“Hay que obedecer lo que
predican los filosófos y no lo que hacen” frase de Séneca,
que puede conectarse con aquella de un maestro alemán del derecho Público
decía de otro también de su fuste “Habla
como Dios, escribe como los Ángeles, pero come como un cerdo”
Mujica, presidente de Uruguay hace pocos años o Vraclav Havel en
Checoeslovaquia en los ’90 del siglo pasado, han sido lideres políticos
legitimados no por su ideología sino por su acción honestidad y cercanía con su
pueblo. La honestidad tiene mucho que ver con el pasado prepolítico, con su
currículo veraz y, en suma, con su coherencia vital. SI quieres conocer la
honestidad de alguien pregúntate cómo se ganó el dinero y luego en qué se lo
gastó.
Muchos políticos critican en el foro lo que ellos hicieron antes y lo
hacen desde una supuesta ideología a la que se adhieren o crean (nazionalismos
– nacionales o regionales -; supuestos valores culturales o religiosos;… ismos)
pero lamentablemente nada nuevo ideológicamente, que no fuera creado en el
momento de la megarrelatos y cosmovisiones de la civilización humana entre el
Siglo IV y el IV antes de Cristo.)
Napoleón, como hombre de acción, menospreciaba a las ideologías (termino
de los enciclopedistas) por ser meras creaciones mentales como oposición
al estudio de las cosas materiales, pues el reino del político es la realidad.
Dicho en términos politológicos el resultado y legitimación de la acción de
gobiernos son las políticas publicas concretas y en términos de nuestra
adscripción filosófica del ‘personalismo comunitario’ como lo universal en el
hombre y en la humanidad, que no conlleva a ideología alguna, ya que hay ideas
o pensamientos que no nos permiten ver la realidad tal cual es, pues como
prejuicios que nos impiden acercarnos a la realidad.
Mounier en los ’50 mostraba el personalismo comunitario como alternativa
a los ismos de su época (comunismo y capitalismo) con una frase sin igual para
su entonces y el nuestro; “la revolución moral, será económica o no será; la
revolución económica será moral o no será”.
No se trata pues de una diatriba contra las ideologías, sino de
despreciar políticamente a aquellas perniciosas para la persona individual y en
comunidad, así como a los políticos incoherentes con sus ideologías de
referencia, tanto en su comportamiento pasado, presente o de futuro, y
para este último que mejor herramienta que el análisis de políticas como acción
evaluativa de la acción de gobierno ya pasado en su fase de ejecución como para
el futuro en las propuestas de diseño o en los objetivos perseguidos.
Las políticas son el Estado en acción mediante la acción gubernamental, según lo que sigue;
Las políticas son el Estado en acción mediante la acción gubernamental, según lo que sigue;
(…) El análisis o evaluación
de la acción pública –que entendemos hic et nunc como equivalentes– sustentado
en el análisis de políticas, tiene por objeto investigar si los medios
jurídicos, administrativos y financieros aplicados permiten lograr los efectos
esperados de dichas políticas y la consecución de los objetivos asignados7. Es
una actividad institucional que tiene vocación de integrarse en la Gestión
Pública y en el funcionamiento del sistema político. La evaluación supone
conocer para mejorar la acción y aunque la mayoría de las veces se
identifica la evaluación con una acción a posteriori, para algún sector
doctrinal también puede realizarse tanto en el diagnóstico, como en la fase de programación
y se centra en los objetivos de la política o programa y a la par en las
necesidades de los usuarios o beneficiarios (…)
Recomendamos
especialmente la lectura de;
- Las
Cartas a Olga de Havel.
-
Ideología
y Verdad
de T. Geiger.
-
El
personalismo como anti ideología de J. Lacroix.
-
La
Psicología de las masas de G. Le Bon.
-
Evolución
de modelos y enfoques para el análisis de la “acción pública”: del discurso a
una nueva dinámica normativa de J. Pinazo Hernandis
