HOOD y JACKSON dan otro
sentido a la ‘filosofía
administrativa’, ésta es un cuerpo de
enseñanzas doctrinales que goza de una amplia aceptación en un lugar y en un
momento dado (Cameralismo Alemán, el Utilitarismo Británico, y la
Administración Pública Progresiva). Las
filosofías administrativas son doctrinas que han sido aceptadas, que afectan la
agenda gubernamental en lo concerniente a cuestiones de diseño organizacional
mediante el establecimiento de un clima de opinión relativo a dichas
cuestiones. Las filosofías
administrativas que gozan de aceptación en un momento dado, son típicamente
rechazadas u olvidadas en otro momento. El
marco de referencia que rodea a la filosofía administrativa está
dirigido a explicar la agenda gubernamental, teniendo en consideración
cuestiones de diseño organizacional en un lugar y en un momento dado.
En su obra la argumentación administrativaexplican el desarrollo teórico de la
Administración Pública no como una búsqueda de grandes verdades y de
comprobaciones científicas, sinoentendiendo el conocimiento en la misma como un
conjunto de doctrinas,no sujetas a verificación. Es decir, las doctrinasadministrativas no se
evaluarían en función de su contenido de verdad —fundamentoempírico— sino de su
credibilidad o aceptación.
El trabajo de Christopher Hood y
Michael Jackson es una investigación que
abarca el estudio de 99 doctrinas administrativas a lo largo del tiempo;
contempla el análisis entre doctrinas, filosofías y justificaciones, asumiendo
esos tres tipos genéricos. La obra enfatiza el por qué, en ciertos momentos de
la historia, una doctrina fue mejor aceptada que otra, por mor de una
buena retórica, las diversas nociones de
estado vigentes en cada período.
Los
autores no son ajenos a que el objeto de estudio de la Administración
Pública moderna es un campo lleno de controversias, con amplia contribución de
conceptos, teorías y metodologías, sin llegar a un progreso acumulativo de
propuestas: múltiples esfuerzos, pero erráticos, impidiendo una postura teórica
aceptada por todos. La discusión de si es una ciencia, una disciplina o una
profesión no ha terminado. La visión del concepto de Estado, que evoluciona
según las tendencias de cada momento; Cíclicamente el Estado es considerado
como el fabricante público de políticas, o a veces compitiendo con el sector
privado, en otros casos como el único eje de una sociedad entera, también en un
papel excesivamente ausente, entre otras posibilidades. Complica la situación
el hecho de que los aspectos sociales, sociológicos… se manifiestan, con
diferentes poderes de grupos, factores políticos, evolución de corrientes de
pensamiento, como positivismo o conductismo, por mencionar algunos. Constituye
un marco de referencia no muy claro y abundante, pero sin lograr el rigor
científico necesario para su cultivo como ciencia.
Los autores sostienen que el efecto
de una doctrina administrativa está en función de su credibilidad y no de su
veracidad, destacando el efecto persuasivo en la presentación de las ideas donde la metáfora y
la analogía cumplen un papel fundamental.
La retórica es comparada con un
código que abre una cerradura, que representa un problema, este código es aquel
discurso que es capaz de convencer. Profundizando este foco, los autores
introducen una distinción entre doctrinas, filosofía y justificaciones.
Así al comparase
dos filosofías administrativas: una
moderna la NPM de los ’80 y
el cameralismo del S. XVIII, llegan a la
conclusión de que ambas son fruto de la retórica.
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