jueves, 27 de diciembre de 2018

Cambios necesarios y capacidades normativas en el asesoramiento político y decisión pública (y 3): objeto: Conocimiento y reflexión sobre los capacidades normativas de los asesores políticos


 También se propusieron  otras cualidades sobre las capacidades normativas de los asesores políticos  en los siguientes términos;

En primer lugar, creatividad; resulta importante que los asesores tengan en mente la necesidad de promover políticas públicas innovadoras o estrategias a largo plazo que tengan en cuenta la sociedad de continuo cambio en la que vivimos. El asesor debe aplicar sus conocimientos de forma creativa a la práctica para crear escenarios políticos y sociales novedosos.

En segundo lugar,  conocimiento de los flujos históricos pero también de la realidad del momento; es decir con capacidad de construir puentes entre el pasado y el presente, a fin de determinar pautas similares y lograr cierta capacidad de anticipación respecto de los problemas futuros. Efectuar recomendaciones para la acción basadas en las mejores ideas posibles, teorías y datos. Una mejora para el ejercicio de prospectiva con los mecanismos de proyecciones, predicciones o conjeturas.


En tercer lugar, capacidad de adaptación; Mente abierta para la adaptación a los nuevos tiempos y a los cambios y conciencia de que las circunstancias cambian y por ende, supone una necesidad constante de cambiar las políticas obsoletas que en otros tiempos sí funcionaron pero ahora son insuficientes. Significa también la apertura  a cualquier opción de antemano, considerando cualquier factor,  variable y enfoque, y sobre todo,  la relación entre ellos. Por último, muy valioso sería el progreso hacia los inconcebibles.


En cuarto lugar,  cualidades morales; sobre todo ejemplares `para los niveles subordinados. Una buena decisión debe arrastrar a la mejor ejecución posible. Evitar los beneficios particulares  y permanecer fuerte  en situaciones en las que los sentimientos podrían afectar nefastamente a la decisión.


En quinto lugar,  escepticismo;  ir  más allá de lo obvio, con un análisis pormenorizado, concreto y preciso sobre la arena de ejecución, utilizando el universal y fácil acceso a  datos e informaciones que nos proporcionan las nuevas tecnologías de la información.


En sexto lugar,  capacidad tecnológica; .para el mejor conocimiento y manejo de las nuevas tecnologías a fin de agilizar los trabajos de que se trate.


Deben ser pues  profesionales de su función - con conocimientos, orientación, cultura y valores para hacer frente al rápido cambio de necesidades; constantes  - a la hora del  estudio, aprendizaje y formación - ; y no influenciables en cuanto a su imparcialidad

Los políticos requieren de unos asesores profesionales, creativos, innovadores, capaces de influir en la creación de nuevas políticas que permitan adaptarse al continuo cambio de la sociedad actual, y que a su vez mejoren la eficacia y eficiencia del ejercicio de las competencias de los gobiernos. Esto ha de  sustituir al nombramiento de supuestos  asesores en función de preferencias partidistas, personales o de cualquier otro tipo de favoritismos, descuidando sus méritos, formación y experiencia. 
Los asesores políticos para Dror, habrían de recibir una formación  integral y muy completa, que les dotara de un buen conocimiento de la historia, de la realidad contingente y del comportamiento humano y organizativo que  les proporcionara un buen marco teórico y empírico de salida. 
Estos asesores políticos son una nueva élite gubernamental y superprofesionales, de diferente procedencia. No importa el estatus orgánico sino el  rol asesor y/o  decisor para configura una adhocracia al servicio de las decisiones críticas.



DROR,Y. “Fortalecimiento de la capacidad de los gobiernos en materia de formulación de políticas” en Gestión y análisis de políticas públicas, nº 7-8, 1996-1997.
DROR,Y. “Asesores políticos para los gobiernos” en Documentación administrativa, nº 241-242, 1994.
DROR,Y. “Una élite de alto funcionario para el S XXI”en  Ekonomiaz, 26.

Cambios necesarios y capacidades normativas en el asesoramiento político y decisión pública (2): Conocimiento y reflexión sobre los rasgos normativos de una élite funcionarial


Respondiendo los alumnos acerca de las cualidades  para una élite funcionarial y desde los nutrientes de Dror se propone  lo  siguiente;   
En primer lugar, debe ser una elite altamente cualificada; tanto en el campo de los conocimientos teóricos como en los conocimientos psicológicos. Es importante que un funcionario domine la teoría, pero más aún el que  mantenga propuestas  racionales – formales y/o materiales.

En segundo lugar, ser autónomos;  debe tener la posibilidad de tomar decisiones propias, independientemente de su dependencia jerárquica. Lo que supone, a la par,  que no deben ser funcionarios totalmente independientes, ni rebelarse ante sus funciones – Aquí podemos recordar el modelo normativo británico de postguerra de los ‘Axiomas de Whitehall’.


En tercer lugar, deben pertenecer  a la sociedad;  ser personas que reflejen la sociedad actual, de esta manera la Administración actuará adecuadamente frete a necesidades sociales y que  todos los sectores de la sociedad puedan  verse representados.


En cuarto lugar, deberían ser personas con ciertos valores morales; provistos de  un código ético – personal e institucional -  que les permita mantenerse firmes en sus funciones, alejados del conflicto de intereses – propios o de allegados - y comprometidas con el bien público.


Por último, deben ser curiosos y creativos; Curiosos para sentirse con la necesidad de estar en continua formación y curiosos para crear nuevas propuestas y/o para solucionar cualquier adversidad que se presente.


Múltiples factores influyen en la sociedad y hacen que esta sea cambiante, por ello, todas las instituciones en infraestructuras que conviven en dicha sociedad, deben cambiar y evolucionar de la misma manera. La Administración actual, se encuentra obsoleta y debe ser remodelada para poder satisfacer las nuevas necesidades de la sociedad. El punto de partida son los funcionarios y/o empleados públicos que conforman la Administración y, a partir de ahí, se desarrollarán otras medidas para mejorar la capacidad de la Administración.

En conclusión, la evolución hacia un sistema de Alto funcionariado con estas características puede ser una ventaja competitiva para generar cambios muy significativos que hará funcionar mejor a la propia Administración Pública, máxime cuando la media de edad de los tres millones de empleados públicos del sistema español está en torno a los 55 años. Nuevas generaciones, nuevas ideas y gestión del conocimiento en la era digital subyacen en todo esto. 
Estas cualidades son propias de una alta función pública con roles especialmente directivos  y debe constituir per se una nueva dimensión crítica de la Administración Pública ante la necesidad de un alto funcionariado profesional.

Recuerdo en un curso de formación de una Administración regional que  un funcionario ex directivo, comentó. Con un equipo de diez directivos y cinco años hago los cambios necesarios en esta Administración Pública.  

Cambios necesarios y capacidades normativas en el asesoramiento político y decisión pública (1): Un supuesto escenario doméstico.


Un libro recientemente publicado del holandés V. R. Werner  dedicado  a explicar todo lo que, a su juicio, funciona mal en España  (“It is not what it is. The real (S)pain of Europe”) afirma  que nuestra sociedad es una bomba de relojería que podría acabar dinamitando toda la Unión Europea. La obra como  sucesión de ideas, tópicos, datos y anécdotas personales de su estancia por diecisiete  años en España, señala que la mayoría de los españoles tenemos en común siete carencias. 

1)   Nos falta información sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
2)  Nuestra ética no está a la altura de la correspondiente occidental.
3)  No tenemos cultura financiera.  
4)  Nadie asume responsabilidades. 
5)  Nadie asume riesgos a la hora de emprender o adaptarnos a los cambios. 
6)  Somos cortoplacistas y decidimos sobre la marcha. 
7)  Los servicios de nuestras empresas y Administraciones  son un auténtico desastre.

No estando de acuerdo con esta generalización y muy especialmente en desacuerdo con la número 7) – en términos de Administración comparada -sí voy a centrarme en las afirmaciones siguientes;

(…) se  escucha en España  eso de que “hay que cambiar el chip”, pero nadie lo cambia y  la ciudadanía se queja echando la culpa al Gobierno (…) 
(…) No es que la gente no trabaje, pero se puede trabajar de manera más inteligente (…)
 (…) solo el 7% de la población habla inglés de manera fluida, a pesar de que el 10% del PIB proviene del turismo (…)
(…) el 78% no son felices en sus trabajos y las empresas pierden anualmente 25.500 millones por el absentismo laboral (…) 
(…) La gente cuando piensa en la corrupción piensa en el Gobierno, pero yo creo que está extendido a las empresas, a la economía, en el 20% del PIB que se mueve en negro (…) 
(…)En las empresas españolas yo siempre he visto esa misma actitud: gente buscando vacíos legales, huecos por los que colarse. Hecha la ley, hecha la trampa (…)


 Supongamos que estas denuncias fueran total o medianamente ciertas o en camino  de serlo y que pensáramos en la necesidad  de que el gobierno sea el actor inicial y principal para lograr los cambios necesarios mediante políticas proactivas y argumentativas utilizando los recursos adecuados desde una racionalidad formal o instrumental de medios a fines.  Para pensar como elegir medios adecuados podemos pensar en el objeto de los seminarios realizados en la asignatura de políticas públicas del cuarto curso del grado en Ciencias Políticas de la Universidad CEU-Cardenal Herrera. 
Pensando en encontrar una suerte de algoritmo como sucesión  de operaciones organizadas de manera lógica y ordenada  para  fijar los  mejores perfiles y capacidades en los decisores públicos mejor encontrar los solucionar un determinado problema. Los alumnos se sirvieron de las propuestas normativas de Yezhekel Dror  como una serie de instrucciones o reglas establecidas  para  un diseño ideal  conforme a los roles típicos ideales del funcionario y del político.