Estos días de estado de alarma hemos
experimentado todo la sociedad una Administración
Pública expansiva cualitativa y cuantitativamente con la consiguiente incremento
de la dominación legal de tipo burocrático que el gran Weber calificaba como consecuencia de una
socialización muy racional.
Como preámbulo de las entradas en torno a esta cuestión
nótese que el que esto escribe se adscribe a las posiciones neoestructuralistas
en materia de teoría de organizaciones (síntesis de las corrientes de la
administración científica y de las relaciones humanas, conjuntando en un mismo análisis las
dimensiones estructural y procedimental con la dimensión personal, tanto
individual como colectiva). Y casi me atrevería a decir que el asistemático Weber presenta al unísono una descripción estructuralista
con una prescripción de corte neo.
Weber nos advirtió de que el fenómemo de racionalidad
burocrática propio del Estado moderno, instrumento para el desarrollo del
capitalismo y de la democracia y sistema
de dominación predominante en el ámbito de la socialización - basado en cinco
principios y diez notas características de naturaleza estructural -tenia sus
consecuencias en epifenómenos
positivos o negativos. El aspecto
negativo es el representado por
la alegoría de la 'Jaula de hierro' a la que nos hemos referido en dos
ocasiones, como "fenómeno" principal o "epifenómeno" dependiente
de otro, que acontece o aconteció y podría sentirse total o
parcialmente contemplado.
La “metáfora de la jaula de hierro” es utilizada por Weber en una de las últimas
páginas de su más conocida obra La Ética Protestante y el espíritu
del capitalismo para expresar
la pérdida del sentido religioso original que inspiró, al primer capitalismo. Dice
Weber: (…) El estuche ha
quedado vacío de espíritu, quién sabe si definitivamente. En todo caso el
capitalismo victorioso no necesita ya de este apoyo religioso puesto que
descansa en fundamentos mecánicos. … Nadie sabe quién ocupará en el futuro
el estuche vacío, si al término de esta extraordinaria evolución surgirán
profetas nuevos y se asistirá a un pujante renacimiento de antiguas ideas e
ideales, o si, por el contrario, lo envolverá toda una ola de petrificación
mecanizada y una convulsa lucha de todos contra todos; en este caso los últimos
hombres de esta etapa de la civilización podrán aplicarse la frase
‘especialistas sin espíritu, gozadores sin corazón’. Estas nulidades se
imaginan haber ascendido a una nueva fase de la humanidad, jamás alcanzada
anteriormente (…).
La expresión de Weber significa 'estuche de férrea envoltura' o 'Ferreo
estuche' (Stahlharten Gehaüse) evocando a un caparazón duro y opresivo, pero que
Talcott Parsons al traducirlo como “jaula de hierro” (Iron Cage) aun enfatizo más su sentido
en su popularización.
El origen
esta en la desaparición del motivo religioso - y libre - de los
protestantes como motor primero del
capitalismo para quedar solapado o por la mecanización y tecnificación
industrial pero que se ha extendido a otros escenarios, aunque no
debería descontextualizarse del análisis sociológico concreto del desarrollo histórico del
capitalismo, y menos todavía obviar e valor de lo empírico en weber y la
importancia para él del resultado de sus investigaciones , a lo que cabria
añadir la asistemática obra weberiana y la genialidad de sus ideas no explicadas y fruto de multitud de
especulaciones.
En un contexto próximo la mujer de Weber al referirse a la decadencia de la
religiosidad de los Colleges introdujo un símil de la célebre metáfora de su
marido, al decir (…) En otros lugares, sobre todo en las
grandes ciudades, lo único que quedaba era el sólido edificio, pero el espíritu
creador original había desaparecido (…)
Eduardo Fidanza (2005) señala que se inicia La ética
protestante y el espíritu del capitalismo con la pregunta de Weber acerca de “¿Qué
serie de circunstancias han determinado que precisamente en Occidente nacieran
ciertos fenómenos culturales que, al menos tal como solemos representárnoslos,
parecen marcar una dirección evolutiva de universales alcance y validez?”
Fidanza al efectuar el análisis de la metáfora sostiene la idea de una sustancia que ha abandonado su
envase, vaciándolo de contenido. Un impulso originario cuyo sentido se extravió
o se malversó. Se describe el punto de llegada – típico
ideal– de un proceso histórico, que comenzó con un punto de partida distinto pero que tras un proceso,
concluye como ciclo definitivamente concluido.
En
el proceso se ha diferenciado diversos momentos - División del trabajo y renuncia a la universalidad;
Resignación y nostalgia; Compulsión,
mecanismo y aprisionamiento; Cosificación y pérdida de sentido; Paradoja. - que
como una suerte de Frankestein no querido “el capitalismo victorioso” no
sólo ya no necesita de sus creadores para sostenerse, sino que se vuelve
agresivamente contra ellos. La pérdida de sentido se consuma: donde estaba el
espíritu, o la vocación originaria, hay ahora un recipiente vacío y una
desesperada compulsión. El manto liviano y flexible devino, como en las
pesadillas de Kafka, en opresivo caparazón.
La observación directa en Weber es
muy inspiradora de sus ideas y recuérdese que para el libro fue un gran nutriente su visita a Chicago que le produjo repugnancia al
contemplarla como una “ciudad
desnuda”, similar a un cuerpo humano desgarrado que deja ver sus vísceras
funcionando. También le causo gran impacto
la máquina de hacer chorizos, que contempló en los mataderos de dicha ciudad capital
entonces del desarrollo industrial
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