En el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) una de las estrellas es la evaluación del desempeño y su conexión con el sistema retributivo y su reflejo en la carrera profesional. Muchas expectativas han puesto tirios y troyanos en ello, pero cuidado con los cantos de sirena o espejismos. En la revista internacional de Ciencias administrativas (nº 74-2), se recoge un trabajo sobre la experiencia francesa de la retribución vinculada al desempeño y la motivación en el trabajo. La autora Virgin Forest de la Universidad de Lyon da cuenta, de que si bien en teoría los beneficios son muchos, los estudios empíricos subrayan el efecto mitigador e incluso negativo de esta forma retributiva en la motivación de los funcionarios.
El trabajo parte de estudio empírico realizado en EE.UU, Inglaterra y Francia y revela diversas disfuncionalidades en el sistema de evaluación de diversa índole. Unos estudios reflejan que la implementación del sistema revela dificultades para una auténtica evaluación, los métodos analíticos no son siempre justos. Otros consideran que el extra económico a percibir no compensa el sobreesfuerzo, al igual que el sistema resulta contrario al trabajo en equipo y generador de celos. Y esto no es sólo propio del sistema público, también sucede en el sector privado.
Revela el trabajo que las motivaciones de servicio público - que según Perry Wise es la predisposición de un individuo a responder a motivos basados principal o exclusivamente en instituciones públicas, - están más presentes en el desempeño del trabajo. Concretamente en Suecia y Francia a la cabeza, se antepone el interés del servicio al económico, y particularmente en las de actuaciones dirigidas hacia la equidad y protección a los débiles .
Es más en lo que respecta a los directivos se muestra claramente de que este estimulo económico no es el factor decisivo para la motivación, que sí se produce con otros instrumentos como la ampliación de tareas o métodos de gestión más participativos.
Ahora que se está estimulando el desarrollo e implementación del EBEP al socaire de nuevas leyes que requieren una nueva administración como quedo expresado en la IV conferencias de Presidentes celebrada en Madrid el pasado 14 de diciembre, deberíamos tener en cuenta estas experiencias comparadas a la hora de diseñar nuestro nuevos modelos de carrera profesional.
Seamos cautos a la hora de diseñar e implementar el modelo evaluativo y no nos pase como con el sistema de calidad, que supuso un trabajo burocrático extra para los empleados en detrimento de sus funciones principales. La cuestión no es sencilla sobre todo cuando no se dispone de medios. ¡ Pensemos despacio pues, y alejémonos de isomorfismos que generen desacoples en nuestros sistemas ¡.
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