miércoles, 29 de abril de 2015

Una teoría política para la Administración Pública


J.M.  GAUS señaló en 1950 que  una teoría de la Administración Pública  significaba en su tiempo  también una teoría de la política. En  momentos en los que los estudios de Administración  Pública  volvieron a suscitar in  interés se dijo en 1957 por  DE VALLES que los principios políticos, aquellos que tendrían que ser objeto de la Ciencia de la Administración, caen extramuros del sistema, forman parte de otra materias y esto explica el ocaso de esta ciencia.WALDO en 1987 volvería a repetirlo por la actualidad de la sentencia.

Como es sabido los orígenes de la Ciencia de la Administración  respondieron a una doble lectura sociológica y política de las revoluciones del S. XIX. Tanto Bonin como Stein para la Europa continental y sus seguidores como  Wilson y los suyos respecto de norteamérica leerían un rol de la Administración Pública que sirviera a los fines del Estado, primero sociales y luego además democráticos.

  Cada día considero más necesario volver a   hacer una lectura política de la Administración Pública más allá de lo dicen los textos normativos y más acá para encontrar un engarce entre la política y la Administración Pública que dé respuesta a la confrontación de lógicas de poder en lo político y de servicio en la Administración Pública y sobre todo que sea transparente para poder ver la ciudadanía cuando esta Administración se destina a fines perversos y desviados del servicio al interés general.

La sociedad no puede permitirse tener una Administración Pública que no responda a un sano objetivo político ni que no disponga de una estructura técnica  adecuada para superar  una situación que ya  no se puede ocultar, porque  ya  la describe tanto  Agamenón como su porquero y sobre todos porque la clak es casi inexistente – ya no hay ni para bocadillos y bus - y los legitimadores-beneficiarios del sistema ya miran hacia otro lado y se acuerdan poco de sus grandes contratos e informes autoconfirmatorios de las decisiones.

Una muestra de esto es que la  presentación, no hace mucho,  en la Universitat de Valencia de la iniciativa Sociedad Civil contra la Corrupción, con el objetivo de rebelar a la sociedad valenciana y española contra una realidad que consideran "inasumible", está siendo seguida de otras  iniciativas de actores sociales significados. La Conferencia Episcopal Española termina de emitir una instrucción pastoral en la que se dice casi todo sobre lo inasumible de la situación.

·       En el origen de la actual crisis económica hay una crisis previa: “La negación de la primacía del ser humano”.

·       Entre nosotros, las causas de la actual situación, según los expertos, son, entre otras, la explosión de la burbuja inmobiliaria, un endeudamiento excesivo, y, también, la insuficiente regulación y supervisión que han conducido a efectuar recortes generalizados en los servicios.

·       Lo que la crisis ha puesto de manifiesto es que, en nuestra economía, en época de recesión, se acrecienta la pobreza, sin que llegue a recuperarse en la misma medida en épocas expansivas.

·       Aspectos como la lucha contra la pobreza, un ideal compartido de justicia social y de solidaridad –que deberían centrar nuestro proyecto como nación–, se sacrifican en aras del crecimiento económico.

·       La extensión ilimitada de la lógica mercantil se acaba convirtiendo en una “idolatría” que tiene consecuencias no sólo económicas, sino también éticas y culturales… La realidad ha puesto ante nuestros ojos la lógica económica en su dimensión idolátrica.

·       La actividad económica, por sí sola, no puede resolver todos los problemas sociales; su recta ordenación al bien común es incumbencia sobre todo de la comunidad política, la que no debe eludir su responsabilidad en esta materia.

·       La familia, ya afectada como tantas instituciones por una crisis cultural profunda, se ve inmersa actualmente en serias dificultades económicas que se agravan por la carencia de una política de decidido apoyo a las familias.

·       Los procesos de corrupción que se han hecho públicos, derivados de la codicia financiera y la avaricia personal, provocan alarma social y despiertan gran preocupación entre los ciudadanos.

·       Esas prácticas alteran el normal desarrollo de la actividad económica, impidiendo la competencia leal y encareciendo los servicios.

·       Esta situación es una grave deformación del sistema político. Es necesario que se produzca una verdadera regeneración moral a nivel personal y social y, como consecuencia, un mayor aprecio por el bien común.

Esta valiente descripción impide que en el seno de la Administración Pública exista el aliciente para los que hacen las cosas bien y hacen el bien con sus trabajo y esfuerzo. El clientelismo, el nepotismo, el palanganeo, la mediocridad y la necedad, son en suma frutos de una crisis de valores  personales, que se nutre de las estructuras injustas del sistema al justificar en ello la supervivencia personal y a la par permite y nutre igualmente. Otro bucle más que habría de pretender resolver una Teoría política de la Administración Pública. Una Administración determinado para un Estado, un Estado determinado para una sociedad determinada por su contingencia coyuntural y estructural

 Pero cuidado sigue vigente el reto de Caiden en los ’80

(…)  Si el estudio de la Administración Pública se va a poner al día con la realidad actual, debe ampliar sus horizontes. Debe diseñar definiciones y parámetros globales, ideando esquemas e inventarios para el análisis universal. Debe definir qué es lo que hace pública a la Administración Pública y proporcionar los fundamentos teóricos necesarios (…).

Hay que volver a los clásicos hasta que encontremos nuevo pensamiento de interés para el presente ,  véase pues

 

CAIDEN.G.,Public Administration, Palisades Publishers, Pacific Palisades, 1982.

GAUSS, J.M, “Trends in the Theory  of  Public Administration” enPublic Administration Review, 10-3,.

DE VALLES, A.  “El problema teórico y didáctico de las Ciencias administrativas”, en Revista de Administración  Pública  nº 22,1957

WALDO,D., Conferencia en la APSC de 3.8.1987 . Vid WALDO, D, “Una teoría de la Administración Pública  significa también una teoría de la política” en  Administración Pública el Estado actual de la disciplina, FCE, México, 1999.

WALDO,D., “El Estado Administrativo: Conclusión” en Clásicos de la Administración Pública, FCE, México, 1999.


 
 

1 comentario:

  1. Lo que hay que hacer es modernizar el sistema. Más detalles aquí
    https://www.academia.edu/12009173/eDemocracia

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