lunes, 9 de junio de 2014

Economía, política y las políticas (y 2): ¿Importa la política?

En nuestro sistema educativo  sigue  existiendo la necesidad de una reforma radical, y creo que esta pasa en parte por entender que si parte de los recursos pueden ofrecerse  desde el sector privado, no puede, como la sanidad,  ser objeto de negocio, ni del 2 x 1 o el 3 x 2.  
A los datos ofrecidos y el  del falso mito de la ‘mejor generación’ añádase que en nuestra CV el 70 % de las familias de  clase media ingresa menos de 1500 euros al mes. O sea, ya no es  clase media.
 
No voy  a menospreciar, al contrario, a las buenas voluntades existentes en todas las instancias y que hacen que las cosas bien sean mejores o no sean peor todavía, pero en términos de gestión de políticas,  el modelo de equidad no funciona debidamente, y esto es muy grave, sabido la incidencia del factor educación y trabajo  (junto a vivienda y  sanidad).
 
 La ‘equidad’ responde pues a un modelo, establecido por en las políticas constitutivas que se recogen en las grandes leyes fundamentales y sus desarrollos legislativos y  que finalmente como actos concretos de implementación de las  políticas  establecen derechos públicos subjetivos.
 
Ya en los primeros trabajos sobre ciencias/análisis de políticas se planteaba si las políticas determinan la política (Does policies matter/Does Policies  Determine Politics –Lowi 1972, Newton, 1984) o era la economía (Dye,1966) . Hoy  puede añadirse al debate que  la aptitud/ineptitud política (Does politics matter?) condiciona más aún a las políticas.
El ciclo político de la ineptitud, del discurso banal, del ensayo-error, del método papelera e incluso el del incrementalismo simple ha terminado ya. Necesitamos un bucle reformador – en los términos de Morín expuestos -hacia la ética en el desarrollo económico y esta pasa por la educación integral lo que exige una  reforma en la manera de hacer políticas.  Los cambios estructurales e importantes y acreedores de políticas constitutivas  ha de ser hecha desde un enfoque racional optimo (sinóptico/ exhaustivo o comprensivo), o cuento menos, en sus comienzos de un enfoque combinado o incrementalismo estratégico. Así lo hizo USA con el New Deal en los ’30,  Finlandia en su crisis de los ’90 y Noruega con su pacto social 1999-2005.  
 
No me parece casual que el citado contrato social noruego  se produjese  siendo primer ministro Kjell Magne Bondevik  del partido popular cristiano y que el contenido fundamental del citado pacto fuera la defensa de los servicios públicos y la oposición de la privatización del sector pública que venían produciéndose desde las políticas neoliberales.
Eliminar el ajuste partidario mutuo como sustitutivo de marcos teóricos normativo/ideológicos ineludibles, así como eliminar la anarquía organizada de las políticas, solo requiere deshacerse de la  ineptitud y  la toxicidad. Sustituirla por la sabiduría y capacidad analítica del decisor. A esto coadyuva  la presencia en las instancias de apoyo a la decisión pública de  becarios y  universitarios politólogos  en prácticas. También coadyuva  los informes imparciales de expertos en pro de decisiones de buen gobierno  en lugar de los dictámenes rápidos y autoafirmatorios, y como no, la lealtad institucional de los agentes públicas cuando las decisiones son justas. 
 
Lo que sobre todo ayuda es tener en cuenta que los que saben como tomar buenas decisiones (sinópticas, articuladas,proactivas, prospectivas,estratégicas,…) no están para perder el tiempo en lecturas frívolas, partidistas –o peor cainitas -, o infantiles  de los problemas urgentes o importantes de cada día.

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