado de ese modelo de
gobernabilidad, denominado 'gobernanza',(red de actores en las políticas,
… que sigue estando en el limbo
politológico, por mor de la crisis del Estado y los problemas nuevos (los nuevos
titanes, los cinco jinetes del apocalipsis, los
nuevos peligros en la retirada del Estado, …), para su aplicación, y que como
señaló Kooiman en los '90, están
pendientes de nuevas 'meta' instituciones y nuevos 'meta' gobiernos, que puedan encajar una suerte
de nueva manera de gobernar no tanto sin
gobierno, como sin un protagonismo tan acusado como ha sido habitual.
La crítica de siempre
y la actual se suele centrar en la defectuosa representación legitima del pueblo,
en el modelo deliberativos de la partitocracia, ofreciéndose modelos
alternativos, tales como la democracia orgánica, directa, popular, diversos
corporativismos, monocratismos y, sobre
todo, el decisionismo, como ejemplo de efectividad y bajo coste para la toma de
decisiones en bien del pueblo, por lo tanto respetándose el demos sustancial.
Para Carl Schmitt en
la democracia, todo es político.la democracia debe entenderse a partir del
concepto del 'Estado total', como estadio superador ha superado el momento liberal, ya que un Estado fuerte, que se inmiscuye en todas las
esferas de la vida en sociedad. Algo así como -
en palabras de García de Enterría - el equivalente para los deseos de Oliván de superar una Administración enteca y recortada.
La noción de Estado
de Schmitt no es la de un Estado neutral
y gendarme tal y como fue en el XIX. El
nuevo Estado debe recuperar el monopolio de lo político será el de “Estado total”
que debe acabar con las neutralizaciones
y despolitizaciones y, en particular,
debe poner fin al principio de que la economía apolítica es
independiente del Estado y que el Estado se ubica aparte de la economía. El Estado total, debe absorber lo social en el terreno de lo
político. La idea de totalidad lo es en un doble sentido; una situación que
abarca a la unidad política completa, o bien como el desarrollo histórico de
los tipos de Estado, es decir, una evolución dialéctica realizada en tres
fases: del Estado absoluto de los siglos XVII y XVIII al Estado neutral del siglo
XIX y de ahí al Estado total de la
identidad entre éste y la sociedad. El Estado total está dotado de unas funciones administrativas en el cual la
Sociedad se autorganiza a sí misma y en
este último estadio en la modernidad,
mediante un sistema de control, la economía quedará bajo la dirección estatal.
Conviene decir que Forsthoff, de tanta influencia en España
para el Derecho Administrativo ,tras la influencia de la Escuela de Burdeos, habló también del Estado Total, pero lo hizo
a petición de un partido conservador de la época, no del NSDAP, como Schmitt. En su
trabajo Der Total Staat de 1933 reflejaría
la transformación del Estado del S. XIX
al de Weimar y de este, al régimen nazi.
Este Estado total, se diferencia del liberal en que éste es sin sustancia. Ahora
el objetivo del Estado es la revolución, superadora de los intereses
individuales, incluso los del partido, por ello, la Administración de este
modelo de Estado ha de ser neutral. Forsthoff
más tarde lo verá en el Estado
social de la república federal alemana y el modelo de Bonn. Coincidiría con
Carl Schmitt en las veleidades con el régimen nazi de primera época y acabaría siendo contratado por el SPD y
emitiendo dictámenes sobre diversos temas de derecho público, como el tratado
de defensa militar y función pública de la nueva Alemania de posguerra.
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