lunes, 26 de febrero de 2018

Administración Pública y Burocracia en la historia (2). Origen de la burocracia china



Nos dice Gladden que  alrededor del  2000 a.c, ya se había establecido un sistema dinástico en China  y probablemente los primeros gobernantes eran reyes-sacerdotes  sin un asiento de gobierno fijo, estando la corte en continuo movimiento. Así, la administración pública temprana comprendía las regulares giras de inspección del rey y los viajes de homenaje de los príncipes.
Se han atribuido muchos adelantos administrativos  a Shun, uno de estos gobernantes legendarios, incluso la utilización de exámenes para probar la capacidad para la promoción.
Se considera que la historia china comenzó con los estados  feudales del periodo Chou, aproximadamente en 1030 a.c, El rey, que gobernaba por decreto divino, era conocido como el hijo del cielo y tenía el título de Wang o gobernante y contaba con la asistencia de un ministro jefe y otros ministros que atendían diversas ramas tales como agricultura, obras públicas, ritos religiosos, asuntos militares, sanciones y los asuntos personales y dominios directamente regidos por el Wang. Debajo de éstos había una jerarquía regular de funcionarios que constituían un servicio público considerable para la época, con tendencias burocráticas que se estereotipaban cada vez más. Las tierras fuera de los dominios del Wang se asignaban como feudos a una jerarquía de señores y príncipes feudales, organizados en una nobleza escalonada en la que cada señor feudal tenía sus propios funcionarios.

Confucio fue un maestro y no un administrador  pese a que ocupó un modesto puesto oficial y sólo durante un breve periodo el reino de Lu se dedicó a viajar por diferentes territorios impartiendo clases y esperando en vano que algún otro príncipe le permitiera emprender reformas. En el año 484 a.C., tras la frustración que supuso la búsqueda de un gobernante ideal, regresó por última vez a Lu dedicándose a comentar a los autores clásicos.
Consideraba que el buen gobierno era imposible bajo el sistema existente de gobierno hereditario de muy difícil  reemplazo, por lo que  el dilema podía superarse separando las  funciones administrativas de las políticas y confiándolas a ministros y asistentes virtuosos y bien capacitados, cuyo  sistema de educación estaba destinado a ser un éxito, en gran medida debido a que los gobernantes eran lo  suficientemente perspicaces como para darse cuenta que los jóvenes así capacitados reunirían las habilidades que ellos necesitaban y de que por su propio interés les convenía emplearlos. El nuevo sistema se fundamentó en el principio de que el gobierno debía estar en manos de hombres elegidos no por su nacimiento, sino de acuerdo con su virtud y habilidad, y que su objetivo principal fuese la felicidad del pueblo. De esta manera, la pobreza no era un obstáculo para estudiar y eventualmente ser elegido para un cargo público. La instrucción era informal e individual, dirigida principalmente por preguntas y discusiones. Los alumnos estudiaban determinados textos y se discutían pasajes seleccionados. La preparación para las oposiciones oficiales incluiría un estudio profundo de los principios del gobierno y la discusión de situaciones que probablemente pudieran surgir de manera que los estudiantes supieran qué hacer cuando se
encargaran de una responsabilidad práctica. El estudio del caso no era tan moderno como podemos imaginar.
Los nuevos gobernantes reconocieron la magnitud de la tarea administrativa que la centralización creciente pondría sobre sus hombros. Los complejos servicios nacionalizados requeridos para consolidar el nuevo sistema no podían ser suministrados por el viejo tipo de funcionario. Se recurrió a una carrera abierta a los talentos y los exámenes imparciales demostrarían ser un método de selección más efectivo que la elección personal de los gobernadores  provinciales, cada uno con sus propios intereses  que satisfacer.
 En el año 206 a.c, comenzó el liderazgo de la dinastía Han que permanecería en el poder durante más de 400 años. Gradualmente, bajo estos nuevos gobernantes y sus hábiles asistentes, se consolidó un extenso Imperio que  se dividió en provincias,  que  durante una temporada éstas y los estados feudales coexistieron con territorios limítrofes constituidos como tao o prefecturas principales. Con el tiempo, todo el Imperio se organizó en un modelo administrativo de tres filas con trece provincias, cada una subdividida en prefecturas principales, que posteriormente se dividieron en distritos.
 Como dijimos en entrada de 25 de agosto de 2011  siguiendo la filosofía de Confucio  - los propios actos externos de las personas se basaban en las cinco virtudes de bondad, honradez, decoro, sabiduría y fidelidad -  los dirigentes Han  se empeñaron en consolidar un sistema que permitiera gobernar la extensión y la complejidad del Imperio, reforzando una estructura jerárquica y renovando el sistema educativo para el servicio público.

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