sábado, 9 de noviembre de 2013

La separación política-administración (1): El colapso por empacho y autocomplacencia de RTVV

Llevaba algún tiempo penando en esta cuestión pero la crisis de RTVV me ha impulsado  a adelantarlo. Esta situación  es otra manifestación de un sistema colapsado por la ineptitud y los desafueros de tiempos de gestión pública fácil. Dígase que ejemplo de nepotismo ilustrado, indolencia, complicidad de todos, pero sobre todo silencio de muchos. Otro caso más de empacho y autocomplacencia dentro delos abusos privados del Estado del bienestar. La responsabilidad es difusa y diversa y me quedo con la recurrente  crónica de una muerte anunciada- otro Santiago Nasar diría Garcia Márquez-  .
El Derecho Administrativo debería decir búsquense responsabilidades en gerentes, contratistas asesores, revísense los procesos  selectivos del personal, las retribuciones de los órganos directivos, … . La Ciencia de la Administración  desde un enfoque meramente técnico –organizativo ante el valor público actual del ente diría, ahí está RTVE-Aitana, miren quienes entraron según un  proceso selectivo de méritos, por aquello de saber cuál es valor residual de la organización, Obsérvese el respeto a la ‘eficiencia paretiana’, según la cual, una asignación es eficiente cuando no es posible reasignar los recursos mejorando la posición de un sujeto sin empeorar la de otro. Como resulta muy difícil sustituir unos bienes -públicos o privados socialmente preferentes- por otros, sin merma de los primeros, el arte del gobierno económico consistirá, en buena parte, en no gastar recursos en aquellas arenas en las que la ciudadanía se autogobierna, o dicho de otra manera, se autorregula evitando gastos públicos.  Habrá que decir,  para evitar malentendidos, que una cosa  es la desactivación de bienes públicos y otra es su gestión privada, y en esto último, el peligro de los fraudes de ley, desviaciones de poder y demás perversidades políticas en el uso de lo público.
Pero la Ciencia Administrativa tiene en cuenta en cuenta que la Administración Pública  es  subsistema del sistema político diría; cautela, analícense otros factores en juego, y sobre todo, téngase en cuenta la   ‘formula de ruggi’  la cual expresa  el  factor de complejidad de algo. La complejidad está en función del número de sus componentes del grado de diversificación entre ellos, del número e intensidad de relaciones entre ellos, de la velocidad de los cambios  y todo lo determinado por los órganos, estructuras, funciones, instrumentos de acción,….  Se puede expresar con    C=[Q,D,R,^(O,E,F,..)]
En cualquier caso la Ciencia de la Administración  también diría cuidado con el principio de buena administración, según el cual una buena institución administrativa velará por respetar  el conjunto de reglas que rigen la gestión de las instituciones públicas y que impone a estas últimas un comportamiento que permita alcanzar un equilibrio entre el respeto de los derechos de los administrados y la preservación de buen funcionamiento del sistema de Administración Pública. Esto es, conjúguense los intereses del sistema  público (la administración regional), lo  intereses generales (los ciudadanos) y los particulares afectados (los trabajadores y contratistas), además  de la precitada  eficiencia paretiana. Dicho en otras palabras, en términos de metodología  de políticas  públicas, véanse las causas de renuencia a la terminación de las políticas, véanse las dependencias que motivan la sucesión o trasformación de las mismas, analícense la relación entre los momentos expansivos con el incrementalismo y su contraparte de deconstrucción y decrementalismo.
 

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