A los salva patrias, cuidadores del dogma,maestros intachables del buen hacer político, se les ha llamado ‘patriotas de hojalata’ cuando estos se encuentran anclados en un fariseísmo personal, colectivo e institucional, que hace sonrojar al conocedor inmediato de la realidad. Muchos de ellos, de la patria grande a la chica, no dejan un nivel político administrativo franco a la corrupción y al aprovechamiento de los que no son nación en su totalidad o la tienen cautiva, dormida o atemorizada.
A la Gestión Pública de hojalata le caracteriza que la nota de lo público, es falsa e inveraz. Es una tapadera de intereses no públicos, aunque afecten a una comunidad de intereses pero no alcanza la totalidad indeterminada. Lo público es muy frágil, como si fuera de hojalata, al menos vendaval se desmorona. Se viene abajo porque no hay una cultura de lo público, de lo social, y de lo institucional democrático. Se está hablando mucho sobre la crisis de la democracia, de sus valores, fundamentos e instituciones. Esto de lo que hablo trasciende y lo sobre pasa porque está más allá de lo ideológico o cultura política. Hablamos de la Res pública, como el gran acuerdo colectivo para ayudarnos a vivir individual y colectivamente. Francamente me sorprende que nuestros militares vayan a hacer con excelencia y sacrificio estas labores de orden social allende de nuestra fronteras, siendo eficaces en ello, y aquí, a veces los civiles en su terreno se muestren tan ineficaces. Tal vez sea otra de las paradojas de la historia. Nuestros militares instrumentos de paz y convivencia, y nuestros políticos, armados siempre a la gresca, en una batalla estéril continua perversa y sobre todo, inútil y espuria para los intereses. Creo entender que sea la institución mas valorada ahora por la sociedad. Su adaptación para el progreso y democracia no tiene parangón ahora. Otras instituciones se han quedado en el pasado, y otras estancadas en los ’80, como si los deberes ya estuvieran hechos y ya no creyeran en lo público, mas allá de ser una fuete del estimulo económico de las empresas, siéndolo como lo es, aunque en parte. A estos de hojalata habrá que recordarles que hay servicios públicos s con los que no se juega, siendo este un dogma de nuestra tradición administrativa. No se pueden dejar las infraestructuras por terminar, a los proveedores esenciales por pagar, resolver los contratos sin causa ni explicación. La Gestión Pública, en contra de ciertos panegíricos es posible, Sirva de ejemplo que la teniente alcalde París y presidenta de la empresa pública Eau ha sugerido a responsables municipales extremeños a defender la gestión pública del agua con voluntad política firme. La experiencia parisina ha demostrado que es posible y hasta rentable una gestión pública eficaz desde, obteniendo 35 millones de euros de beneficios. A veces la Gestión Pública de hojalata se confunde con la de opereta, estrambote y sainete. Esa que desvela que los cargos públicos de van de alterne con dinero público porque no les parece bien hacerlo con el de la familia. Esa que ultraconservadores de la moral sexual intachable se gasta dinero vía tarjeta de crédito en clubs de ambiente gay. Igualmente nos lo parece esa gestión que inaugura hospitales por terminar, aeropuertos sin tráfico aéreo, ni ahora ni mañana o Ucis con decorados prestados, EREs inauditos y sorprendentes … o allende los mares, el escándalo del DIF mejicano (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia), de especial atención por afectar a un colectivo como el de la infancia, y la importancia de la salud, educación, integración… Menos mal que todo esto se compadece con paradores que funciona excelentemente, ciudades limpias con edificios saneados, museos impecables además de interesantes, parques naturales bien cuidados y AVES funcionando, como muestars del nuen hacer públicos cuando se quiere. La Gestión Pública de hojalata es transnacional y su capital y principal fundamento es de un valor incalculable que no necesita de paraísos fiscales. Sólo necesita de una panda de corifeos y una suerte de clack que lo aplaude todo y se lo traga todo como si estuviera en un Mcdonald, cuya única función es comer rápido y barato. Vuelvo a pensar en ‘El político y el científico de Weber’ y en aquello de los estómagos agradecidos, las peonadas del PER En lo doméstico, tal vez necesitemos de la inclusión de cuestiones básicas de Gestión Pública en asignaturas como educación para ciudadanía, o imitar iniciativas latinoamericanas , como la de este primer fin de semana de abril en el que ha tenido lugar el 1º Encuentro de Jóvenes de la Gestión Pública, bajo el lema ‘Juventud, gestión y proyección nacional’, con el objetivo de “generar una red de articulación, difundir información de los programas para los municipios, acercar relaciones de cooperación y colaboración y poner en valor el empleo público”. También, visto el caso que se hace al sindico de cuentas o al de agravios y desagravios y demás controladores de la democracia, en lugar de las ya trasnochadas unidades de modernización o de calidad, algo más básico como – imitando a Argentina – una subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, al menos hasta que vuelvan a emitir nuevos capítulos de ‘cuéntame’ No obstante no estaría de más como medida coadyuvante al menos transitoriaun buen complemento de productividad de la Inspección de servicios, o que se externalice esta, pero con cargo a los presupuestos de la oposición, y en todo caso.con derivación de la responsabilidad patrimonial.
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