Un libro recientemente publicado del holandés V. R. Werner dedicado
a explicar todo lo que, a su juicio, funciona mal en España (“It is
not what it is. The real (S)pain of Europe”) afirma que nuestra sociedad es una bomba de relojería
que podría acabar dinamitando toda la Unión Europea. La obra como sucesión de ideas, tópicos, datos y anécdotas
personales de su estancia por diecisiete años en España, señala que la mayoría de los
españoles tenemos en común siete carencias.
1) Nos falta información sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
2) Nuestra ética no está a la altura de la correspondiente occidental.
3) No tenemos cultura financiera.
4) Nadie asume responsabilidades.
5) Nadie asume riesgos a la hora de emprender o adaptarnos a los cambios.
6) Somos cortoplacistas y decidimos sobre la marcha.
7) Los servicios de nuestras empresas y Administraciones son un auténtico desastre.
1) Nos falta información sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
2) Nuestra ética no está a la altura de la correspondiente occidental.
3) No tenemos cultura financiera.
4) Nadie asume responsabilidades.
5) Nadie asume riesgos a la hora de emprender o adaptarnos a los cambios.
6) Somos cortoplacistas y decidimos sobre la marcha.
7) Los servicios de nuestras empresas y Administraciones son un auténtico desastre.
No estando de acuerdo con esta generalización y muy
especialmente en desacuerdo con la número 7) – en términos de Administración
comparada -sí voy a centrarme en las afirmaciones siguientes;
(…) se escucha en España eso de que “hay que cambiar el chip”, pero
nadie lo cambia y la ciudadanía se queja
echando la culpa al Gobierno (…)
(…) No es que la gente no trabaje, pero se puede trabajar de
manera más inteligente (…)
(…) solo el 7% de la
población habla inglés de manera fluida, a pesar de que el 10% del PIB proviene
del turismo (…)
(…) el 78% no son felices en sus trabajos y las empresas pierden
anualmente 25.500 millones por el absentismo laboral (…)
(…) La gente cuando piensa en la corrupción piensa en el
Gobierno, pero yo creo que está extendido a las empresas, a la economía, en el
20% del PIB que se mueve en negro (…)
(…)En las empresas españolas yo siempre he visto esa misma
actitud: gente buscando vacíos legales, huecos por los que colarse. Hecha la
ley, hecha la trampa (…)
Supongamos que estas denuncias fueran total o
medianamente ciertas o en camino de
serlo y que pensáramos en la necesidad de
que el gobierno sea el actor inicial y principal para lograr los cambios
necesarios mediante políticas proactivas y argumentativas utilizando los
recursos adecuados desde una racionalidad formal o instrumental de medios a
fines. Para pensar como elegir
medios adecuados podemos pensar en el objeto de los seminarios realizados en la
asignatura de políticas públicas del cuarto curso del grado en Ciencias Políticas
de la Universidad CEU-Cardenal Herrera.
Pensando en encontrar una
suerte de algoritmo como sucesión
de operaciones organizadas de manera lógica y ordenada para
fijar los mejores perfiles y
capacidades en los decisores públicos mejor encontrar los solucionar un
determinado problema. Los alumnos se sirvieron de las propuestas normativas de
Yezhekel Dror como una serie de
instrucciones o reglas establecidas para un diseño ideal conforme a los roles típicos ideales del funcionario
y del político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario