En un curso de la UIMP en el
palacio de La Magdalena, en el Santander
del año 2000, que versaba sobre los diez presidentes de Estados Unidos desde F.D.
Roosevelt a G.Bush padre, Vernon Walters (militar, embajador, CIA) dijo que
como hombre Estado posiblemente sobresalía Ronald Reagan, pues de todos ellos
fue el único que se puso una condición indeclinable en la formación de sus
gobiernos; todos sus integrantes debían
estar más capacitados que él, ya que el mundo está lleno de dirigentes políticos
que aspiran a rodearse de mediocres que no les hagan sombra.
Da la sensación
por la inmediata implicación de los gobernantes de nuestra CV, en asuntos poco claros incluso de perversión política, es que o siguen mandando ellos, o la capacidad
de influencia de sus asesores es nula, salvo que estos no sean tales.
Lo sucedido con
el asunto Imelsa y la implicación de los cazacorruptos, de ser cierta, nos da
un navajazo en la zona vital que permite dar por periclitada cualquier
esperanza en un mejor gobierno. Y de ser
cierto lo sucedido con las plazas de presuntos analistas de políticas del IMDEA
(antes CEYD)
Los datos
devastadores, de una media de casi siete detenidos al día por corrupción
durante el año 2015, con un saldo de 2.442 arrestos y 1.108 investigaciones
abiertas, implica un pasmo cuantitativo sin igual. Pero puede ser más
perjudicial una alarma cualitativa, por ser inoportuno de todas todas.
Está claro los motivos de expulsión democrática
de quienes han estado en un sin vivir de
tropelías a cada cual mas zafia. Pero también deberían estar claro que al
recambio de hoy le está vedado,
cualquier veleidad, sea ilícita o no. En ningún caso pueden estar los amigos,
compañeros, parientes, clientes,… en puestos
administrativos, como contratistas, asesores, libre designación, una
supuesta dirección pública profesional y demás. Aunque sean muy buenos, ahora
el péndulo de la historia exige esto sin paliativos ni excepciones. Del reino
de jauja hemos pasado a los tiempos recios.
La historia de los último 100 años no puede
darlos lecciones al respecto (el extraperlo, las letras de colusión (pelotas),
las primeras urbanizaciones, las oposiciones de afines políticos o religiosos,
los relatos falsables, …), ni pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Es
el hoy, el nuevo futuro de una ansiada clase dirigente, sino más apta, al menos
más honesta, lo que demanda comportamientos exquisitos en el qué y en el cómo.
Si no otra ley histórica se cumplirá con la secuencia grosería democrática-populismo-autoritarismo,
y otra vez a empezar, pero los mimo, perdura, bajo especies distintas.
Ya hemos objetado sobre la transparencia, arguyendo que esto, no es
un fin, con secretarias autonómicas
incluso, sino un medio para recuperar
la confianza en los gobiernos, como timoneles del barco. Queremos una barca sin
espadas en los dirigentes, ni oro que repartir. Una barca de buenas intenciones
y mejores obras.
Una dirección de control de la actividad
administrativa sería suficiente para
estos cometidos pero el comportamiento político en la selección de empleados o
asesores debe ser impoluta y nunca gatopardista utilizando los supuestos skills
del análisis de políticas, para que entren los amiguetes o los sobrantes de la
estructura política.
Si esto no se hace así, se pierde la
legitimidad de ejercer acciones de responsabilidad contempladas en la
ley contra miembros del consejo de administración de las entidades del sector
público empresarial y fundaciones, para recuperar el dinero apropiado o pésimamente gestionado.
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