En los
pioneros de la Ciencia de la Administración moderna observamos una radical y
convencida apuesta por la pretensión científica de la materia. BONNIN en sus Principios
de Administración Pública (1808)
diría al comienzo de su obra que las ideas generales de la Administración Pública
refleja la evolución social desde la
familia al pueblo y de este a la nación yo Estado, el cual es dirigido
por un jefe principal a quien se someten voluntariamente todos los asociados,
despojándose de una parte de sus derechos para conservar los demás a la sombra
del orden, emanado delas instituciones regularizadas. Para ello se
establecieron algunas reglas, que al experiencia y los progresos del
entendimiento han ido perfeccionando y he ahí lo que se llama Ciencia
administrativa,aquella que establece las relaciones entre la sociedad y los
administradores y del medio de conservación de estas mismas por la acción de la
autoridad pública sobre las personas y las propiedades en todo aquello que
interesa al orden social, llevando siempre en consonancia el interés público
con el privado.
Sin el
gobierno instituido para velar sobre el Estado, y sin la administración creada por la acción del gobierno en cuanto
al sostenimiento del orden, y la ejecución de las leyes y reglamentos, sería
imposible concebir a la sociedad misma; pues que ella no sería más que la
reunión casual y pasajera de miembros aislados, sin relaciones entre sí.
No
puede concebirse Estado sin convenciones
sociales, y por consiguiente, sin agentes subordinados al jefe que hiciesen
ejecutar en su nombre y bajo su vigilancia esas mismas convenciones; porque no
podría concebirse tampoco la gestión de negocios públicos sin funcionarios
instituidos para administrar en cada localidad, y encargados de desechar así
las relaciones de cada uno con la sociedad.
Sigue
Bonnin después estos principios haciendo hincapié de la necesidad de distinguir
entre Gobierno y Administración Pública, y establecer sus funciones pues dirá que (…)Para comprender bien la materia administrativa es preciso saber lo que se entiende por gobierno, para ver en
qué se diferencia administración, de la cual es el principio, y conocer después
cuáles relaciones necesarias y su influencia recíproca sobre la sociedad (…)
Para Lorenz
VON STEINen su Teoría de la Ciencia de la
Administración (1866) la tarea de la Ciencia de la Administración consiste
en demostrar para todas las funciones del poder político que forman el
contenido de la administración, la relación de causalidad íntima y vital que
corre entre las funciones específicas y la actividad administrativa y la más
alta distinción y perfección de todos los individuos, donde se tiene conciencia
sólo del Estado, nunca de organizaciones político-sociales inferiores.
Pero para Stein(…) la acción administrativa del Estado es un campo más vasto para el
examen no de una, sino de varias ciencias que constituyen el "sistema de
la ciencia política positiva", que está formado por el estudio del
ejército, las relaciones internacionales, las finanzas, la administración de
justicia y la administración interna, las cuales al mismo tiempo constituyen
ciencias autónomas.
Las cinco ciencias políticas tienen como
finalidad facilitar lo que constituye el libre y perfecto desarrollo del
individuo. He aquí el núcleo del concepto de los asuntos internos y la
acción relativa que se denomina
administración interior.Dentro de la Ciencia de la Administración Pública, la administración
interior comprende dos grandes apartados, uno general, otro especial. El
primero tiene un carácter general, y estudia el modo y los medios con los
cuales el Estado llega a la actuación de los deberes comunitarios y que a su
vez comprende a la estadística, la policía y la alta superintendencia. La parte
especial, por su lado, está integrada por el derecho internacional, las
ciencias del ejército, la ciencia de las finanzas, la administración de
justicia y laadministración de los asuntos interiores.
¿Cuál es el principio del Estado? El principio del Estado es, la elevación de los individuos que lo
componen; participando en algo superior, en la personalidad misma
del Estado, y, concretamente en los dos momentos que la integran, es decir, en
su voluntad (constitución del Estado) y en su actividad (administración del
Estado).
El principio del Estado exige, como
primer supuesto y, al mismo tiempo, como primera forma de realización, una
constitución para todos y la libertad política de los individuos.Para que la
administración sea leal al principio del Estado ha de tender al desarrollo
superior de los individuos, alcanzando en este respecto su forma más pura e
ideal cuando hace de la vida de todos los ciudadanos su única misión. Será más
imperfecta cuanto mayor es el número y miseria de aquellos que desatiende;
alcanza la perfección en la medida que sea más capaz de ofrecer todos los
medios para, el desarrollo de la personalidad. Tal es, pues, el segundo
contenido del principio del Estado(...)
Hay un
momento político (en la Constitución) y otro posterior (en la Administración) que además de suponer un enfoque político, lo es, sistémico y
funcional. Funcion a ejercer por el monarca social (Fürst prusiano) en contra del descrédito de las monarquías en
aquella Europa. Es decir, el enfoque
político supone el desiderátum de una Administración Pública al servicio de un
proyecto político, el progreso colectivo e individual, la democracia liberal y
social (libertad e igualdad), en el marco de un proyecto colectivo que
equilibre las satisfacciones individuales con las necesidades sociales.
Von Stein ya con anterioridad a su teoría
sobre la Administración Pública diría en
la historia de los movimientos sociales
que (…) si la clase social dominante ha de
adueñarse del poder del Estado, debe para Gobernar en la Administración, poner
en la burocracia, a su completo servicio Pública (…).
Sin duda cualquiera que leyera este extracto lo
atribuiría a Marx y a su Teoría sobre la
burocracia, pero Marx debe mucho a Von Stein y si bien el primero ganó éxito en su tiempo, al menos en la carrera
científica ha sido superado tanto por Von Stein como por Max Weber.
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