Se ha señalado que
‘gobernanza/governance’ se ha convertido en un término paraguas . Hasta hace
poco, se utilizaba como sinónimo de
dirección política, sin embargo, su nuevo atractivo y la correspondiente
extensión semántica se debe a su capacidad de abarcar la totalidad de las
instituciones y relaciones implicadas en el proceso de gobierno, vinculando el
sistema político con su entorno . La
gobernanza se entiende como “acción de gobernar en la que no sólo se ejerce la
coercibilidad, si no que se gestiona,
negocia, integra todo lo gobernable en ese ejercicio omnicomprensivo de lo
político, administrativo, económico y social, cubriendo pues, un abanico de
interacción vertical y horizontal”.
La aparición del término con sustrato
teórico propio en la Ciencia Política se sitúa en la década de los ´80 pero en
el ámbito de la economía con los trabajos
de Hollingsworth, Lindberg y
Campbell. En los ‘90 el término
aparece en documentos del Consejo Económico y Social y en los de Naciones
Unidas, - sobre todo en la documentación relacionada con la Cumbre de la Tierra
en Río de Janeiro en 1992 - .
En nuestro entorno inmediato, la Real
Academia Española incluyó una nueva
acepción de gobernanza en su diccionario definiéndola como “Arte o
manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo
económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio
entre el Estado, la sociedad y el
mercado de la economía”. Aun cuando en la traducción del ‘governance’
al español, se ha traducido por
‘gobernación’ y ‘gobernabilidad’, lo
bien cierto es que hoy la idea de
gobernanza alude a un nuevo estilo de gobierno , distinto del modelo de control
jerárquico, pero también del libremercado, caracterizado por un mayor grado de
interacción y de cooperación entre el Estado y los actores no estatales en el
interior de redes decisionales mixtas entre lo público y lo privado.
No obstante estas precisiones terminológicas,
para una precisión conceptual y
contextualizada, deben tenerse en cuenta las diversas acepciones que se distinguen de la perspectiva de la gobernanza
.
a) En el ámbito de la gestión pública,
en su conexión con el paradigma de la NPM.
b) En el ámbito del análisis de “redes
de políticas” (policy networks, policy community) al haber sido éstas reformuladas y reinterpretadas en
el marco de la gobernanza.
c) En la economía política, donde el intercambio
público-privado ha pasado a concebirse en términos de gobernanza y numerosos
estudios investigan el papel de las autoridades públicas en los procesos de
coordinación de sectores de la economía.
d) En el ámbito de la gestión
empresarial (corporate governance).
e) En las relaciones internacionales,
donde se ha venido produciendo un interés creciente por estudiar las tendencias
hacia la “gobernanza sin gobierno” o “gobernanza global”.
f) En la estrategia de algunas
organizaciones internacionales, con la propuestas de Naciones Unidas, de
"buena gobernanza" (good governance) dirigida a los países del tercer
mundo.
g) En el terreno de las redes de
participación ciudadana local donde ha
sido particularmente fructífero (local Governance).
h)
En el ámbito de la Unión Europea,
para destacar la naturaleza negociada
de las relaciones entre instituciones locales, regionales, nacionales y
trasnacionales en el desarrollo de las políticas comunitarias, (gobernanza
multinivel).
La idea de gobernanza (New Public
Governance - que como hemos señalado ya se combina en los modelos de Administración Pública actuales
de Estado neoweberiano o de Gobernanza de la era
digital - , aparece desde los '90 del S.
XX como algo positivo, deseable, incluso ideal. Sus rasgos implican la
presencia o potenciación de algunos elementos de gobernabilidad, y la ausencia
o menor énfasis, de otros también propios. Podría decirse que más gobernanza en
la gobernabilidad en principio, supone o
requiere menos gobierno-Administración .
En clave positiva la gobernanza supone;
• Nuevo estilo de gobierno, distinto del modelo de control jerárquico.
• Nuevo estilo de gobierno, distinto del modelo de control jerárquico.
• Mayor
grado de interacción y de cooperación entre el Estado y los actores no
estatales en el interior de redes decisionales.
• Más
peso específico de la sociedad civil en la toma de decisiones públicas.
• Más
autogestión.
• Más
democracia participativa
• Incremento
del rol Estratégico de la Administración.
• Más control.
• Más
Administración relacional.
Mientras que en la negativa supondría:
• Menor
dirigismo del poder ejecutivo.
• Menos
representatividad política.
• Menos
presencia administrativa.
• Menor
provisión de bienes y servicios por la organización administrativa.
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