miércoles, 28 de julio de 2021

El arte y la ciencia de la organización y administración de Albert Lepawski (y 7): La perspectiva providencial de la Administración en todo escenario

 También resulta de interés la mención al trabajo de W.C. Redfield Con el Congreso y el Gabinete de 1924 quien desde su cargo de Secretario de Comercio en el gobierno de Wilson se quejaba de que “es muy lamentable que muchos de los hombres de negocios vengan aquí guiados solamente por sus propio intereses, y pierden de vista lo relacionado con el bienestar” Ya el presidente francés Poincaré describía su trabajo diario dedicando tiempo ala enorme cantidad de correspondencia y la interminable procesión de solicitantes de  favores, que habían extremar  el cuidado sobre los ministros para que no fuesen “pelotas del parlamentos o meros accesorio en sus oficinas”.

 Paradójico  lo que en 1856 ya nos advertía  Alexis De Tocqueville, sobre como perduran las dinámicas a pesar de las revoluciones legitimadas por su críticas a estas, como se refleja en la obra El Antiguo Régimen y la Revolución al decir 

(…) En Francia solo la gendarmería es la garante del orden público para el pueblo, que la quisiera en la puerta de su casa. En Inglaterra, los ciudadanos se jactan de haber sido robados pues al menos no existe la gendarmería.  En suma en la Francia de la revolución el gobierno ha ocupado el lugar de la providencia. Ahora en nombre de un dudoso interés público, se lanzan numerosas peticiones indemnizatorias al gobierno, bien los campesinos por las pérdidas de su ganado o casa; los propietarios para la explotación de sus tierras; los industriales por privilegios contra la competencia enojosa; los fabricantes solicitan socorros y préstamos para sus negocios; y hasta los nobles todos piden moratorias del impuesto de la vicésima por insuficiencia de rentas o mal estado de sus negocios al Intendente - a quien llaman Monseñor como los burgueses, cuando antaño tan sólo era Señor -. En tiempos de escasez todas acuden ya al Intendente para su sustento. Todos hacen responsable al Gobierno de sus miserias, que siendo inevitables suceden por su culpa hasta incluso el rigor estacional (…)

Ciertas conexiones de las tentaciones por  la política de servirse de la Administración Pública para hacer amigos tendrían que ver sobre el mito del dogma wilsoniano de la ‘separación dicotómica entre  política y administración’ y su reflejo en la denominada era ortodoxa americana contenida en el aserto de Wilson  de que (…) los asuntos administrativos no son asuntos políticos. Aunque la política determina las tareas de la administración no se debe permitir que intevergan en sus oficinas. El campo de la administración es un campo de negocios (…). 

Al respecto nos dice Lepawski que el mismo Wilson tuvo sus dudas en la separación en el transcurso de las densas junglas y alturas inconcebibles de cualquier gobierno establecido. Aquellos académicos que aceptaron el dictum dicotómico tardaron más de cinco años en descubrir que ni el propio Wilson creía muy a fondo en su propio dogma, puesto que el admitió que solamente intentaba presentar “una introducción semipopular al estudio de la administración y hacer algunas críticas generales acerca de dichos estudios, desde los diversos puntos de vista”, más que entrar en la materia a manejar los temas típicos. Este periodo de cinco años se debe a la reedición de su artículo El estudio de la Administración en Pública (The Political Science Quaterly, vol, 2, junio 1887) en la que con el prólogo del editor se incluía la Carta de Wilson al profesor Edward Seligman de 11.11.1886). Nuestro maestro aquí nos revela que (…) el joven y entusiasta maestro  de gobierno en su estudio presentó no tanto una definición científica de administración como una oposición a los grandes males de sus días: robos en la política y el sistema proteccionista (…) Nótese que a raíz de magnicidio del presidente Garfield de 1881 se debió al enfado de un inspector de oficinas por un puesto no otorgado y su relación con  la ley Pendleton de reforma del servicio civil   de 1883.  Aduce nuestro autor que ya en su obra anterior Congressional Goverment de 1885  apostaba por una línea clara de distinción entre las oficinas políticas y las que no.


El arte y la ciencia de la organización y administración de Albert Lepawski (6):POSCORB siempre presente

 Lepawski nos dice que Luther Gülick como discípulo de Beard en la escuela de capacitación, le sucedió en su dirección para transformarla en el Instituto nacional  de Administración Pública, que llegó a ser el referente en Administración Pública  local, nacional e internacional. Junto a Charles Merriam formo parte del Comité de dirección administrativa en la presidencia de Roosevelt en 1930. Las funciones directivas presidenciales y las administrativas  de otros jefes ejecutivos tanto en el orden privado como el publico comprenderían las actividades del acróstico POSDCORB. 

La generación encabezada por Gülick y Urwick argumentaron con supuestas bases científicas, que existía un determinado número de ‘principios de administración’ que podían guiar el análisis científico. Sus postulados tuvieron gran aceptación tanto en la administración privada como en la pública.   Gülick hablaría de “Principios de administración” (1937), Urwick hablaría de “Elementos de  administración” (1943)  o  Mooney  de “Principios de organización” (1946). Esta generación – llamados escuela neoclásica. -, junto con otros (Walker, Finer, Steane), seguiría la estela de la teoría fundante (clásica) de la administración científica/general de  Taylor/Fayol sobre los que se ha pretendido crear el enfoque técnico o de la función administrativa de la Ciencia Administrativa en función de su universalidad, teorización de causalidad o  su condición de, proposiciones, definiciones, axiomas o reglas de acción para el éxito organizativo. 

A mi juicio  es  la Teoría de la organización aplicada a la  Administración Pública, con especial relevancia en las especificaciones de la Teoría administrativa del Estado de Fayol  y el definitivo y sintético   POSDCORB.   Mientras Taylor en 1911 propuso  unos “Principios de la administración científica” (planeamiento; preparación; control y ejecución), cuatro años más tarde Fayol se referiría a otros  “Principios de administración general”  (división del trabajo; autoridad; disciplina; unidad de mando; unidad de dirección; subordinación; remuneración; centralización; jerarquía; orden; equidad; estabilidad del personal;  iniciativa; y  unión del personal).

 Fayol  identificaría también  cinco “Reglas o deberes de la administración”;  Planeación; Organización; Dirección; Coordinación; y Control. De estas reglas surgiría el POSDCORB, en un trabajo intitulado Notas sobre la Teoría de la Organización  de  1937 de  Gülick dirigido al  Comité parlamentario americano Brownlow.  El acrónimo indica los pasos en el proceso administrativo: 

Diría el autor (…)Ante la  dispersidad reinante sobre el contenido de  " administración " y " gestión " los autores se preguntan ¿Cuál es el trabajo del jefe del ejecutivo ?¿Cuáles son los elementos funcionales de la obra de un director ejecutivo: POSDCORB es la respuesta y su  elementos son los siguientes : (P)planificación, (S) dotación de personal ,(D)dirección, (C) coordinación , (R) presentación de informes y (B)  elaboración de presupuestos(...)

Esto se entiende en su concreción como lo siguiente:

Planificación: La planificación se refiere al establecimiento de un borrador amplio del trabajo. Es lograr y el proceso incorporado para implementarlos.

Organizar implica definir, sincronizar y clasificar formalmente las diversas subdivisiones o subprocesos del trabajo.

Dotación de personal: La dotación de personal implica seleccionar y contratar a los candidatos correctos para el puesto. Y facilita su formación y orientación a la vez que mantiene un entorno laboral prometedor.

Dirigir: Dirigir implica delegar instrucciones y órdenes estructuradas y de toma de decisiones para cumplirlas.

Coordinar: Coordinar se refiere fundamentalmente a puntuar e intercalar los múltiples mecanismos del trabajo.

Informes: Los informes contienen actualizaciones frecuentes al superior sobre la mejora o las actividades relacionadas con el trabajo. La distribución de la información puede realizarse mediante inspección o registros.

Presupuestación: La presupuestación comprende todos los sucesos relacionados con la contabilidad, el control de auditoría y la planificación fiscal.

Frente al esquema Fayoliano – del que el mismo Gülick fue gran difusor en USA-  en su acrónimo se redefinieron las reglas de  Administración.

Gülick y Urwick difundieron el término ciencia administrativa y son considerados como la nueva escuela clásica de la teoría de la organización con la  fuerte convicción de la universalidad de sus “principios administrativos”, contribuyendo al acrecentamiento  del prestigio de estos y de subsecuentes teorías administrativas generales y de negocios como marcos teóricos buenos para la cura de cualquier tipo de enfermedades administrativas, fuera en el contexto público o privado, o se tratara de una nación industrializada o de una eminentemente agrícola.

Para  Gülick la Ciencia de la Administración sea esta privada o pública, el bien básico es la eficiencia. El objetivo fundamental de esta ciencia es que se haga el trabajo con el menor gasto. La eficiencia es así, el axioma número uno en la escala de valores de la  administración. Esto lleva a la  Administración Pública a un conflicto aparente con otros elementos de la escala de valores de la política. Waldo, como hemos señalado recientemente en su capítulo 10 de su Estado Administrativo, reelaboración esta idea de eficacia hacia una ideas más próxima a la de eficacia y equidad pública. 

Lewis Meriam de nombre Lewis en su Public service and special training de 1936 diría  que este acrónimo era un réglalo de los dioses para cualquiera que quisiera dar un curso de Administración Pública, puesto que proporcionaba siete perchas de las que dependen todos los hechos y principios comunes a todas las posiciones  administrativas, pero, contenía el fallo de haberse omitido en el acrónimo la letra que supusiese la necesidad del conocimiento de una especialización.


El arte y la ciencia de la organización y administración de Albert Lepawski (5)

 Otras cuestiones curiosas, aunque menos controvertidas, nos muestra Lepawski como la de que la primera escuela de gobierno en USA fue el colegio Willian y Mary de Williamsburg  (Virginia) fundado en 1700 donde estudio el presidente Washintong (ingeniería civil)  y fomentada por  el otro Jefferson, quien insto en 1825 la introducción de lo que se estudiaba bajo el nombre de Polizewiesenchaft en Alemania, que llego a estudiarse durante una centuria bajo el nombre de policía como algo parecido   a la moderna Ciencia de la Administración  (Cfr. Lepawski).

En USA las universidades de ciencias políticas acogieron departamentos de Administración Pública gracias a que  buena parte de los eruditos más avanzados en Administración Pública estudiaron  Verwaltungwiessenchaft en Alemania (Vg. Goodknow,Burguess, Reinsch,Freund,Merriam,James, Munro,…). Dato curioso para entender las diferentes ñpopsciones acerca de la ‘administración’ del ‘gobierno’ o del ‘Estado’ en algunos pensadores USA, sabiendo que la diferencia principal en términos comparados es que en USA se elaboró una constitución sin Estado previo, mientras que en Europa los Estados precedieron a  sus constituciones.

Brooks Adams (bisnieto del presidente Adams) en su Teoría de la revolución social de 1913 sostuvo que la función principal de la administración  era la de facilitar los cambios sociales o paradójicamente, como parecía a primera vista, asegurar la estabilidad social facilitando dichos cambios. Añadía que regularmente son precisamente en los asuntos de administración en los que las civilizaciones se derrumban, aunque no siempre, puesto que ha suido por las dificultades administrativas las  que  han sido originado las revoluciones. W. Donham Decano de la escuela de negocios de Harvard, señalo en 1936 en su Teoría y práctica de la administración que si la civilización americana se derrumbase seria principalmente por causa de un derrumbe administrativo.  La importancia del fenómeno administrativo señalada por Adams fue acogida  claramente por Donham como por los principales administrativistas de la época tales como Gauss o Appleby. 

  Para el profesor Burham según su obra Revolución Gerencial de 1941 los gerentes se habían apoderado de la moderna sociedad y ese apoderamiento significaría un cambio de una sociedad capitalista hacia otra de tipo directivo con una tendencia cada vez mayor hacia la administración. Ejemplo de ello seria el New Deal  - y su modelo ejemplar  TVA (Tenesse Valley Authority) habría que añadir -, de la misma manera que había sucedido con el estalinismo o el nacional socialismo.

Merriam – de quien sabemos su notable ascendencia en su alumno Laswell como precursor de la ciencia de políticas -  criticó esa posición negativa hacia el gerencialismo desde su consideración de  asesor presidencial para asuntos la dirección de asuntos públicos, pues en su Políticas sistemáticas de 1945 denominaría a los  órganos de gobierno como el órgano administrativo. En contra de Burham, para Merriam  los gerentes no eran una nueva casta amenazadora, sino unos técnicos cuyos servicios resultan indispensables para la evolución de la sociedad moderna.

El gran Charles Beard – director de la Escuela de capacitación para el servicio técnico de Nueva York de 1917, como primera organización USA para estudio sistemático y científico de la Administración Pública y  pionero del practicum en Administración -    en su Public Policy and General Welfare de  1951 afirmó que cualquiera que fuese a el porvenir, la ciencia administrativa será el instrumento esencial del bienestar de la Humanidad. Beard a mi juicio representa en la universalidad del pensamiento administrativo representa el maximalismo de la cientificidad de la disciplina. La comparó  a la física   y al administrador con un ingeniero , y superior, a la economía de tal manera que la consideró la ciencia llave de la civilización contemporánea. Para Beard el administrador se parece al ingeniero que construye una planta motriz. Usa materias y recursos humanos para conseguir propósitos. Hay en la administración cosas análogas a los procesos mecánicos o a las secuencias deterministas (Cfr. “Entrenamiento para un eficiente servicio público. Anales de la academia americana de Ciencias Políticas y Sociales” en  Administración Pública y partidos políticos, 16, 1916.)

En su  Conferencia anual de la asociación para la investigación gubernamental de  08.09.1939 intitulada  Filosofía, Ciencia y Arte de la Administración Pública,. Diría(…)si por ciencia se entiende un sistema conceptual de cosas en que a todo aspecto particular comprendido en él pueda asignarse un valor matemático y expresarse exactamente en una ecuación diferencial, entonces la  Administración no es una ciencia. En este sentido solamente la  astronomía merecería la categoría de ciencia, y no está de más recordar que las leyes mecánicas del cielo no nos dicen nada acerca del color y la composición de los astros y todavía no ha podido saberse la causa de ciertos trastornos y explosiones que parecen ser accidentales. Si, por otra parte, podemos emplear correctamente el término ciencia en relación con un conjunto de conocimientos exactos, derivados de la experiencia y la observación, y un conjunto de reglas y axiomas que la experiencia ha demostrado ser aplicables en la práctica, y funcionan en la práctica aproximadamente como se previó, entonces podremos, si así nos parece, apropiadamente y por conveniencia, hablar de una Ciencia de la Administración (…).

Esta Ciencia (…) tiene tanto de ciencia general como puedan tener la economía, la psicología o la biología, y más de lo que tienen la historia y la política. El diccionario inglés de Oxford dice que una ciencia  es, entre otras cosas una determinada rama de  conocimientos o estudios; un reconocido departamento del saber. Yo, por mi parte, prefiero limitar el término ciencia a los conjuntos de conocimientos que sean totalmente deterministas en sus reglas y axiomas. Pero con esto se excluirían la mayor parte de las ciencias naturales y, además, la raza humana, como demuestran los diccionarios, persiste en emplear el término ciencia en su sentido etimológico y más amplio. Me inclino ante el veredicto del uso y, además, no encuentro palabra más conveniente y exacta que el término ciencia para expresar el conjunto de conocimientos y prácticas a que se da el nombre de administración (...)

Dijo que la Administración (…) tiene tanto de ciencia como la economía, Es, a mi juicio, mucho más ciencia. La economía ha sido y todavía es primordialmente descriptiva. Trata de describir la conducta de vastas masas de seres humanos actuando dentro de naciones y entre éstas y el movimiento de fenómenos tales como precios, salarios y cambios. Los cálculos del economista están constantemente sujetos a cambios violentos determinados por la política, cambios que son inapreciables e incalculables. El conjunto inglés de conocimientos económicos no puede aplicarse con exactitud en Alemania o en Rusia. Además, el economista no es un operador. No hace funcionar ferrocarriles y fábricas, y pone a prueba sus teorías aplicándolas a realidades prácticas. No tiene nada que ver con los concretos  problemas de iniciar una operación o un sistema. Salvo raros casos, el economista no es más que un observador automáticamente. El administrador se parece más al ingeniero que construye una fábrica de electricidad, es decir, se ocupa de la realización de propósitos humanos conscientes por el uso consciente de seres y materiales humanos.  En otras palabras, hay en la administración cosas análogas, si no idénticas, a las series mecánicas de secuencias determinantes que existen en la  física (...)

Ciencia aplicativa de otra parte pues (…) Si, por ejemplo, ha resuelto el gobierno cumplir el propósito de que se pague indemnización por accidentes del trabajo a hombres y mujeres y de acuerdo con determinados tipos, puede el administrador, lo mismo que el ingeniero, estimar por adelantado lo que probablemente costará el cumplimiento de tal propósito, indicar los tipos de funcionarios que harán falta para administrar la ejecución; y los procedimientos administrativos apropiados para toda la tramitación, desde el principio hasta el fin Podemos afirmar que hemos logrado ya reunir un enorme conjunto de conocimientos exactos y utilizables en el dominio de la administración (…).

Añadiría por último (…) Además, y esto es de suma importancia, los jóvenes, hombres y mujeres, que hayan llegado a dominar más o menos los principios, máximas y axiomas, de la ciencia administrativa, pueden ahora, mediante lo que se llaman prácticas de servicio, fortalecer sus conocimientos formales mediante experiencias vividas en y con la administración. Existe, pues, una Ciencia de la Administración en el sentido en que yo he empleado el término, y esta ciencia puede enseñarse, aprenderse y utilizarse. No hay nada que determine si debe enseñarse en las universidades, pero si éstas tienen un encendido y vivo interés en lo futuro de nuestro gobierno y civilización, enseñarán esta ciencia, y los funcionarios públicos y los políticos tomarán nota de esto, con lo que s se beneficiarán y mejorarán los servicios públicos como resultado de ello (…)


El arte y la ciencia de la organización y administración de Albert Lepawski (4)

 Ya desde la  década de 1920 existía  un Consejo Central de Organización científica del Trabajo, Producción y Administración y los soviéticos emplearon numerosos ingenieros alemanes y norteamericanos, pero paulatinamente la dinámica administrativa giró hacia un versión mas sovietizada aplicando al movimiento los nombres de los héroes de la madre patria como el de minero Stajanov (destajo soviético) o  el del soldado Matrosov.  

No sé si esta paradoja tal vez no sea más que una anécdota si se apuesta sobre la neutralidad del ‘como’ administrativo – visto lo que nos demostró Tocqueville sobre la ventura de la administración del ancien régime y la revolución -  o tiene su relación causas –efecto con la magna disonancias cognoscitivas (teoría-praxis), es el ímpetu revisionista  del  dogmatismo marxiano que condujo a  un capitalismo de Estado y la propia burocracia como una nueva clase social  apoyada sobre todo por un cruel e implacable aparato represor como fue el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD) que  tuvo sus propios planes de producción mediante los campos de trabajo soviéticos  en actividades de minería, construcción, carreteras, ferrocarriles, canales, diques, fábricas o  tala de bosques.

Tras el comunismo de guerra inicial, en el capitalismo de Estado de 1921 (NEP) y los planes quinquenales a partir de 1935 se utilizaron técnicas de gestión en las empresas y administración de la URSS propias  de modelo americano.  Algunos de los más serios críticos norteamericanos sobre la dirección rusa expresaron, durante la crisis de la Segunda Guerra Mundial, gran admiración por los líderes rusos, como "administradores muy capaces.  

Vemos aquí otra  paradoja más contra tabulas  observando que en un mismo tiempo  dos modelos antagónicos predicaron el mismo sistema de administración – el mejor de entonces, ya que  hasta  la primera mitad del S. XX la administración científica desde 1911 era el evangelio y Taylor su profeta – pues el taylorismo al igual que  la burocracia weberiana pretendía aportar eficacia y eficiencia al sistema organizativo empresarial. La denominada ‘administración científica’ es la racionalización que hace de los dos métodos de ingeniería aplicados a la administración en la que se  desarrollan investigaciones experimentales orientadas hacia el rendimiento del obrero. A la época de la evolución del pensamiento administrativo se le ha designado como la etapa científica, principalmente porque a finales del Siglo XIX e inicios del Siglo XX, varios autores se mostraron interesados en investigar desde el punto de vista "científico" la problemática que presentaban las empresas industriales, principalmente por la producción a gran escala y en forma estandarizada. Es de suponer que  los estudios de las escuelas de  administración de la Rusia de entonces esto fuera conocido.

  Entre la antagonista URSS y el mundo capitalista-democrático  con distintos ‘qué’ político-funcionales pero con un  mismo ‘cómo’ administrativo se desarrollarían dos mundos enfrentados nutridos por la Ciencia de la Administración, en su versión científica (americana) desde una administración sistemática precursora del XIX y europea  (Babbage,Towne, Wharthon).

Mas contradicciones encontramos incluso entre las familias allegadas ideológicamente, pues  entre lo marxiano y lo marxista  es que la burocracia acabo siendo un instrumento disfuncional a la ideología dominante como se denunció implacablemente en los ’50 del siglo XX  – desde posiciones antileninistas-estalinianas y próximas sobre todo al troskismo – a la praxis en la URSS del socialismo real al haber un sistema antisocialista de capitalismo de estado regido por la nueva casta burocrática que ejerció de facto como agente capitalista. Esta casta  como avisaría  Bakunin y  Proudhon fue posible por la paulatina degeneración del  partido bolchevique, al burocratizarse pudo burocratizar el Estado también, debido sobre todo al abandono de la perspectiva revolucionaria internacional para sostener una  engañoso y contrarrevolucionario socialismo nacional. Troski añadiría que ahora los medios de producción pertenecen al Estado, y este a la burocracia. Una casta privilegiada porque no sujeta a las  tensiones del capital-trabajo de todo productor y por mor del la innamovilidad en el cargo se muestra como soldado al régimen, identificado e interesado con su permanencia, convirtiéndose  como una casta parasitaria contraria a los intereses proletarios. Dominación burocrática ejercitada por un partido centralizado, militarizado dirigió por profesionales obviando a la clase obrera. El componente social de esta nueva clase explotadora fueron los cuadros del partido, sindicatos,  dirigentes estatales y de industria, administradores y técnicos,magistrados y policías, artistas, detentadores del poder y privilegias del sistema, que pudo constituir hasta un 15% de la población. Mismos roles que aquellos que sostuvieron al absolutismo y al capitalismo en el XIX, pero distintas personas con distinto origen social y en pocos casos los mimos actores con distintos collares . Los nuevos burgueses soviéticos (sobvour) a su disposición un coche, un buen alojamiento, vacaciones regulares y que recibe el máximo de sueldo fijado por el partido difiere de la del comunista que, trabajando en las minas, gana de 50 a 60 rublos por mes. Trotski, invocando las  famosas tesis de abril de Lenin acerca de que  los sueldos de los más altos funcionarios no deben superar el salario medio de un buen obrero, denunciaría que por la envergadura de la desigualdad en la retribución del trabajo, la URSS ha alcanzado y ampliamente superado a los países capitalistas. ¿Cuántos trabajadores saben, el salario medio de un obrero ruso no llega a 3.000 rublos anuales, mientras los presidentes y vicepresidentes de la Unión y del Consejo de las Nacionalidades reciben 300.000? Lejos estamos de la reivindicación que Lenin

El proletariado ruso es equiparable en situación social de los países capitalistas, e incluso peor al  no disponer de instrumentos de lucha sindical o política. La  única diferencia  entre el capitalismo privado y el Estado en la URSS es que los capitalistas controlan los medios de producción a través de la propiedad privada y la burocracia rusa merced a su aparato administrativo dominando  los medios de producción colectivos merced a una organización jerarquizada. La clara diferencia de clases soviética se basa en una jerarquía funcional que sitúa en lados opuestos  trabajadores y a dirigentes industriales, rigiendo ahora por un «cada uno según sus medios ya cada uno según su trabajo», que ha sustituido a la tradicional fórmula marxista «cada uno según sus capacidades ya cada uno según sus necesidades»

La gran paradoja no permite justificaciones  pues Troski dixit  (…)la restauración capitalista se ha llevado a cabo en la URSS, bajo la forma, diremos una vez más, de un capitalismo de Estado. La burocracia rusa es la nueva clase social poseedora, dominante, explotadora (…) o Bujarin de que  (…)la estructura de la sociedad en capitalismo de Estado supone aún, además de! la agravación de la situación de la clase obrera, su esclavización efectiva al Estado imperialista (…).

Si siguiéramos tirando del hijo de lo que puede dar una investigación comparadas llegaríamos a entender lo entresijos socio-politológico, y con el examen de la verdad  histórica, el problema del mundo no son tanto las ideologías o las religiones, sino el conflicto de clases sociales (Patricios-plebeyo/opresores-oprimimos).


El arte y la ciencia de la organización y administración de Albert Lepawski (3)

 Ya en la URSS Lenin , alumno de una escuela de Administración, propuso la administración científica de Taylor como modelo a seguir en proyecto comunista. Así en 1918 – antes de la NEP -  diría asombrosamente (…) La posibilidad del socialismo se verá determinada por nuestra capacidad de combinar la ley soviética y la organización de la dirección con las últimas medidas progresistas de del capitalismo. Debemos introducir en Rusia la enseñanza del nuevo  sistema Taylor y su adaptación a la experimentación  sistemática( …) 

Propuesta que también asumió en 1924  Stalin aunque  ya en el marco de la NEP en 1924 afirmaría   en "Los Fundamentos del Leninismo" 

(…)El Leninismo es una escuela donde el estudio de la teoría y práctica del leninismo produce un tipo especial de funcionario del Partido y del Estado, una clase especial de estilo en el trabajo' ¿Cuáles son las características de este estilo? ¿Cuáles son sus peculiaridades? Son dos: Celo  revolucionario inspirado por el espíritu ruso y espíritu práctico para los negocios, inspirado por el ejemplo  norteamericano. La combinación de estas dos características tanto en el trabajo del Partido como en lo que concierne al Estado, lo que constituye lo que nosotros llamamos "estilo" de nuestras actividades. El celo revolucionario es el antídoto contra la pereza, el rutinismo, el espíritu conservador, la apatía de pensamiento, adherencia de esclavo a las tradiciones y a las creencias de los ancestros. El celo revolucionario es una fuerza llena de vida que estimula el pensamiento, conduce a la acción, lanza las cosas inútiles al limbo del olvido, y abre los umbrales del futuro. Sin tal celo, no hay progreso posible. Pero esto tiene una limitación, tomando en cuenta que tiende a inflarse a si mismo con palabrería revolucionaria, mientras no esté  combinado con una cabeza equilibrada y una actividad llevada a la manera de los negocios, empapada del espíritu norteamericano. No faltan ejemplos de la degeneración a que nos referimos arriba. ¿Quién no tiene experiencia de la enfermedad fatal de "planeación revolucionaria" o de "proyectos revolucionarios" que se urden en la ciega creencia de que un decreto puede cambiarlo todo, o de que puede poner orden en el caos? Nadie ha ridiculizado esta creencia falsa en los decretos y planes con mayor efectividad que el mismo Lenin, Lenin tenía el hábito de contradecir la garrulería revolucionaria, imponiendo tareas comunes, diarias, enfatizando además el hecho de que la fantasía revolucionaria es opuesta por completo al espíritu y práctica del Leninismo. Podemos leer en The Great Initiative de Lenin: "Menos palabras rimbombantes, y más deberes diarios. . . menos charla política y más atención a los hechos 'simples Pero vivientes de la construcción del comunismo". El mejor antídoto contra la fantasía revolucionaria es el trabajo práctico imbuido del espíritu norteamericano. La seriedad en los negocios y el ambiente práctico, es una fuerza insaciable, que no reconoce obstáculos, que por un raro absurdo, lanza a un lado todo lo que impida el progreso, que invariablemente lleva a cabo las cosas que se ha propuesto (aunque sea ilícito) y sin la cual no es posible logra  ningún trabajo genuino de construcción. Pero el espíritu norteamericano, práctico y de negocios es muy fácil que se degenere en un comercialismo estrecho de criterios y sin principios, cuando no esté aliado con el celo revolucionario. Quien no ha tenido noticia de algunos casos en que ese comercialismo sin principios y de criterios estrechos, haya conducido a alguien que se diga bolchevique hacia caminos equivocados contra la causa revolucionaria? Nadie ha ridiculizado tanto esta enfermedad del comercialismo con mayor agudeza que el mismo Lenin. Lo estigmatiza como un practicionismo estrecho, y como un comercialismo sin sesos. Estaba acostumbrado a contrastarlo con el trabajo viviente de la revolución; haría hincapié en la necesidad de visión revolucionaria en todos los aspectos de nuestro trabajo diario; y pondría especial énfasis sobre el punto de que el comercialismo está tan opuesto al verdadero espíritu del leninismo, como lo está la fantasía revolucionaria. La combinación del celo revolucionario con el espíritu práctico, constituye la esencia del leninismo según se manifiesta en el trabajo público y del partido (…)

Hemos recogido la cita tal cual  porque no tiene desperdicio y es otra de las grandes disonancias teórico-practicas en la política y su a ejercicio de la administración. Stalin sin  ambages ni temores combina un ‘que’ ideológico con un ‘como’ presuntamente heterodoxo por contrarrevolucionario – eso en un ambiente de política internacional muy distinto al posterior, pues el mismo Stalin puertas adentro declararía que sin la ley de préstamo y arriendo americano de 1941 no habrían derrotado a Hitler.   

Lepwaski señala que la admiración soviética hacia las técnicas de dirección  norteamericanas, se combinaron  con una intensa devoción hacia la ideología soviética en todos los niveles, tanto en los hombres  comunes como en los líderes políticos del momento revolucionario, pues Molotov - también un brillante estudiante de asuntos directivos - puso esta idea en terminología soviética cuando defendió en 1934 una formación técnica, industria y proletaria. En 1935, de nuevo Stalin, consideró el adiestramiento de los funcionarios de  formación industrial y técnica corno uno de los proyectos más importantes del segundo plan soviético de cinco años. 


El arte y la ciencia de la organización y administración de Albert Lepawski (2)

 Sobre la URSS cuenta la  experiencia administrativa importada de USA a principios del Siglo XX copiando a la 'administración científica' (rutina,capataces, destajo, ergonomía, estandarización, medición de tiempos,… y que fue el inicio de la evolución al  fordismo, hoy, toyotismo) propuesta en 1911 por americano Frederick Taylor, la cual, mientras que  paradójicamente le costó implantarse en suelo americano por inhumana y un tanto exclavista por los sindicatos USA, fue muy venturosa en la URSS. Mientras en USA ni pudo comenzar en los  establecimientos militares por mor de la oposición sindical, en la URSS contó  nada menos que con un  emprendimiento político cuasimilitar de la mano de personajes como Lenin, Troski o Molotov.

A saber según Lepaswki;

(…) Durante dos años los socios más cercanos de Taylor estuvieron trabajando para un cliente importante “el arsenal del Ejército de los EEUU de Watertown,  Massachusetts, cerca de Boston, donde, además de artillería, se fabricaban otras armas. Watertown, al igual que otros arsenales y astilleros del gobierno, estaba saturado de procedimientos burocráticos y de normas laborales sindicales; además, los costes eran altos y la productividad baja. Los directivos del arsenal, todos ingenieros, estaban interesados en los métodos de Taylor para mejorar las operaciones. Taylor se dio cuenta de que si sus seguidores tenían éxito en Watertown, la Administración Científica tendría un recibimiento entusiasta en otros arsenales y astilleros, y las instalaciones del gobierno se convertirían en un foco de publicidad eficaz.

Durante dos años, los socios de Taylor trabajaron en Watertown e hicieron progresos rápidamente: reorganizaron el taller de máquinas, introdujeron métodos de administración y redujeron costes. Luego, en junio de 1911, cuando el furor por los artículos de The American Magazine estaba en pleno apogeo, los directivos del arsenal cometieron un error garrafal. Deseosos de identificarse con el ahora popular -movimiento de la Administración Científica y de acelerar su aplicación, introdujeron por su cuenta los estudios de tiempo y un plan de compensaciones en la fundición; los trabajadores, alarmados por dichas innovaciones, se fueron a la huelga. La huelga, sin embargo, fue breve y no impidió que los expertos continuaran con su labor, pero fuera de  la planta se desató un gran revuelo político que amenazó todo lo que se había logrado hasta el momento.

Los líderes de los sindicatos del metal a nivel nacional estaban preocupados por la introducción de la Administración Científica en las fábricas del gobierno: El ataque de Taylor al statu quo industrial implicaba oponerse no sólo a los capataces todopoderosos y a los industriales reaccionarios, sino, en este caso, a los sindicatos y a la negociación colectiva. Si Taylor tenía éxito, ¿habría lugar para la negociación colectiva a la hora de establecer los salarios? La respuesta era aparentemente «no». Los líderes sindicales podían hacer poco para detener el avance de la Administración Científica en la industria privada, ya que no había sindicatos en la mayoría de las plantas afectadas. Sin embargo, los centros del gobierno estaban muy bien organizados; es así que los líderes sindicales iniciaron una serie de protestas políticas que desembocaron en una investigación del Congreso y finalmente en la promulgación de leyes que prohibían los planes de incentivo en las plantas industriales del gobierno. Se evaporó así no solo la oportunidad de introducir la administración científica en otros arsenales y astilleros si no que además el movimiento tendría que enfrentarse a un enemigo decidido y bien organizado (…).


Paradojas y curiosidades en la historia y pensamiento administrativo: El arte y la ciencia de la organización y administración de Albert Lepawski (1)

 En entrada “Nuevos escenarios de pensamiento en Administración Pública: Administración Pública comparada (2)” dije que  esta  obra de 1949 ha sido mi favorita en la materia, ya que el profesor de la Universidad de Alabama Albert LEPAWSKY a lo largo de la obra cuenta paradojas y experiencias - casi inimaginables para aquellos días de cerril dogmatismo ideológico – sobre diversos países de las que vamos a comentar algunas .

Sobre Reino unido; nos da cuenta del normativo  modelo democrático de separación político-Administración: “Los axiomas de Whitehall” -  Whitehall’ – sede del ejecutivo inglés por contraposición al Westminster palamentario – fueron la  teoría y práctica del gobierno expuesta por Theodore Morrison en su trabajo las tradiciones del servicio civil, anclada en una relación experto-hombre común. Según  estos axiomas;

 1.- El funcionario debe presentar a su jefe político todos los argumentos a favor y en contra de un decisión de manera completa e imparcial.

2.- Una vez se ha tomado la decisión, el funcionario debe llevarla a cabo con total lealtad más allá de sus preferencias.

3.- El servicio civil es el responsable de la continuidad de la política, es el corrector del gobierno de partido, su única preocupación es el bienestar de la nación y sus propuestas lo son en función del interés general.

4.- El funcionario guarda absoluta discreción sobre la autoría de la decisión y es el político el que asume la responsabilidad de su éxito  o fracaso.

  Práctica  esta ya  plasmada  el susurro entre el Juez y el escribano en la escena en Ipswich de la obra Pickwick de Charles Dickens.

En un estudio de sistemas comparados se decía que para tener éxito necesitaba bien del apoyo interno mediante el férreo control administrativo (Alemania) o la autodisciplina del pueblo (caso de Inglaterra) Los estudios empíricos revelan que en el modelo político de Inglaterra de la postguerra, -  tendencia del fabianismo británico, del socialismo ingles y del gobierno laborista - se orientaron hacia el establecimiento de órganos de dirección y gobierno.  En  1948  en The Front Office goes socialist Einzing da cuenta que el seguimiento de los  axiomas  permitió la aplicación gradual del socialismo en Gran Bretaña, desde 1945 que no vino  acompañada de purgas entre los directores, ni siquiera en las formas menos drásticas de los reajustes generales. Mientras se designaban políticos que sabían poco o casi nada del trabajo a  hacer, el gobierno era lo suficientemente realista como como para preferir ejecutivos de gran experiencia. Aplicando los axiomas la implementación  gradual del modelo desde 1945 no fue acompañada de purgas entre los directivos ni siquiera en las formas menos drásticas de reajustes generales. Ante los cambios,  prefirió políticos que no sabían nada pero manteniendo a los anteriores directivos con experiencias tanto en el gobierno con en las nuevas empresas nacionalizadas, a quienes mantuvieron niveles retributivos similares a los del ámbito privado. 

Estos axiomas de Whitehall son Ciencia de la Administración  normativa y  Morison se refiere a ellos en 1926 como una tradición del servicio civil británico y una teoría y práctica del gobierno  inglés como paradigma de la separación política-Administración anclada en una relación experto-hombre común, según la cual fundamentalmente  el funcionario debe presentar a su jefe político todos los argumentos a favor y en contra de un decisión de manera completa e imparcial y una vez se ha tomado la decisión, el funcionario debe llevarla a cabo con total lealtad más allá de sus preferencias.