jueves, 17 de julio de 2014

¿Podemos terminar con la ineptitud en la Administración?: El último Mohicano.

BOURBON-BUSSET en  Filosofía política o elementos de la Ciencia de Gobierno y de  Administración  (1834) diría  siguiendo a Sócrates diría la mayor impostura es querer dirigir y gobernar a los hombre sin tener talento para ello. Se peguntaría ¿en que se funda pues la filosofía política, ese arte de gobernar, tan bello, tan difícil y tan noble?
Para el citado Bourbon el magistrado encargado de la administración interior debe velar por la educación física y moral de los niños, la construcción de caminos, canales, mercados en pro del comercio, asegurar mediante reglamentos las buenas costumbres mercantiles, la correspondencia de la moneda nacional con las extrajeras, el amor a las letras ya  las artes, arraigar en el corazón de la juventud el amor a las buenas costumbres y a la virtud, dirigiendo sabiamente los estudios y, por último, hacer del amor a la patria la más sólida de todas las virtudes, estrechando de este modo los vínculos de la familia.
De su parte el jefe de un Estado o el principal ministro contrae todo a la unidad de acción, enlazando entre sí las partes que le parecen distintas, para que la legislación, la religión y el poder ejecutivo concurran todos a un mismo fin. Domina  a los hombres y a las cosas, sujeta los sucesos a sus cálculos, y perfecciona, anima y dirige a un mismo tiempo los resortes visibles u ocultos de la maquina política.
Un trabajo titulado “Funcionarios y políticos: el equilibrio cambiante” de  G. Peters y J. Pierre (GAPP n.° 17-18, 2000) deja constancia de que en la MPM las reformas administrativa (o doctrinas administrativas en términos de Hood y Jackson) de  la mano de líderes como Thatcher, Reagan, Mulroney o  Keating (laborista), la retórica dominante pasó a ser la de reducir los poderes de los funcionarios de carrera a favor de los  políticos o gestores de fuera de la carrera. Los funcionarios se mostraron como  los defensores del statu quo e incapaces del gobierno eficiente, que ahora conseguirían los gestores políticos por mor del ‘hands on’ en lugar del ‘hands off’ (estar o no, encima de la gestión).
Pero lo que vemos pro aquí y por allá que metieron la mano donde no correspondía, especialmente  en las arcas públicas y lo que es peor en el ámbito técnico-administrativo. Y meterse donde uno no sabe suele acarrear  consecuencias nefastas, como ya advirtiera Sócrates. Pues la ineptitud cuesta más dinero que la propia corrupción,
Podemos considerar consecuencia de la ineptitud, cuando no además efecto de la corrupción,  el que RTVV se encuentre sin licitación para la contratación del servicio de limpieza, la calificación de bono basura de la deuda pública valenciana, la manipulación de estadísticas en la Comunidad Valenciana, La financiación de Bankia  al Gobierno autonómico pese a cuestionar su gestión económica,  las sentencias de los derechos de los interinos, de las pagas extraordinarias, de los despidos objetivos, la gestión de la dependencia y/o residencias, las medidas de gestión indirecta de la sanidad madrileña, el caso Gowex, la contrataciones del profesorado universitario, las malas sentencias…
Ineptitud que genera unos sobre costes que nadie se atreve a cuantificar, más allá de las ejecuciones concretas de sentencia. Menos Mal que sabiamente se consideró para la Administración moderna  en el  sistema de justicia retenida francés, que ‘juzgar a la Administración es también administrar’ (ley de la Asamblea Constituyente de  24 de Agosto de 1790 y artículo 44 de la Constitución napoleónica del año VIII).
Tal vez aquí radique un argumento no visible de  por qué no se quiere dar más dinero a la CV.  ¿Para malgastarlo?. Tal vez entre la corrupción y la ineptitud se genere más pasivo que el activo de la financiación requerida  habría que estudiarlo, y ver también por que se han producido tantos abandonos de cargos – sin imputaciones penales – en el último año, más  allá del sálvese quien pueda propio de los cambios de ciclos políticos .
Los que se han detenido en el estudio del pensamiento administrativo español saben del gran error  que supuso para España no adoptar la figura de los prefectos franceses y adoptar la de los Gobernadores civiles de nombramiento político.  Todo el mundo sabe lo difícil que es en España trabajar para una Administración Pública, por muy meritorio que sea uno técnicamente, sino eres un afín al mandatario, y para mí esta dinámica,  - no sólo es contraria al 23 y 103  CE -  si no también  muestra de la  ineptitud para la ‘cosa pública’, otra caso sería  la ‘cosa nostra’.  Para la teoría administrativa la afinidad se sustituye por la lealtad institucional o por el dictum weberiano ‘sine ira et studio’.
Por lo tanto no sé si ‘Podemos’ podría, si podemos, sin o pesar de ‘Podemos’, si podremos en el futuro   o podríamos en determinadas circunstancias, eliminar la ineptitud pública y privada, pues ambas guardan estrecha relación con el clientelismo, y la corrupción.
Pero  hic et nunc tampoco sé, si el último mohicano será un héroe, un hipócrita o un villano trasvestido.   
En todo caso en  la Ciencia de la Administración  hay argumentos para evitar la corrupción, la ineptitud y otras disfuncionalidades, se encuentran en lo que se denomina la Teoría política de la Administración y la Teoría administrativa de la política.
La Ciencia no es incompatible con la  fe y la esperanza. No olvidemos pues a los 36 justos (Tzadikin Nistarim)  del Talmud, pues les aseguro que en el sistema político-administrativo hay aptos, buenos y capaces para cambiar la dinámica. caótica actual .
(pinazoh.blogspot.com.es/2009/05/los-treintaiseis-justos.html)  
 


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