Stillmanm en ¿Dónde va
la Administración Pública estadounidense? de 2008 al referirse al estado
actual de la disciplina afirma
finalmente que en contraste, la Europa
continental, así como la mayor parte del resto del mundo, funcionan con un
dominante sentimiento cultural de Estado como sustancia del gobierno, y esos
países muestran una formación y estudio académicos de la Administración Pública
mucho más precisos y racionalizados, países cuya ciudadanía todavía aprecia el
rol del Estado en el bienestar
colectivo, incluso en escenarios de globalización, descentralización, despublificación,
antiestatalización, supranacionalidad o megalópolis. Stillmanm apunta hacia la
oportunidad de nuevos debates en torno a la
ausencia de Estado/Estado negativo, el Estado firme, el pre-Estado o un
Estado tecnológico. Propone un nuevo espíritu de la Administración Pública
progresiva, - no como el new deal - no en aras de una gran Administración, sino hacia un buen gobierno,
es decir en lo idiosincrático americano; Pensar en la Administración Pública, sin
Estado .
Stillmanm da cuenta de que la Constitución
norteamericana de 1787 no hace mención alguna del servicio civil, los
presupuestos, la gestión Pública la organización ni de nada que huela siquiera
a administración. Su razón última está en el acto constitutivo de la nación ya que
la Declaración de Independencia de 1776 contiene en gran medida la necesidad de
evitar los agravios administrativos regios de Jorge III, como razón fundamental
de los colonos para incitar a la revolución.
Lord Acton, afirmaría que la
constitución estadounidense se concentró en proteger las libertades
individuales o “negativas”. Así, en una nación en la cual la Constitución se
reverencia como a la Santa Biblia,
la Administración es considerada por muchos como algo extra
constitucional y hasta ilegítimo. Si bien resultó que las grandes corporaciones
o los grandes sindicatos, la inversión extranjera, la veloz urbanización, las
innovaciones tecnológicas masivas, el peligro militar e internacional del
extranjero, la inquietud ante la fuerza de trabajo y la administración, y los
considerables trastornos económicos a partir de los inicios del siglo XX,
transformaron la mentalidad hacia la necesidad de nuevos servicios
gubernamentales proporcionados a una sociedad de masas.
Como describe a Morxtein
Marx considerando al gobierno federal como conjunto,
el número de funcionarios se multiplicó por veinte durante la primera mitad de
nuestro siglo, pasando de menos de 100.000 en 1900 a más de 2.000.000 en 1955.
Antes de estallar la segunda guerra mundial (1939), el número de funcionarios
seguía siendo poco más de seis veces el que había en 1900. lo que se explica
porque (…) en 1900 todavía se podía pensar en los Estados
Unidos como en una nación poco poblada que vivía de la generosidad de un
continente. El Gobierno federal se encontraba aún en el umbral del «estado
administrativo», en comparación con la esfera de organización administrativa
que la mayoría de los estados europeos. Los cuatro primeros departamentos
ejecutivos fueron los de Agricultura
(1862), Comercio (1903), Trabajo (1913) y Sanidad, Educación y Bienestar (1953)
tienen tantos empleados como los seis restantes departamentos juntos; sin
contar los de Defensa y Correos que, como los dos patrones federales más
grandes, constituyen una clase por sí mismos. La subida más rápida fue
originada por la guerra y su segunda siega, con las incomparables tensiones
internacionales, y las mayores obligaciones del gobierno federal.
Así,
pues, el salto de las cifras del funcionariado durante los últimos cincuenta
años se explica, en parte, también por el paso con que el Gobierno americano,
antes de la gran depresión económica de los años treinta, así como en su
recuperación, se unió al resto del mundo occidental. En un tiempo relativamente
corto, la nación desarrolló un sistema administrativo, que en cuanto a la gama
de actividades y a su estructura organizativa ha llegado a parecerse mucho a la
muestra familia en Europa (…)
Pero adviértase que la diferencia de Europa donde hubo primero Estados administrativos
fuertes y después constitucionalismo democrático, y los Estados Unidos es que estos tuvieron primero su
Constitución y sólo después, a regañadientes, creció su Estado administrativo
para que, por último, hicieran su aparición
las ciencias administrativas. Ciencias que no han dejado de ser inductivas, experimentales, fragmentarias,
aplicativas, y casi siempre centradas en el cuestionamiento de los presupuestos
ortodoxos, en especial la separación política-administración y sus diferencias
o semejanzas con la gestión privada en aras del logro de la eficiencia.
Adviértase también que en nuestra tradición parte de un
sentimiento de aprecio por el Estado y su función de mejorar en la democracia
liberal y social, lo que invita a las teorías deductivas de arriba a abajo,
bajo el principio de unidad de acción, centralismo, dirigismo político. El
antagonista americano desde el hecho
inconcebible, de adoptar un Estado de arriba abajo, informado por una teoría
administrativa deductiva tuvo que crear una teoría inductivamente, desde las fragmentadas
experiencias de un determinado sistema de servicio civil, ensayando
sistemas presupuestarios de allá, o
desde la implementación de experiencias administrativas locales.
Sumemos que en lo jurídico en lugar de un nuevo derecho administrativo
ad hoc utilizaron una metodología de
enseñanza e investigación, arraigada en su Constitución anti administrativa y
en un derecho común basado en los precedentes
de casos previos. Esta situación supuso el éxito del primer texto de
estudios sobre Administración Pública de Leonard White (1920) que optó por
basar el nuevo campo en el proceso gerencial, más que en el fundamento del
derecho. La administración científica de Taylor vino al dedo para congraciar
una Administración Pública con la era progresista (1900-1920), y su idea de personas
“respetables y tenaces propias de un hombre de negocios para dirigir un gobierno
eficiente y económico. Los enfoques neoclásicos posteriores de Mooney (1931 y
1947) o Gulick-Urwick (1937) son meras adaptaciones y arreglos en el marco del
impacto del New Deal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario