domingo, 7 de noviembre de 2010

Tiempos revueltos (y 4): Heterodoxia-Heteropraxis

El Congreso chileno mediante la "Ley del Nuevo Trato" de 2003 creó la Alta Dirección Pública (ADP) para fijar un filtro inicial de mérito para optar al cargo y mantener dichos puestos bajo la calidad de exclusiva confianza de la autoridad correspondiente y ha sido una de las transformaciones más trascendentes en la modernización del Estado chileno. Aquí es España seguimos en los mismo sin una implantación seria del Dirección Pública profesional (DPP), la cual obedecería a un modelo de gerencia/dirección pública en la que el personal directivo, es elegido y o cesado en virtud de sus competencias profesionales y los resultados obtenidos. Las notas características serían la profesionalidad, un marco de responsabilidades, temporalidad, incentivos, atribución de poderes y cese motivado en función de resultados. La DPP es uno de los modelos seguidos, junto al de confianza política y el técnico o funcionarial. En estos momentos de manera dominante en la Administración Pública y Sector Público, predomina el nombramiento de directivos públicos por razones de criterios de confianza - política o personal - , y el algunos casos, entre unos candidatos idóneos por sus capacidades y habilidades, lo que en definitiva supone un mecanismo de provisión de puestos de alto nivel, que responde al denominado ‘spoil system de circuito cerrado o de politización relativa’, como viene ocurriendo con la libre designación de convocatoria pública.
En definitiva en este rio revuelto de la Gestión Pública, muchos pescadores vienen al rio revuelto, bien a enseñar bien a praticar.

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